Columna de Opinión Nacional
Colombia y Estados Unidos… ¿Una relación tóxica?
Samantha Moreno
El pasado miércoles 20 de enero la posesión presidencial de Joe Biden marcó un nuevo hito en varios frentes: la ciudad de Washington estuvo bloqueada, fue la ceremonia con menos asistentes, Kamala Harris se convirtió en la primera vicepresidenta de ese país, Rachel Levine será la primera funcionaria federal transgénero, la joven afroestadounidense Amanda Goerman sorprendió con un elocuente poema y el discurso de Biden giró en torno a la unidad. El ahora presidente, hizo un llamado a batallar contra la ira, el resentimiento, el odio, el extremismo y la violencia que hizo temblar los cimientos de la Casa Blanca el 6 de enero.
Tras la posesión, Duque no se hizo esperar y recalcó puntos en común que tiene su Gobierno con el de Biden, entre los que mencionó la apuesta por las energías renovables y la lucha contra el ‘terrorismo’, pero ¿Qué es el terrorismo o mejor, qué no es? Son casi 200 años de diplomacia entre Estados Unidos y Colombia; sin embargo, pareciera que más que evolucionar y hacer meritorio ser las democracias más antiguas en el continente, estuviéramos involucionando en temas tan fundamentales como el respeto por la vida y por la diferencia. En Colombia, como en Estados Unidos, no contabilizamos solamente muertes a causa del Coronavirus, sino a causa de una violencia endémica sexista, racial, xenófoba, homófoba y rastrera, una violencia si se quiere ‘terrorista’.
En respuesta a la violencia nacen y se fortalecen protestas pacíficas y movimientos como Fridays for Future, Black Lives Matter, o la Minga Indígena… al tiempo que se hacen oír voces contundentes y acciones constructivas como las de Greta Thunberg, Francisco Vera y Yuli Velásquez que han sido presa de continuas amenazas contra su vida. En este siglo, mientras el cambio climático cobra varios nombres y hashtags, el cambio social cobra las vidas de quienes defienden y exigen justicia, atención básica, respeto por el medio ambiente y por la educación.
El debate de un país como el nuestro no debería girar sobre si Duque fue o no fue invitado a la ceremonia de posesión de Biden, debe ser sobre qué va a pasar con las promesas incumplidas que le pesan a dos años de terminar su mandato. Sobre qué va a pasar con la ratificación del Acuerdo de Escazú que nos prometió con la que podemos garantizar una mejor protección a los liderazgos ambientales, sobre qué va a pasar con los diálogos con el ELN, qué va a pasar con la protección de ecosistemas y páramos, sobre a quién(es) se aplicarán las duras sanciones por entrada de dineros a campañas políticas como se especula que sucedió la Ñeñepolítica, sobre no involucrarse en los fallos judiciales, sobre bajar los impuestos y sobre un país con ‘legalidad, seguridad y justicia’ en el que “más que producir aplausos, lo que [le] interesa es resolver los problemas de Colombia”. Pues, ni aplausos ni cánticos produjo, sino tristeza fue lo que trajo su deseo de seguir fervientemente lo que La Silla Vacía tildó como “manual trumpiano” que culminó en un desfile de disfraces de policía, Rappi tendero, y hasta de cacique. ¿No es esto terrorismo cultural?
Problemas hay en abundancia, pero las soluciones parecen ser una ilusión cuando pareciera ser que todo lo que atañe al posconflicto se le atribuye al narcotráfico, al famoso ‘terrorismo’, mientras el Gobierno se hace el de la vista gorda en cuanto a violación de derechos humanos se trata. En este 2021 son muy pocas las noticias que sorprenden. La pelota se la tiran unxs a otrxs, y en este punto vamos en que poco importan lxs líderes/as sociales víctimas de múltiples amenazas en El Salado, porque ni la Defensoría del Pueblo ni la Fiscalía mueven un dedo para saltar de las palabras acaloradas a la verdadera investigación, protección y garantías. Sí, Estados Unidos estaría retomando las riendas de un proceso democrático en cabeza de quien en su momento como vicepresidente aplaudió el proceso de paz en Cartagena, pero los tiempos son otros y los problemas más gordos. Y es que hablar de paz en Colombia no es equivalente a convencer al nuevo Gobierno Biden de desembolsarnos más recursos o a hacerle eco al famoso ‘terrorismo’. Hablar de paz es primero hacer y construir paz con todes y para todes.
La paz habita en las decisiones y diálogos prudentes, éticos, conscientes. Habita en decidir no avanzar en cierto proyecto ante evidencia de que algo no está funcionando como se esperaba. Si en Estados Unidos se multiplican las demandas contra el uso de glifosato, es porque por ahí no es. Si Trump dio luz verde a Duque para el uso de glifosato, sospeche. En el Gobierno Biden que promulga la lucha contra el narcotráfico (y el ‘terrorismo’), ¿será el glifosato también un arma de presión internacional? o tal vez ¿será el herbicida usado en Polombia, perdón: Colombia, sin interferencia norteamericana, y a las malas arrasando violentamente con campesinxs a su paso? cómo saberlo, si podría usted o yo estar “atribuyendo responsabilidades y nuevas funciones” al ocupado Gobierno de turno. ¿Seguirá Colombia teniendo una relación tóxica con Estados Unidos? el tiempo lo dirá, eso sí, si el terrorismo no acaba primero con él.
NOTICIAS
Fuerte explosión de oleoducto en Arauca encendió las alarmas
El 22 de enero se produjo una explosión en la vereda Miramar, zona rural de Saravena en el departamento de Arauca. La explosión se produjo en un tramo del oleoducto Caño-Limón Coveñas; se especula que se activó con dinamita y que fue producto de la actividad de un grupo no estatal.
Cenit, filial de Ecopetrol expresó que ya se activó un plan de contingencia con el Ejército Nacional encargado de asegurar el lugar. El plan consistiría en transportar el hidrocarburo desde Arauca hasta la terminal de Coveñas en la costa Norte; asimismo, la filial . Cenit también dijo informó que hasta el momento no habría afectación a fuentes hídricas. De igual manera, a través de un comunicado, Ecopetrol relacionó la explosión con la baja en la presión que se detectó en la planta Banadía.
Cenit se pronunció en cabeza de su presidente, Héctor Manosalva, que dijo: “rechazamos enfáticamente este ataque contra el oleoducto Caño Limón que atenta contra las familias y los niños del municipio de Saravena y profundiza las afectaciones sociales, ambientales y económicas de las comunidades derivadas de la crisis que se presenta en el país por la covid-19 y que hace más complejo adelantar las reparaciones con personal técnico en territorio […]”. Adicionalmente, la empresa hizo un llamado a mantener la distancia del oleoducto.
Ciudadanos denunciaron a través de redes sociales como Twitter, imágenes de la explosión y la llamarada además de videos de lo ocurrido, exponiendo el riesgo al que estarían expuestos los habitantes de Saravena. Con este serían cuatro los ataques a infraestructura petrolera en ese departamento.
Vía Infobae: Dinamitan oleoducto Caño Limón-Coveñas en Saravena, Arauca. 22/01/2021
Ecopetrol interpone denuncia y hace llamado a las autoridades nacionales
Ecopetrol, el pasado 18 de enero tuvo que activar un plan de emergencia ambiental, debido a la instalación de una válvula ilícita en el pozo T-563 de la vereda Socuavo Norte, ubicada en Tibú, Norte de Santander;, hecho ocasionado por grupos no estatales para hurtar hidrocarburos.
Así mismo, se activó un plan de control y contención en el río Socuavo, para la recolección del hidrocarburo derramado, del cual no se sabe la cantidad exacta que cayó a las aguas del río.
Por consiguiente, la compañía interpuso una denuncia e hizo un llamado a las autoridades locales, regionales y nacionales; , así como también hizo énfasis en que se debe garantizar y reforzar la seguridad en el municipio, ya que, estos grupos no estatales ponen en riesgo la integridad de los habitantes y el buen desarrollo de las operaciones de la empresa en la zona.
Por otra parte, según cálculos de la empresa los oleoductos más afectados del 2020 son Transandino (OTA), la mayoría en los municipios de Tumaco, Ricaurte y barbacoas, en Nariño y Caño limón Coveñas con más de 700 perforaciones ilegales, Coveñas con 27 válvulas ilícitas, la mayoría en los municipios de Tibú y El Tarra en Norte de Santander y a esto se le suma 106 conexiones ilegales, las cuales se suman a las 789 ocurridas sobre las líneas de transporte de Cenit.
De igual forma, Ecopetrol en el mismo año fue víctima de la instalación de más de 120 válvulas ilícitas, el hurto de 35 camionetas y 137 afectaciones a equipos, entre ellos tuberías, maquinaria, cables eléctricos, entre otros.
Como resultado a estos hechos delincuenciales, se vería afectado fuertemente en el municipio de Tibú tanto social como económicamente, con la posible retirada de Ecopetrol de la zona.
Regresa la lucha contra el cambio climático, Canadá vs Estados Unidos
A pocas horas de convertirse en presidente de Estados Unidos Joe Biden canceló el oleoducto Keystone XL, un sistema de oleoductos de más de 4.700 kilómetros que conecta a la región candiense de Alberta con el estado estadounidense de Nebraska, un proyecto clave para la industria petrolera canadiense y una de las mayores reservas de crudo del mundo, junto con el Golfo de México y los grandes lagos en Estados Unidos.
La lucha contra el cambio climático, se convirtió en uno de los pilares de la administración Biden, y Trudeau espera convencer al líder demócrata para que cambie de opinión debido a los beneficios laborales y de seguridad energética que proporciona el Keystone XL; , además, de evitar tensiones con el vecino del norte. Sin duda, Canadá sería el país más afectado ya que tiene la tercera reserva de petróleo más grande del mundo, y los combustibles fósiles son su principal exportación.
Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau señaló el pasado 18 de enero en una rueda de prensa en Ottawa, capital del país, que “la llamada de cortesía que realizará a Biden para felicitarle por la posesión del cargo, no será tan amigable como estaba previsto inicialmente”. De igual forma, el primer ministro, es consciente de que la nueva administración de la Casa Blanca se comprometió a cancelar el oleoducto durante la campaña presidencial.
No obstante, varios grupos medioambientales tanto de Canadá como de Estados Unidos apoyan a Biden y se han opuesto a la construcción del oleoducto, pues consideran que permitiría la expansión de los yacimientos de arenas bituminosas de Alberta, calificada como uno de los combustibles fósiles más sucios del mundo. De igual forma, el proyecto tiene la capacidad de transportar 830 000 barriles de petróleo al día, lo cual representa una inversión de 8 000 dólares a la compañía TC Energy, la misma que se ha visto envuelta en controversias desde sus inicios como TransCanada.
En definitiva, Keystone podría ser una primera prueba para la administración Biden ya que TC Energy se ha comprometido a que será el primer oleoducto del mundo en ser totalmente alimentado por energías renovables para 2030 y tendrá emisiones netas cero en sus operaciones para 2023;, promesas que aún no sabemos si se van a cumplir.
Vía EfeVerde: El polémico oleoducto Keystone promete cero emisiones para ganarse a Biden. 19/01/2021
La Guardia de Instalaciones Petroleras libia suspende exportación de crudo
Según un comunicado, para tramitar una disputa sobre pagos atrasados de más de un año, el 24 de enero, la libia Petroleum Facilities Guard ó Guardia de Instalaciones Petroleras en español (fuerza no estatal que custodia puertos petroleros de ese país) detuvo todas las exportaciones de petróleo desde los puertos de Ras Lanuf, Es Sider y Hariga. Miembros de la Guardia ordenaron la suspensión de las operaciones y según el medio Bloomberg el tanquero Dubai Hope que carga crudo en Ras Lanuf, sería el último en acatar la orden de carga y salir rumbo al Golfo Pérsico.
La interrupción del suministro de crudo en medio de negociaciones con la Compañía Nacional de Petróleo (NOC), se estima que puede llegar a afectar incluso al puerto de Sidra en caso de no resolverse la disputa salarial para el próximo 31 de enero. Sidra es el puerto más grande de Libia que es clave para la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, por lo que el paro podría poner en jaque la recuperación económica del país en exportaciones y producción petrolera a causa de las inminentes tensiones políticas que se han desencadenado.
A inicios de enero, la Guardia en Haringa ya había hecho un bloqueo con el que rechazó temporalmente la entrada al petrolero Olympic Fighter y dieron al Gobierno libio hasta finales de enero para pagar los salarios atrasados. La Guardia de Instalaciones Petroleras se ha convertido en un actor muy influyente en la producción de crudo y es liderado por un hombre que al parecer lideró la caída del dictador Muamar al Gadafi.
Jair