Investigación mayo – junio 2017
Por: Yessica Prieto y Andrés Vargas Ferro
Presentación
Tan sólo en territorio estadounidense se concentran más de 1 millón de pozos de fracking o de fracturamiento hidráulico, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGR por sus siglas en inglés), y en el mundo, otros 2.5 millones de pozos, (1), Argentina, Botswana, Canadá, Chile, China, México, Polonia, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica, entre otros, recurren a esta técnica que ha generado una polarización sobre su uso, debido a los costos socio-ambientales de su implementación que alegan diferentes movimientos sociales y científicos en todo el planeta, como: sismos, contaminación de suelos, agua y aire; además de graves afectaciones en la salud de humanos y animales. Los gobiernos y empresas que se proclaman a favor argumentan el gana-gana del desarrollo económico por su contribución a las economías nacionales, en empleo, abastecimiento e inversión extranjera. Según la Escuela de Negocios de Harvard, el fracking ha consolidado en Estados Unidos más de 2,7 millones de empleos y ha reducido un tercio el precio estándar del gas doméstico (2).
Colombia aún no tiene el primer pozo de fracking, pero el proyecto está andando y por primera vez el Estado firmó, en 2015, un contrato (adicional) de exploración y producción de yacimientos no convencionales de hidrocarburos a través de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y la multinacional estadounidense ConocoPhillps con sede principal en Houston, Texas. Esta técnica no es nueva ya que se ha usado, incluso en el país, para estimular pozos convencionales y lograr una mayor productividad. Sin embargo, recientemente se fusiona con los pozos horizontales, para generar fracturas masivas o fisuras a través de la inyección a alta presión de una mezcla de agua, arena y químicos en el subsuelo.
El rechazo hacia esta técnica toma fuerza en la opinión pública, medios de comunicación y en la sociedad colombiana; resuena con temor, polémica y desinformación. Crudo Transparente con el ánimo de permitir un acercamiento informado a la problemática que se evidencia alrededor del tema de fracking en el país, pudo visitar la población de San Martín en el Cesar y hablar con diferentes líderes sociales y representantes del gobierno local acerca de su movilización en contra del proyecto de fracking en el municipio, además dialogó con diferentes representantes de la multinacional ConocoPhillips, para conocer de primera mano el marco ejecutivo y la visión de la empresa. De igual forma somos la primera ONG o medio que ha tenido acceso al único pozo exploratorio (de tipo convencional) que arrojaría los resultados de viabilidad para saber si es factible o no utilizar esta técnica en dicho proyecto.
En la actualidad, muchos de los argumentos a favor y en contra aún no han encontrado posiciones que permitan un reconocimiento especial del suelo colombiano y muchos de los estudios suponen un ejercicio comparado entre la experiencia socio-ambiental y políticas en otros países. En este informe presentamos: qué es el fracking, cómo se desarrolla, una serie de estudios sobre el impacto en otras regiones del mundo, el caso de conflictividad social que se mantiene latente en San Martín (Cesar); municipio que alberga el primer proyecto de fracking en el país y que la movilización social lo recibe con resistencia y un rotundo rechazo, además de una serie de recomendaciones a diferentes actores: gobierno, empresa, sociedad civil y medios de comunicación para permitir un entendimiento político, social y ambiental sobre este proyecto en Colombia y tomar decisiones en torno a esta técnica.
Pero qué es el fracking y cómo nace
El fracturamiento hidráulico conocido como fracking es usado por las compañías petroleras para permitir explotar yacimientos de difícil alcance y tratamiento conocidos en la actualidad como no convencionales, y así tener acceso a recursos energéticos de tipo no renovable, como petróleo y gas. Esto a través de la fracturación masiva de la roca madre que contienen los hidrocarburos que no pudieron migrar a los reservorios tradicionales de explotación por la baja porosidad y permeabilidad. La técnica de fracturamiento hidráulico la descubrió Edward Roberts, quien en 1866 recibe la patente y probó la técnica en Pensilvania (EUA). “Posteriormente en 1947 se realiza la primera fracturación hidráulica utilizando agua realizada por Floyd Farris en Kansas, la patente de esta técnica fue adquirida por Halliburton” (3).
A mediados del siglo XX se especializa el fracking para efectos comerciales en pozos convencionales. Su capacidad de permitir un mejor recobro (porcentaje de hidrocarburos que se puede extraer de un yacimiento), a través de un “nuevo portafolio” de insumos químicos, mejoran la aplicación y el resultado en el aumento del número de barriles que normalmente permite un pozo convencional. En Colombia el factor de recobro obedece aproximadamente al 18%, mientras que países como Noruega, según explica la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos -Acipet, obedece a casi un 50%. Por su capacidad de estimulación y de lograr obtener más crudo, el fracking se vuelve popular en países como: Noruega, Polonia, Austria e Italia.
Pero, ¿cuál es el fracking de hoy, del cual se documenta con una polémica justificada debido a la incertidumbre que deja por el impacto en suelos y reservas de agua?: En 1997 se consiguió la primera fractura hidráulica combinando el fracking y pozos horizontales. “A inicios del siglo XXI fueron más comunes los pozos horizontales con fracturación hidráulica en diversas etapas, lo que completó el ciclo de innovación tecnológica. Si bien ambas técnicas ya eran conocidas y aplicadas por separado en la industria, nunca se había aplicado en la explotación de esquistos, hidrocarburos atrapados en rocas poco porosas que impiden su flujo a la superficie por medio de métodos tradicionales. En 2005 comenzó la producción comercial del primer yacimiento “Barnet Shale” en Texas” (4).
En la explotación convencional, la roca, como un tipo de esponja tiene diferentes grados de porosidad que permiten el flujo del hidrocarburo. En la técnica de fracturamiento hidráulico, se busca “romper” la roca, en este caso – tipo roca sello- para que el recurso sea liberado, ya que se encuentra atrapado por la densidad de la misma. Para lograr una porosidad como en el convencional, se mezcla agua, arena y aditivos químicos que se inyectan a diferentes presiones y así crean un canal de alta conductividad, que además puede involucrar una especie de forma de “L”, es decir combina un pozo horizontal y uno vertical. Normalmente se puede perforar a una profundidad de entre 2.500 a 3.000 metros, como en el caso de Vaca Muerta, en Argentina. Pero la profundidad puede variar; en Estados Unidos (Pensilvania) puede estar alrededor de los 400 metros.
La técnica de yacimiento convencional, mostrada en la infografía como “Gas Convencional” se ilustra totalmente de una forma vertical para extraer el hidrocarburo del subsuelo. Mientras, la que se usa en un yacimiento no convencional adicional a la vertical usa una tubería horizontal y una serie de fracturas masivas para extraer el petróleo o el gas que se encuentra en las rocas. Infografía: Agencia Nacional de Hidrocarburos.
La importancia de esta técnica en el mundo para la explotación de hidrocarburos ha generado que casi el 10% de la producción global sea mediante la fracturación hidráulica, según explica la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), y tiene una importancia cada vez más protagonista en el escenario global por los cambios de roles en el mercado, la movilización social y las prohibiciones en diferentes países.
Fracking en el mundo
Colombia ingresa tarde al debate sobre el fracking, pues como se mencionó anteriormente, hasta ahora se están realizando las primeras pruebas exploratorias de tipo convencional para determinar el tipo de yacimiento y la viabilidad del uso de la técnica. De cumplirse las expectativas de la empresa, la fase de explotación del recurso por medio de esta tecnología será posible dentro de 5 o 6 años en el país. Sin embargo, en el mundo ya se ha venido implementando desde hace varios años y discutiendo ampliamente sobre su importancia e impactos, tanto positivos como negativos, y las decisiones sobre ella varían entre su aprobación y prohibición.
La importancia económica del fracking para el mundo nace en los Estados Unidos hacia la década de 1970, cuando el gobierno federal, frente a la crisis de desabastecimiento que enfrentó producto de la decisión de los países árabes de no venderle petróleo por su apoyo a la guerra que en ese entonces libraba Israel con sus vecinos, se trazó la meta de desarrollar otras fuentes alternativas de energía y tecnologías que le permitieran al país la autosuficiencia energética, esto fue conocido como el “Independence Project” (5).
Para lograr dicho cometido, los gobiernos desde Nixon en adelante, apoyaron la investigación y desarrollo (I+D) de diferentes iniciativas. Han sido más de 800 mil millones de dólares que el gobierno de los Estados Unidos ha invertido en este proyecto, siendo la mayoría de estos recursos (58%) destinados a I+D en la extracción de petróleo y gas (6). La decisión del gobierno federal, sumada a la inversión privada de empresas, la colaboración de universidades y centros de investigación arrojaron, entre otros, la viabilidad económica y técnica del fracturamiento hidráulico masivo en pozos horizontales para la extracción de hidrocarburos de esquisto que eran considerados irrecuperables (7).
De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) durante el periodo 2011 – 2014, se estima que se perforaron anualmente entre 25 mil y 30 mil pozos nuevos de fracking, 25 estados concentran esta actividad, siendo Texas el primero, seguido por Colorado, Pensilvania y Dakota del Norte (8). “Esta técnica […] le ha permitido a los Estados Unidos incrementar su producción de petróleo más rápido que en cualquier momento de su historia […] En el año 2000, aproximadamente 23.000 pozos fracturados hidráulicamente produjeron 102.000 barriles de petróleo por día en los Estados Unidos, representando menos del 2% del total nacional. Para 2015, el número de pozos […] creció a un estimado de 300.000, y la producción de esos pozos había crecido a más de 4.3 millones de barriles por día, representando aproximadamente el 50% de la producción total de petróleo de los Estados Unidos” (9).
Producción de petróleo en los Estados Unidos (2000 – 2015)
Millones de barriles por día.
Fuente: Administraciòn de Información de Energía de Estados Unidos (EIA).
*Azul celeste: producción de pozos de fracking (51% en 2015).
**Azul oscuro: producción de pozos no fracking (49% en 2015).
Esta técnica le permitió al país norteamericano convertirse en unos de los principales productores de petróleo, dejando de depender de la importación del recurso para el abastecimiento interno, además de convertirlo en un exportador que terminó por inundar el mercado del commodity; causando la descolgada del precio internacional del barril y la crisis que el sector petrolero y las economías dependientes de las rentas extractivas vienen enfrentando desde finales de 2015.
Por otra parte, en una investigación realizada entre la Universidad de Princeton, la Universidad de Chicago y el Instituto Tecnológico de Massachusrtts (MIT), determinó que el fracking aportó 64 billones USD en beneficios anuales a los hogares ubicados cerca a los proyectos, ayudó a incrementar en un 7% el ingreso promedio, aumentó en 10% el empleo de las regiones y elevó en 6% los precios de las viviendas (10).
Está claro que el gobierno federal de los Estados Unidos defiende la técnica por la relativa independencia que le ha generado en materia económica; no obstante, con el aumento significativo de los pozos de fracking en sus diferentes Estados y su implementación en otros países, las preocupaciones ambientales y en materia de salud están encendidas. Importantes universidades, agencias estatales y organizaciones no gubernamentales de diferentes partes del mundo han emitido estudios que demuestran los impactos que el fracturamiento hidráulico genera y que ha llevado a su prohibición en diversos lugares, incluso dentro de algunos estados de EE.UU.
La división de los estudios publicados hasta hoy, puede hacerse en tres grandes categorías: salud, ambiente y sismicidad. Entre los más destacados se encuentran: “A Public Health Review of High Volume Hydraulic Fracturing for Shale Gas Development”, elaborado por el Departamento de Salud del Estado de Nueva York (DOH por sus siglas en inglés) (11). En él se habla de los potenciales impactos en materia ambiental y de salud que pueden estar asociados a la utilización del fracking:
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Impactos en la calidad del aire que pueden afectar la salud respiratoria de las personas debido al incremento de los niveles de las partículas en el ambiente, escape de gases o productos químicos orgánicos volátiles.
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Impactos en el cambio climático producto de la liberación a la atmósfera de gas metano y otras sustancias orgánicas volátiles.
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Impactos en el agua potable por la filtración en el subsuelo de metano y/o químicos asociados a la construcción de pozos defectuosos de fracking.
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Derrames de químicos en la superficie que contaminen el suelo y el agua.
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Contaminación del agua superficial generado por la inadecuada disposición de las aguas residuales.
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Sismos inducidos durante el fracturamiento.
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Impactos en la comunidad asociados con el crecimiento económico y poblacional repentino producto del incremento en la extracción de crudo.
El estudio concluye que no existen suficientes investigaciones sobre las repercusiones que la utilización del fracking puede tener para la salud pública de los neoyorquinos, ya que es un tema que recientemente está suscitando el interés de los científicos y hasta ahora lo que hay son hipótesis sobre los potenciales impactos; sin embargo, la evidencia recogida deja grandes interrogantes que no permiten determinar el nivel de riesgo al que se expone a la población neoyorquina con el uso de esta técnica y si los planes de mitigación son los adecuados para reducirlos; razón por la cual el Departamento de Salud de Nueva York recomienda a las autoridades competentes suspender los proyectos que se adelantan por medio de fracking, hasta que no haya suficiente evidencia para tomar otra decisión. Por otro lado, la Universidad John Hopkins, de Barltimore, Meryland, realizó un estudio con cerca de 9.400 mujeres que entre 2009 y 2013 estuvieron embarazadas y que habitaban en el norte de Pensilvania, lugar donde se concentra la explotación de hidrocarburos por medio de fracking.
De acuerdo a los resultados obtenidos en la investigación, las mujeres embarazadas que viven cerca a proyectos de fracturamiento hidráulico, presentan un 40% de mayor riesgo de sufrir complicaciones durante la gestación, tener un embarazo de riesgo y nacimientos de bebés prematuros; la razón, es probablemente el aumento de partículas contaminantes en el ambiente que se dispersan por el incremento en el tránsito de maquinaria pesada para la implementación del fracking, así como el estrés que ese tráfico produce en zonas donde antes era difícil el paso masivo de vehículos, como en las zonas rurales (12).
Por su parte, la Universidad de Pittsburgh, Meryland EE.UU., adelantó una investigación donde asegura que las mujeres embarazadas que viven cerca de una alta densidad de pozos de gas natural perforados con fracturamiento hidráulico, son más propensas a tener bebés con menor peso al nacer, que aquellos que nacían en zonas distantes de estos proyectos (13). El estudio analizó el peso de 15.451 niños y niñas que nacieron entre los condados de Washington, Westmoreland y Butler, entre 2007 y 2010 y su proximidad a pozos de fracking y concluyó que existen cerca de 34% de mayor probabilidad que un bebé nazca con menor peso, mientras mayor es la proximidad de la vivienda de la mujer gestante a un proyecto de fracking (14).
En América Latina también se han adelantado estudios sobre el tema, el Programa Nacional de Prevención y Control de Intoxicaciones del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina, publicó un artículo titulado: “La necesaria evaluación de impacto en salud de la explotación de gas de esquisto” (15). En este documento, se exponen los riesgos a los que se exponen a las comunidades de las áreas de influencia de los pozos de fracturamiento hidráulico respecto a la calidad del aire, la calidad del agua, ruido y patrones de tránsito automotor, sustancias y productos químicos, huella geográfica y subsistencia de usos agrícolas, entre otros (16).
Por su parte, la EPA, ha publicado varios informes sobre el ciclo del agua en cada etapa del fracturamiento hidráulico y su potenciales impactos en las fuentes hídricas de agua potable de los Estados Unidos. Por ejemplo, en la investigación “Assessment of the Potential Impacts of Hydraulic Fracturing for Oil and Gas on Drinking Water Resources” se concentra en determinar: (I) la cantidad de agua que se utiliza por cada pozo de fracking, (II) la composición química de la mezcla utilizada para generar las fracturas, (III) retorno del fluido inyectado y el agua asociada a la producción y su transporte para reutilización, tratamiento o eliminación; y (IV) tratamiento de aguas residuales y disposición de desechos (17).
Dentro de los hallazgos de la EPA se encuentra que cerca del 90% de la sustancia que es utilizada para realizar las fracturas, es agua y por cada pozo se usa un promedio de 5 millones de galones, es decir, más de 15 millones de litros agua, unas 6 piscinas olímpicas por inyección; aunque esto varía dependiendo la cuenca, la profundidad del pozo, entre otros. El impacto puede generarse no por la cantidad de agua que la técnica necesita, sino por la competencia que genera por la disponibilidad del recurso a nivel local (Ibíd). Asimismo, el estudio afirma que no hay evidencia alguna que demuestre que una fuente hídrica haya desaparecido por la cantidad de agua que requiere la técnica para operar, pero sí puede generar su disminución (18).
Respecto a los químicos utilizados por el fracking, la EPA identificó un total de 1.067 productos entre los cuales se encuentran ácidos, alcoholes, hidrocarburos aromáticos, bases, mezcla de hidrocarburos, polisacáridos y tensioactivos. En promedio se utilizan 2.460 litros de un solo químico por pozo y con una combinación de 14 de ellos (promedio de químicos que se usan en las fracturas), la cantidad utilizada puede estar entre los 9.800 y 69.000 litros de químicos. Cabe resaltar que la Agencia no pudo determinar las propiedades fisicoquímicas de todas las sustancias, pero si concluye que 453 pueden permanecer por largo tiempo en el ambiente, causando contaminación (19).
Estos químicos pueden poner en riesgo la salud de las personas que sean expuestos a ellos porque tienen potencial cancerígeno, efectos en el sistema inmunológico, cambios en el peso corporal, cambios en la química sanguínea, cardiotoxicidad, neurotoxicidad, toxicidad hepática, renal, reproductiva y en el desarrollo. Sin embargo, se hace la claridad que para determinar el potencial de riesgo real de estas sustancias en la salud de los habitantes de las zonas de influencia, es importante saber cuáles son los químicos utilizados en cada pozo; información que no siempre está disponible porque algunas compañías invocan el secreto industrial para no revelar la fórmula (20).
Adicionalmente, el riesgo de contaminación de las fuentes hídricas recae en los siguientes puntos: primero, la dispersión de gases y líquidos de manera involuntaria fuera del pozo o por fisuras en la cubierta interna de la infraestructura que permitan la filtración de los mismos y que terminen por contaminar acuíferos subterráneos; segundo, al no haber un control total de la fractura, los químicos se pueden filtrar y causar afectaciones en aguas aptas para el consumo humano.
Por otro lado, una vez se realizan las fracturas, la presión ejercida hace que el hidrocarburo fluya hasta la superficie (como ya se explicó anteriormente); no obstante, el recurso no viene solo, está mezclado con agua (conocidas como aguas asociadas a la producción) que no siempre es apta para el consumo humano y debe disponerse en lugares adecuados para su tratamiento, eliminación o reinyección.
De acuerdo a los estudios de la EPA, se identificaron 134 sustancias químicas presentes en las aguas asociadas a la producción de gas y petróleo de esquisto, entre las que se encuentran altos niveles de sólidos disueltos en totales y constituyentes iónicos como: bromuro, cálcio, cloruro, hierro, potasio, manganeso, magnesio, sodio; así como también, metales tales como bario, cadmio, cromo, plomo, mercurio y compuestos orgánicos entre los que se encuentran el benceno.
Los estudios realizados por la Agencia sugieren que si estas aguas no son dispuestas en los lugares adecuados o se filtran, los químicos orgánicos que se encuentran en ellas pueden permanecer en el ambiente por un periodo prolongado de tiempo; generando la contaminación de los suelos y fuentes hídricas cercanos a los lugares de descargue. Estos químicos, tienen los mismos impactos en la salud humana que los químicos para producir la fractura (toxicidad pulmonar, renal, hepática, reproductiva, entre otras). Entre enero de 2006 y abril de 2012, la EPA documentó 225 casos de derrames de este tipo de aguas en 11 Estados, de los cuales el 8% lograron alcanzar aguas superficiales o subterráneas.
Por su parte, el manejo de las aguas residuales y la disposición de desechos es otra posible fuente de contaminación de las fuentes hídricas. Según la EPA, estas aguas pueden ser reutilizadas para nuevas fracturas, pero no ocurre con frecuencia; se suelen usar para irrigar la tierra o en carreteras para disminuir el polvo, sobre todo en épocas de sequía. El potencial de riesgo de esta disposición radica en que puede entrar en contacto con fuentes de aguas superficiales o migrar a reservorios subterráneos. Contar con la infraestructura adecuada para su disposición no es fácil, por ejemplo en el estado de Pensilvania, no tiene los pozos de disposición suficientes para soportar toda la carga diaria.
Para concluir, la EPA afirma que pese a la existencia de mecanismos potenciales por los cuales la utilización del fracking puede contaminar las aguas, no hay evidencia que ellos hayan generado impactos sistemáticos en las fuentes de agua potable en los Estados Unidos, sólo se encontraron casos específicos en los que uno o varios de estos mecanismos impactaron el recurso hídrico y sus causas estuvieron entre las actividades de rutina de la industria y accidentes, tanto humanos como de la infraestructura. Asimismo, a lo largo del informe la Agencia sostiene que el estudio es un borrador que está sometido a revisión de pares científicos y por lo tanto no constituye una posición oficial de la institución.
Respecto a investigaciones sobre sismicidad, uno de los estudios más importantes y recientes sobre el tema fue emitido por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). El director del Proyecto de Mapeo de los Peligros por Sismos Naturales, Mark Petersen afirmó que, “al incluir sucesos provocados por el hombre, nuestros cálculos de peligro de terremoto aumentaron significativamente en partes de Estados Unidos”; esto como consecuencia de la inyección en la tierra de aguas asociadas a la producción y desechos tóxicos (como los químicos utilizados para la generación de las fracturas masivas en los pozos), las cuales pueden incrementar la presión en las fallas subterráneas (21).
Estados como Oklahoma y Kansas, lugares donde la actividad por fracking se ha incrementado considerablemente en los últimos años, corren el mayor peligro de experimentar un temblor destructivo. Por ejemplo, estos estados tenían en un año regular, previo a la utilización del fracturamiento hidráulico masivo, alrededor de un terremoto de magnitud mayor a 3 en la escala de Richter, nivel al que un ser humano se percata del movimiento telúrico, pero en el 2015 con la masificación del fracking, Oklahoma experimentó 907 sismos y Kansas, 54 (22).
Por otro lado, recientemente se publicó un nuevo estudio en la revista de la Sociedad Geoquímica y Meteorológica de Estados Unidos, y fue revisado por científicos de la Universidad de Duke, en donde se afirma que el fracturamiento hidráulico no ha contaminado 112 pozos de agua potable en los condados de Tyler y Hall, en el noroeste de Virginia Occidental, como se aseveró en el pasado. Las investigaciones tardaron 3 años y demostraron que no hay un impacto negativo sistémico en las aguas subterráneas cerca a proyectos de fracking; razón por la cual se afirma que es una técnica segura (23).
Estos son algunos de los estudios más importantes a nivel mundial que se han adelantado para detallar impactos, positivos y negativos, que la utilización de fracking ha producido. Como se evidencia, la mayoría de ellos son emitidos por organizaciones gubernamentales y centros de investigación de los Estados Unidos, es escasa la literatura académica que se encuentra disponible sobre otras partes del mundo.
Respecto a la literatura norteamericana, se evidencia una fuerte pugna entre diferentes organizaciones oficiales y privadas, gremios, universidades, centros de investigación por determinar a ciencia cierta los beneficios y peligros de la técnica. Es común observar que no hay posiciones oficiales, se habla de estudios contratados y en revisión de pares académicos; se hace alusión constante a la poca disponibilidad de datos que permitan determinar su viabilidad ambiental y social.
Quizás, lo único en lo que concuerdan todos los estudios es en la importancia económica que la técnica ha traído para las finanzas de los Estados Unidos, el incremento significativo, en pocos años, de la producción de petróleo y gas para el país y su impacto en los precios internacionales del barril.
Dónde está prohibido el fracking
La preocupación en torno a los impactos de esta técnica, los estudios publicados por las agencias y universidades de los Estados Unidos, han motivado en otras partes del mundo a prohibir la técnica o adelantar moratorias hasta que haya una certeza de su seguridad y manejo. A continuación se exponen los países, provincias y estados, que han tomado esta decisión y algunas de sus razones.
En Nueva York, a finales de 2014, se aprobó una moratoria para los proyectos de fracking y en 2015, luego de cientos de estudios y alertas de los servicios de salud y ambiente, se realizó la prohibición oficial. Por su parte, Maryland, también le dijo no al fracturamiento hidráulico para la extracción de gas de esquisto en 2015, por un periodo de dos años y medio en donde evaluará si los impactos pueden ser manejados y no generan riesgo para sus habitantes (ibíd). Vermont fue otro de los estados de EE.UU. que se sumó a la negativa (ibíd). También se han realizado moratorias en Longmont, Boulder, Fort Collins, Broomfield, Colorado; y Lafayette, Denton Texas; Condados de San Benito, California; Oberlin y Broadview Heights, Ohio (24).
En Europa, está prohibido desde 2011 en Francia, hasta que se demuestre que la explotación de gas de esquisto no dañara el medio ambiente (25). En Bulgaria, desde el 2012 se tomó la decisión y se revocó un permiso para la explotación de un yacimiento de gas de esquisto que se había otorgado a Chevron. Escocia declaró en 2015 una moratoria indefinida. Alemania se sumó en 2016, pero dejó abierta la posibilidad de adelantar unos pocos proyectos con fines exclusivamente científicos (26).
En América Latina, cinco regiones de Uruguay lo tienen prohibido (27). En Brasil, más de 140 ciudades le han dicho no al fracking (28). Entre Ríos, Argentina, es la primera provincia libre de fracking, la Cámara de Diputados sancionó a finales de mayo, “la prospección, exploración y explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos por métodos no convencionales como fracturamiento hidráulico”.
Historia del fracking en Colombia
El panorama internacional suma diferentes estudios en distintos continentes sobre las afectaciones ambientales y de salud pública, son más los estudios que exponen resultados en contra y varios los países que se suman a una prohibición rotunda, con excepciones flexibles para adelantar experimentos científicos. Ahora, Colombia carece de estudios sobre el tema que demuestren la afectación en el país, pero tiene 43 bloques con yacimientos no convencionales en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cesar, Cundinamarca, Norte de Santander, Santander y Tolima. Sin embargo, Crudo Transparente hace un esfuerzo por adelantar un estudio social que reúne distintos ejes de análisis: social, económico, ejecutivo y contractual.
En San Martín, Cesar, el primer municipio de Colombia donde se adelanta pruebas exploratorias para la futura utilización del fraking, habitan aproximadamente 20.000 personas quienes en su mayoría basan su desarrollo económico en el campo y la ganadería, siendo esta última la que ocupa más del 70% de la actividad productiva. También cabe señalar que en las últimas décadas San Martín incursionó en la exploración y explotación de petróleo. “El municipio basa su economía en la actividad agrícola y ganadera, además existe la explotación de petróleo, la agroindustria en el cultivo de palma africana, desarrollando su proceso primario de extracción de aceite. En la zona urbana se desarrollan actividades de comercialización” (29).
Aunque San Martín es un municipio productor de petróleo y con perspectivas de exploración, en la actualidad no concentra ninguno de los grandes campos del país, su producción de enero a diciembre de 2016 equivale a 99.035 barriles de petróleo, lo que representa un promedio diario de 8.252 barriles, equivalente al 0.98% de la producción nacional.
Distribución (exploración y producción) E&P del municipio de San Martín:
Contrato |
Estado |
Operadora |
Tipo – Area |
Área apro (HA) |
Proceso |
Barranca-Lebrija |
Convenio Explotación |
Ecopetrol |
Producción |
4.784 |
Contratación directa |
La Paloma |
Área de explotación |
Petroleros del Norte S.A |
Producción |
6.087 |
Contratación directa |
Midas |
Exploración con ANH |
Petrolatina Energy PLC |
Exploración |
10.440 |
Contratación directa |
Midas |
Área disponible |
ANH |
Disponible |
2.206 |
Contratación directa |
Midas |
Área disponible |
ANH |
Disponible |
2.206 |
Contratación directa |
Midas (Zoe) |
Área de explotación |
Petrolatina Energy PLC |
Producción |
6.687 |
Contratación directa |
Tisquirama |
Convenio de explotación |
Ecopetrol |
Producción |
15.201 |
Contratación directa |
Tisquirama A-B |
Producción en asociación con ECP |
Ecopetrol |
Producción |
14.761 |
N/A |
VMM2 |
Exploración con ANH |
Canacol Energy |
Exploración |
30.598 |
Minironda 2008 |
VMM3 |
Exploración con ANH |
Conoco Phillips |
Exploración |
33.714 |
Mini ronda 2008 |
VMM34 |
Área disponible |
ANH |
Disponible |
3.607 |
Open Round 2010 |
VVM4 |
Exploración con ANH |
LOH Energy |
Exploración |
62.690 |
Mini Ronda 2008 |
Fuente. Mapa de Tierras. Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). http://www.anh.gov.co/Asignacion-de-areas/Paginas/Mapa-de-tierras.aspx. Información a fecha de mayo/2017.
El municipio está localizado en el Magdalena Medio, al sur del departamento del Cesar, entre Aguachica (al norte) y San Alberto (al sur). Para acceder a la cabecera municipal, se toma 4 horas, vía terrestre, desde Bucaramanga o 4 horas igual por carretera desde Barrancabermeja. San Martín está en el corazón del Magdalena Medio, no sólo por su relación geográfica, sino porque en la época de la violencia de auge paramilitar, el Sur del Cesar encara una de las realidades más violentas durante los años 80 y 90. Según el portal Verdad Abierta: “Este es un territorio en el que se concentran varios conflictos. Fue sitio de secuestros y extorsiones perpetrados por guerrillas, de intento de una reforma agraria, de surgimiento de las autodefensas, de impulso de la ganadería extensiva y cultivos de palma de aceite, de persecución política a sindicalistas a integrantes de organizaciones de izquierda, y en la actualidad, un epicentro de desarrollo agroindustrial, de tensiones entre campesinos y finqueros, y de una de violencia que persiste por cuenta de las bandas criminales” (30).
Aunque no hay una vocación netamente petrolera dentro de los sanmartinenses, como en otras poblaciones de Colombia como en Arauca, Casanare o Meta, la problemática en cuestión, entre el fracking o no fracking es sin duda uno de los grandes epicentros de la conflictividad social en la actualidad sobre la gobernanza de los recursos naturales en Colombia, ya que pone en pugna: la visión para el desarrollo minero-energético del país y de las instituciones del Estado como la ANH, la visión territorial y la reivindicación de una democracia más que representativa, participativa, en donde las comunidades esperan tener autonomía para labrar su desarrollo social, económico y ambiental, que ha desembocado en una serie de movilizaciones sociales en contra de los proyectos extractivos y lamentablemente algunas de las cuales han acabado por medio del uso excesivo de la fuerza por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
Pero de dónde nace toda este nudo entre una resistencia civil encabezada por la Corporación Defensora del Agua Territorio y Ecosistemas -Cordatec que espera un municipio y una Colombia libre de fracking; la ANH, quien hace una primera negociación bilateral, a través de un contrato que en principio fue para convencionales y que después de 6 años de un continuo rechazo de operadores como la Shell, termina en uno, a través de una figura adicional, para no convencionales (o fracking) dejando que el primer proyecto de fracturación hidráulica del país no sea producto de la primera ronda pública para estos proyectos -2012, sino por medio de convertir la figura, de exploración y explotación, de un yacimiento convencional a uno no convencional a partir de la cesión de los intereses de la Shell a la compañía ConocoPhillips, empresa con operaciones en más de 18 países, quién se concentra en extracción con técnicas no convencionales.
Cabe señalar que tres años antes que se firmara el contrato con la ConocoPhillips, en el 2012 en Colombia se ofertó por primera vez y abiertamente bloques para exploración no convencional. En dicha ronda fueron ofertados 30 bloques y sólo 5 fueron adjudicados para exploración y explotación en esta modalidad. Sin embargo, cabe señalar que cuando se hizo la oferta de bloques en la ronda 2012 no existía una reglamentación específica para la exploración y explotación de yacimientos no convencionales; esta sólo es emitida dos años después de la subasta pública, mediante el acuerdo No. 03 de marzo de 2014. La normatividad para la reglamentación y gestión, de hidrocarburos no convencionales se basaba en un acuerdo general, y no en uno especializado, con una técnica que requiere una regulación especial.
Todo empieza así…
El proyecto que se adelanta desde octubre de 2016 en San Martín, nace como uno convencional, es decir, no fracking: es el resultado de una convocatoria pública de la mini ronda 2008 en donde la empresa Consorcio Energía Colombia S.A. suscribe un contrato con la ANH para exploración de hidrocarburos convencionales en el 2009, en el Valle del Magdalena Medio, en donde se incluía un trabajo de sísmica y un pozo exploratorio A3 (pozos perforados en estructuras geológicas nunca antes productivas, son llamados pozos descubridores, cuando resultan productores). El 23 de octubre de ese mismo año, la ANH aprueba la cesión, por parte de Consorcio Energía, del 100% de los derechos, intereses y obligaciones a otra compañía, la Integral de Servicios Técnicos S.A. y es a finales de 2011 cuando el proyecto es asumido por la multinacional Shell, quien a la final le cede la totalidad del proyecto a la estadounidense Conocophillips y a CNEOG (CNE OIL & GAS) a partir de 2015; quedándose la primera con el 80% y la segunda con el restante 20%.
Luego de este proceso, se establece un contrato adicional, para desarrollar yacimientos no convencionales en el área asignada, conocido bajo el nombre:
“Contrato adicional de Exploración y Producción, E&P yacimientos no convencionales de hidrocarburos”, en donde la ANH propone la renuncia a explorar y/o producir hidrocarburos provenientes de yacimientos convencionales; sin embargo, pocos meses después la misma ANH, expide una certificación con el asunto: “Certificación de pruebas de estimulación hidráulica pozo Pico – Plata 1, como pruebas convencionales”. Aunque haya una renuncia en el contrato para hacer convencionales, también se encontró un “sí, pero no” dentro del contrato en el capítulo: “Condiciones contractuales especiales”:
Además de las consecuencias ambientales, este es uno de los puntos centrales de la discusión que hay entre la empresa ConocoPhillips y Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas -Cordatec, el principal promotor ciudadano que rechaza la técnica de fracking en el municipio, ya que alega que si la empresa tiene un contrato para desarrollar un proyecto no convencional, por qué entonces, se hace una exploración por métodos convencionales para determinar la viabilidad de un proyecto de fracking.
“Está firmado como un contrato de no convencionales, además el mismo contrato tiene una cláusula que la misma ANH, en un derecho de petición reconoce, y es que la ConocoPhillips al momento de firmar el contrato adicional renunció a la posibilidad de explorar y explotar convencionales. Eso esta de manera explícita en el contrato, no es un invento”, señala Carlos Santiago, Vocero de Cordatec.
Esto abre la puerta a otra inquietud: por qué es la empresa la que determina qué tipo de yacimiento hay, si la ANH es la que debería conocer qué tipo de recurso tiene el subsuelo colombiano para poder determinar los mejores socios para exploración y explotación de la riqueza petrolera del país. En todo caso, la certificación de la ANH existe y la empresa ConocoPhillips puede realizar pruebas de estimulación hidráulica, en el pozo Pico Plata – 1, a través de pruebas convencionales, para certificar qué tipo de reservorios hay en el subsuelo y con una licencia de la ANLA de tipo convencional, ya que aún no se empieza la producción vía fracking.
Otro de los puntos que argumenta Cordatec para detener el proyecto de fracking es la inviabilidad para nutrir los recursos públicos. Si en este momento un proyecto de tipo convencional le aporta a las finanzas públicas regalías con un precio base en promedio de 42,03 (de acuerdo al 2016 ANH), en un proyecto de fracking, el precio base para lograr regalías es de más de 90 USD, incluso en el contrato del bloque VVM-03 (entre la ConocoPhillps y la ANH) la base, del precio del barril, para recibir regalías es de 81 USD, lo cual en un contexto de transición de precios bajos por la continua alza en los inventarios de petróleo en Estados Unidos, no deja mucha posibilidad, para recibir esta clase de recursos en una situación hipotética de producción de hidrocarburos bajo esta vía, con los precios proyectados. Pero qué pasaría dentro de algunos años; según la Firma Goldman Sachs, para el 2020 los precios se mantendrían de igual forma entre 50 y 60 USD, es decir Colombia no recibiría recursos por regalías, si el proyecto no convencional se encontrara en fase de producción.
Pero, si las regalías se vislumbran lejanas y hay una huella ambiental a considerar entonces ¿por qué hacer un proyecto de fracking en el país? Según el director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet), Juan Carlos Rodríguez Esparza, la técnica va a permitir un nuevo panorama en el abastecimiento en Colombia, según el vocero del gremio, se podrían aumentar a unos 16 años de autosuficiencia energética nacional, en materia de crudo y 50 años en gas. Para el caso del petróleo, explica Rodríguez, se podrían incorporar entre 4.000 a 7.000 millones de barriles adicionales, que evitarían la importación de crudo.
Dicho lo anterior, más la preocupación ambiental, sobre la salud, sismicidad y argumentos jurídicos anteriormente expuestos, llevó a Crudo Transparente a viajar a San Martín para conocer de primera mano el municipio, el proyecto y las opiniones de los habitantes, líderes sociales, empresa, Alcaldía y Personería, además de visitar las instalaciones del proyecto, el pozo Pico Plata – 1, a unos 45 minutos de la población central.
Por esto agradecemos de antemano, la colaboración de las autoridades locales que nos recibieron en el municipio, además de diferentes líderes sociales de Cordatec, quienes compartieron con nosotros su visión en contra del fracking; y los diferentes ingenieros y representantes de la empresa ConocoPhillips quien nos invitaron a una jornada, para conocer el pozo, la operación y el relacionamiento de la empresa en el municipio.
Caso San Martín
San Martín es una zona que alberga diferentes ecosistemas y reservas de agua como ciénagas, bosques humedos tropicales y las quebradas: Tisquirama, Quebrada La Raya y La Icotea. Llegar a San Martín es viajar a la puerta sur del Magdalena Medio. Es un lugar donde confluyen personas de todo el país por ser un corredor de paso para los santanderes, la Costa Caribe y el Interior de Colombia. Nos internamos en el Valle Medio y a medida que el tiempo reclama un nuevo paisaje donde confluye el campo con el Río Lebrija y nuestro destino: el campo petrolero que adelanta el primer proyecto de fracking en el país.
Parque central de San Martín (Cesar).
A simple vista, parece que la vida en San Martín ocurre con la calma de un pueblo nuevo que parece haber superado una época extrema de violencia. Los niños juegan tranquilos en la plaza central y los comerciantes exhiben sus mercancías, hay restaurantes abiertos y todo parece confluir con una tranquilidad aparente; ni bien se empiezan a recorrer algunas calles del municipio saltan a la vista indicios de una conflictividad latente.
*Mural anti-fracking en una de las calles del municipio.
En sus calles principales se nota cómo parte de la población expresa un descontento hacia la técnica en cuestión. Murales, afiches de: “Se vende esta casa por fracking” y tanquetas del Esmad que patrullan el área urbana, enseñan como la punta de un iceberg, el clima de conflictividad social que se vivió en el municipio durante 2016 y que no vislumbra una solución pronta.
En marzo de ese mismo año, inició la primera manifestación de la comunidad de San Martín, en torno al proyecto adelantado por Conocophillips en en el pozo Pico-Plata 1. La empresa debía iniciar a mediados de ese mes, las actividades exploratorias de la fase uno que consistían en la perforación del pozo para determinar el tipo de yacimiento, potencial de crudo, entre otros estudios. La comunidad se opuso al hecho, porque en su opinión, sería el inicio de la utilización del fracking en su territorio; más de 500 habitantes salieron a protestar en la vereda cercana de Cuatro Bocas, impidiendo el paso de la maquinaria de la empresa a la zona. Durante ese mes, hubo otra serie de protestas y marchas en la localidad, que frenaron el inicio de las operaciones por parte de la empresa.
Entre los argumentos dados por la comunidad para adelantar las vías de hecho, que aún se siguen sosteniendo, es que la empresa está operando bajo una licencia otorgada por la ANLA para adelantar pruebas exploratorias convencionales, cuando en el contrato firmado con la ANH, Conocophllips renuncia a todo lo concerniente a yacimientos convencionales. Crudo Transparente intentó comunicarse con representantes de la ANLA para conocer de primera mano esta situación y nos invitaron a conocer todo el expediente; sin embargo, sólo es posible conocer la información directamente en las instalaciones de la Agencia y contar con dinero suficiente para acceder a la información.
Posteriormente, en abril de 2016, se adelantó una marcha que congregó a más de 3 mil personas, entre las que se encontraban niños, jóvenes, adultos y mujeres embarazadas. Según representantes de Cordatec, fue escasa la ayuda que recibieron de la alcaldía municipal para esta movilización y sentó la postura del Alcalde Saúl Celis para defender el proyecto; sin embargo, representantes de la administración local desmienten esta afirmación y aseveran que pese a que el alcalde no salió “con una bandera” en contra del fracking, sí apoya la expresión popular que rechaza la técnica y están dispuestos en adelantar todas las gestiones necesarias; pero mientras se estén realizando labores de exploración convencional, no pueden hacer nada porque eso ya está permitido por el Estado y esas actividades se realizan en otros campos petroleros como Acordeonero, operado por Ecopetrol.
Esta movilización, marcó un hito dentro de la lucha que la comunidad viene adelantando en torno a la prohibición tanto del proyecto de la ConocoPhillips, como del uso de la técnica en el país. Los medios de comunicación nacional dirigieron sus ojos a esta zona del país y empezaron a hacerle seguimiento a la noticia y a cubrir la mayoría de los eventos que se generaban alrededor de ella. Esto posicionó el tema en la agenda pública nacional y prendió las alarmas tanto de las agencias del Estado y sus programas de prevención y alerta, como de la empresa y organizaciones de la sociedad civil interesadas en la defensa del territorio y el ambiente.
Con el apoyo de otras organizaciones, como la Unión Sindical Obrera (USO), y grupos ambientales tanto de la región como del ámbito nacional, se adelantó otra marcha en septiembre del mismo año que llevó el título: “Segunda Jornada Nacional contra el Fracking”. En ella varios expertos de la Universidad Industrial de Santander (UIS), la Universidad Nacional, y representantes de Argentina, México, Ecuador y Estados Unidos concluyeron en un foro en el municipio donde expusieron el tipo de tecnología y sus peligros. Asistieron más de 5 mil personas, lo que demuestra el interés de la comunidad por informarse y participar en actividades que le contribuyan a tomar posiciones en torno a lo que sucede en el territorio.
Entre marzo y septiembre, las marchas y protestas se adelantaron en medio de una tensa calma; sin embargo, en octubre todo cambió y la movilización empezó a ser señalada por parte de la administración local y nacional, hasta hoy. Esto debido a los constantes bloqueos para impedir el tránsito de la maquinaria para ingresar al campo, la empresa solicitó al gobierno nacional y local, amparado en el contrato que tiene firmado con la ANH, la intervención de las autoridades competentes para adelantar sus operaciones. Es así como durante el transcurso de una protesta en Cuatro Bocas, el Esmad entra a disolver la manifestación y se presentan excesos de fuerza que terminaron por afectar la integridad de varios habitantes y algunas propiedades privadas.
De ahí en adelante, el Esmad está presente en el municipio. Para los representantes de la alcaldía local entrevistados por Crudo Transparente, se acudió al Esmad porque las vías de hecho ya llevaban mucho tiempo y estaban impidiendo el normal desarrollo de la vida de los residentes de la vereda; pero afirman que antes de avalar el ingreso de las fuerzas del Estado, intentaron buscar una solución para el desalojo pacífico de la vía y los manifestantes se negaron. Por su parte, Cordatec, niega esta afirmación y sostiene que el Esmad utilizó la fuerza desmedida desde el principio y no le importó que en el lugar estuvieran presentes personas de la tercera edad y mujeres en embarazo.
Imágenes de expedientes de Cordatec presentados ante la Fiscalía tras las protestas de octubre.
En el municipio se siente una tensión fuerte, el constante tránsito de la tanqueta del Esmad genera una alerta. La Personería municipal ha tratado de acompañar la situación y afirma que se han tratado de buscar espacios de diálogo entre la comunidad y la empresa, pero sostiene que no ha sido fácil. Los representantes de Cordatec afirman que se sienten intimidados, no sólo por la presencia del Esmad, sino porque han recibido amenazas durante los últimos meses, incluso algunos han pedido la reserva de su nombre por temas de seguridad. Los representantes de la alcaldía y de la Personería, también han recibido amenazas y han tenido que tomar precauciones extras a la hora de movilizarse.
Crudo Transparente pudo evidenciar que las partes en conflicto: comunidad, empresa y alcaldía local, mantienen un nivel de tensión fuerte. Son persistentes los señalamientos y la descalificación de las actuaciones que cada una de ellas adelanta para la defensa o el rechazo del proyecto. La búsqueda constante para que los habitantes se identifiquen con uno u “otro bando”, es un síntoma evidente. Es necesario que se baje el nivel del discurso y que se abra la posibilidad del diálogo tripartita para la búsqueda de alternativas que beneficien a todas las partes y que finalmente traigan un balance social y económico en el territorio.
Un día después de haber llegado al municipio, el equipo de Crudo Transparente se preparó para visitar las inmediaciones de Morrison, un caserío a unos 45 minutos de San Martín que abre la puerta al fracking en Colombia, los paleteros que dan vía anuncian que pronto estaremos en territorio desconocido para medios de comunicación y ONG`s; es un lugar reservado para ingenieros y personal experto. Para llegar se pasan ciertos controles de seguridad, inducción y una agenda protocolaria realizada la noche previa al viaje. Nos advierten que no es posible tomar registros fotográficos y que cualquier toma que requiramos, será suministrada con posterioridad.
Al entrar, nos recibe un control estricto y minucioso. Vemos un campo petrolero aproximadamente con 60 trabajadores, entre personal de apoyo, seguridad, administrativos e ingenieros, muchos de ellos son personal que se contrató de la región. Todo el despliegue forma una campaña compuesta entre el casino, las oficinas, los tanques de agua y tuberías, que giran alrededor de la boca del pozo.
Tras pasar varios contenedores entramos al mat, una estera que se extiende alrededor del pozo para separar con una membrana especial los fluidos del campo, y resalta, un cuidado por adelantar una operación de manera altamente segura con sus operarios y que proteja el suelo de las consecuencias de la operación exploratoria.
A simple vista, cualquier imagen mental o referente sobre lo que sería un proyecto de fracking se desvanece y toma la siguiente forma:
Foto del campo petrolero y la boca de pozo, suministrada por: ConocoPhillips
Pero por qué explotar a lo no convencional y meterse en el centro de esta polémica; Según Fernando Ávila, director de asuntos jurídicos para latinoamérica de la Conoco Phillips, afirma que:
Nosotros anualmente vamos haciendo análisis en todos los países y en todas las cuencas de las áreas que pueden ser de nuestro interés, luego hacemos el estudio y el comité técnico hace todo un análisis donde se involucra lo ambiental, legal, de seguridad, social y saber donde es un buen lugar para ir a invertir, y ahí no solamente se analiza si hay petróleo o no; sino también se analizan si las normas te lo permiten, si hay riesgo sismológico, riesgos sociales, el clima de inversión en el país, si se va a tener que negociar con un Estado democrático o totalitario que el día de mañana me cambian las normas o es un país con un Estado de derecho en el cual existan controles legales que me permitan en caso de existir algún problema recuperar mi inversión, todos esos análisis se hacen y se concluyó que Colombia era un país propenso a recibir nuestras inversiones. Entonces a raíz de ahí vimos que las áreas de nuestro interés para el tipo de técnica que utilizamos era el Magdalena Medio, los contratos que hay aquí son contratos que nos permiten explorar pero no explotar no convencionales, entonces ¿Entramos o no entramos? Entonces en la Ronda de 2012 decidimos no entrar porque los beneficios que nos estaban dando no eran tan prometedores para nosotros. Entonces empezamos a mirar cuales son los bloques o zonas que nos interesan y vimos los bloques y notamos que habían varios asignados y contactamos a esos operadores y logramos recibir la cesión de participaciones en esos bloques y en ese momento y entramos como socios no operadores, en eso estaba el bloque Santa Isabel operado por Canacol, el Bloque DM3, el DM27 y el DM28 los tres operados por Shell y nosotros adquirimos una participación minoritaria en esos bloques. Al mismo tiempo el Estado colombiano ya había anunciado esas adquisiciones en el 2012 y 2013, porque vimos que el Gobierno estaba adelantando todas las normas técnicas, ambiental y de inmigración que iban a aplicar a esos bloques, después en el transcurso de eso se estaba perforando el pozo Pico Plata – 1”.
Son claros los esfuerzos de la empresa por presentar logros para la difusión de un proyecto seguro operativamente y con un interés de abrirse al diálogo con la comunidad. Esperan contribuir económica y socialmente al desarrollo del municipio, a través de un proyecto minero-emergético, y así, poder trabajar bajo una licencia social que les permite tener la legitimidad en la base ciudadana de San Martín. No obstante, los esfuerzos por operar con seguridad y responsabilidad empresarial parecen no ser suficientes para la oposición, y distan abismalmente los puntos comunes que permitan una concertación sobre los diferentes intereses del proyecto. Todo apunta a que los indicadores de riesgo en temas políticos y económicos muestran una estabilidad atractiva para la empresa, pero qué hay de los indicadores sociales. A continuación presentamos el análisis y las recomendaciones al proyecto, que camina en una suerte de cuerda floja, si se le suma la iniciativa de consulta popular que ya gestan colectivos dentro del municipio de San Martín, para evitar futuros proyectos minero-energéticos en la zona.
Análisis
Como ya es evidente a lo largo de este texto, hablar de fracking en el mundo y en Colombia es un tema que genera debate. La cantidad disponible de información es casi inimaginable, todo gracias a la democratización del acceso a diferentes tipos de contenidos, producto de la existencia de las redes sociales y un mayor uso del internet. Decenas de centros de pensamiento, universidades, agencias estatales, empresas, organizaciones de la sociedad civil, han emitido informes e investigaciones sobre las bondades y peligros de la técnica. Todos quieren mostrar una verdad y tomar posición frente a uno de los avances tecnológicos de mayor importancia dentro del mundo petrolero, pero que para otros se constituye en un riesgo que los estados no deben asumir por sus implicaciones en el ambiente y la salud pública.
En el caso colombiano es importante resaltar que la presión social y la organización de la comunidad de San Martín, logró posicionar el debate en la agenda pública nacional, en poco más de un año. Poco, por no decir que nada, se conocía sobre la técnica en el país; su viabilidad e importancia se limitaba a los círculos de ingenieros de petróleos y empresarios de la industria interesados en explotar yacimientos no convencionales. Era una discusión más técnica y administrativa, centrada en Bogotá, que social y ambiental de carácter territorial.
Cordatec es a nuestro parecer, la organización abanderada de este logro. Dentro de ella se congregan jóvenes y adultos interesados en la defensa del territorio, que articulados bajo la premisa de “No al fracking en San Martín” han logrado movilizar, dentro de su municipio, en marchas y plantones, más de 3.000 personas; cifra nada despreciable para el número de habitantes y más si se tiene en cuenta que la región ha sido estigmatizada por la violencia paramilitar y donde aún es común recordar los toques de queda a los que eran sometidos durante los primeros años del siglo XXI.
El derecho a la protesta es legítimo y más cuando un Estado como el colombiano continúa desconociendo la voluntad de las comunidades. Sin embargo es necesario señalar que las vías de hecho nunca son la solución permanente a esta clase de problemáticas, pues se corre el riesgo, como ya ha sucedido en San Martín, que el gobierno acuda al Escuadrón Móvil Antidisturbios -Esmad- para el restablecimiento del orden público y el funcionamiento del los proyectos petroleros. Con esto, lo que termina sucediendo es un enfrentamiento desigual entre los pobladores y los agentes del Estado que derivan, en la mayoría de los casos, en un uso excesivo de la fuerza y en el maltrato físico y psicológico de los pobladores.
Desde hace varios meses, una tanqueta del Esmad recorre durante día y noche las calles de San Martín, lejos de parecer una situación normal, se termina por convertir en una advertencia constante, que infunde miedo y desconcierto, sobre el poder que la fuerza ejerce sobre la comunidad.
La movilización que ha experimentado San Martín, ha llevado a que sus habitantes se interesen más por lo que sucede en su territorio, por conocer los procesos políticos y sociales que se adelantan en el municipio y por sentar una voz de protesta o de aprobación frente a diversos temas como la salud, empleo, ambiente, economía, educación, entre otros. Son una comunidad activa, interesada en el debate y propositiva. Esto demuestra como la articulación de la población en torno a un mismo tema, logra generar otros procesos que impactan de manera positiva la región, fomentando una democracia participativa.
Con el posicionamiento en la agenda pública sobre el fracking, el interés de los medios de comunicación, tanto regional como local, surgió y se han concentrado en hacerle seguimiento a la conflictividad social y las posiciones del Estado frente al tema; no obstante, se evidencia una parcialización de las noticias que incitan a la polarización. La imparcialidad es un ideal; no obstante, el periodismo tiene la responsabilidad de exponer todas las partes de la construcción de la vida nacional e incitar a la reflexión bien informada de los lectores, televidentes y demás audiencias. También es notorio en algunos medios, la mala utilización del término “fracking” y la propagación del pánico, que lejos de motivar a una discusión abierta y con argumentos, termina por convertirse en un escenario catastrófico que no promueve soluciones.
La desinformación tiene a las comunidades de diferentes partes del país con miedo. Por ejemplo, en Caquetá, donde la industria petrolera es incipiente y aún se encuentra en estudios exploratorios para determinar el potencial hidrocarburífero convencional, se habla que el Estado ya ofertó bloques para implementar fracking dentro del departamento; la propagación de temores infundados, tiene a las comunidades sumidas en el miedo y dispuestas a defender el territorio, aún con la propia vida, para evitar que esta técnica sea implementada. La labor de los medios de comunicación, así como los responsables de organizaciones que adelantan trabajos con las poblaciones de base, es de proporcionar la mayor información posible, de calidad y con un lenguaje que permita el entendimiento de todos; los extremismos sólo llevan a poner en riesgo a aquellos que habitan permanentemente las regiones.
Las comunidades están en constante contacto con información que les proporcionan las redes sociales, los medios de comunicación, organizaciones, entre otros; muchos filtran esta información y buscan complementarla con otras fuentes; pero hay quienes no realizan esta revisión y terminan por compartir vídeos, columnas, estudios pocos rigurosos que sólo generan más desinformación y aumentan la zozobra.
Por otro lado, se evidencia una clara ausencia de estudios rigurosos sobre el fracking y sus impactos positivos y negativos, tanto económicos, como ambientales y sociales en el país. La información que se tiene proviene en su mayoría de los Estados Unidos, y aunque no se puede desconocer su importancia, las características del suelo colombiano, los acuíferos subterráneos y superficiales son diferentes a los encontrados en el país norteamericano. Adelantar líneas de base, mapas, estudios de suelos, y demás, es deber del Estado y sus agencias, no de las empresas.
En este mismo sentido, cabe preguntarse si el abastecimiento energético de más de 15 años en crudo y 50 años en gas, que podría proporcionarnos el fracking, se justifica frente a la evidencia de los impactos negativos que la técnica tiene en el ambiente y la salud de personas en otras partes del mundo. ¿Vale la pena exponer a las comunidades a un mayor riesgo, por un país autosuficiente? Además, hay una reducción a la renta extractiva; las empresas, representantes de las entidades gubernamentales y quienes defienden la técnica, afirman que esto tiene que ser así porque los costos de inversión en las etapas iniciales de exploración y explotación son más elevados, que aquellos destinados para yacimientos convencionales.
Tampoco se encuentra una apuesta de país concertada que trace una ruta clara a Colombia sobre la autosuficiencia energética y la búsqueda de fuentes de energía renovables que permitan cortar la dependencia de las combustibles fósiles. El gobierno sigue dependiendo de la explotación de los recursos naturales, para el sostenimiento de la economía nacional y se niega a abrir el debate con las comunidades sobre el tipo de desarrollo alternativo que se quiere desde lo local.
La avalancha de consultas populares, entre ellas la que en San Martín se está organizando para prohibir el fracking y otras actividades extractivas, tiene al gobierno nacional, intentando desacelerar la expresión democrática de las comunidades. Mantener esta postura es cuestionable; en los territorios se tiene una visión clara respecto a este tema y se debe consensuar, la imposición de la fuerza y negar la legitimidad de los mecanismos de participación ciudadana como lo sucedido en Cajamarca, Tolima, no genera tranquilidad en la sociedad y motivan a las vías de hecho. Las empresas de igual forma, también esperan un marco legal seguro; ya que es inquietante la perspectiva para la inversión extranjera en el corto plazo que pone en vilo el desarrollo de proyectos en el país, por la disminución de la confianza de uno de los sectores, en la actualidad, más significantes para la economía nacional.
En este sentido también es importante resaltar, que lo que se espera en la etapa de posacuerdo, en la que se encuentra el país, es que se genere una profundización de la democracia y un aumento de la movilización social que le permita a las comunidades expresar su sentir, vocación y decidir, respecto al desarrollo de su territorio. Negar esta posibilidad es propiciar que nuevos ciclos de violencia se generen.
Recomendaciones tripartitas: una decisión por construir
Debido a la tensión entre gobierno, empresa y comunidades Crudo Transparente presenta una serie de recomendaciones para buscar alternativas que permitan una despolarización del tema, que ayuden a construir un consenso nacional sobre la técnica, fracking, y los proyectos que espera el país en términos de fracturación hidráulica y que en la actualidad se concentran en el Valle del Magdalena Medio.
Gobierno
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El gobierno está en deuda de promover un diálogo nacional entorno a los proyectos minero-energéticos con el fin de que los territorios se vean incluidos en una decisión conjunta, previa aprobación de licencias y ofertas de bloques, para que no se generen brotes de conflictividad en el desarrollo de actividades extractivas.
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La ANH debe conocer la composición geológica del subsuelo, antes de ofertar un bloque y no dejar en manos de la empresa el levantamiento de información clave (mapa de acuíferos, tipos de roca, tipo de yacimiento, profundidades) para la toma de decisiones de un país.
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El gobierno debe ser transparente y explicarle a las comunidades y al país en general, que se van a percibir menos regalías y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) debería pronunciarse por la falta de recursos que dejaría de captar con un proyecto de explotación no convencional.
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La Estrategia Territorial de Hidrocarburos (ETH) debería estar permanentemente en el territorio buscando espacios de diálogo donde comunidades y empresas puedan concertar sin posturas radicales.
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Se debe garantizar el derecho a la protesta de los manifestantes y el exceso de la fuerza del ESMAD debe ser investigado por las autoridades competentes y realizar las sanciones debidas.
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Revisar los contratos no convencionales y su modelo de regalías para lograr mayor captura de renta extractiva por la explotación de yacimientos no convencionales.
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Adoptar el principio de precaución, que fue emitido por la Contraloría, frente a la falta de certezas sobre los reales impactos que la técnica fracking, genera en el ambiente.
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El acceso a la información es primordial, no se puede exigir que para consultar sobre licencias o documentación de proyectos, es imperativo visitar las instalaciones físicas de las Agencias del Estado. En épocas como las actuales, la información debería estar sistematizada y disponible en internet para la consulta de cualquier persona de forma gratuita.
Comunidad
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Evitar las vías de hecho que pongan en peligro la integridad de los habitantes y del territorio y usar las vías democráticas, para lograr o promover sus intereses.
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La población debe cuidarse de posturas polarizadas que la obliguen a tomar partido sin reflexiones.
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Filtrar la información que les proporcionan los medios de comunicación, las redes sociales y organizaciones para evitar la desinformación y la propagación de noticias distorsionadas.
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La administración local debe respetar la opinión de todos sus habitantes y no discriminar a ningún ciudadano por estar de acuerdo o no con el proyecto, evitando el señalamiento.
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Evitar señalar a la empresa por la “culpa del fracking” en Colombia, ya que es el Gobierno quien decidió apostarle a dicha visión de desarrollo y ellos fueron escogido por el Estado para ser socios comerciales. Es prudente agotar los procedimientos antes las entidades del Estado, para dar soluciones a los reclamos, así como de las vías democráticas para promover intereses colectivos.
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Por parte de la sociedad civil a nivel nacional e internacional, se debe mirar con más detenimiento e interés el tema de fracking en el país. Este es un referente de movilización social en escala, de política pública, inversión extranjera y una técnica al menos, pionera en Colombia, que necesita varios niveles de análisis en temas ambientales, jurídicos, económicos y sociales, para apoyar una postura y una concertación nacional.
Empresa
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Reconocer que las comunidades también tienen un conocimiento valioso sobre las dinámicas sociales, económicas, políticas y ambientales, debido al saber cultural propio de la región que cada uno de los habitantes alberga.
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Pese a las dificultades, si se mantiene el proyecto, ganar la licencia social es un reconocimiento que debe adelantarse con distintos tipos de socialización, transparencia y proyectos comunitarios de inversión social voluntaria adicional para generar una conexión con la población, entendiendo las diferentes posturas de los sanmartinenses, en donde hay posiciones a favor y en contra.
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Difundir públicamente y con un lenguaje aterrizado, el plan de manejo ambiental de la compañía para que la población tenga certeza y seguridad sobre el manejo de los acuíferos y aguas subterráneas, una de las mayores preocupaciones de la región. Hacer control, seguimiento, monitoreo y evaluación con resultados públicos de la situación ambiental desde que se comienza con el proyecto y su transcurso en el tiempo, para que la ciudadanía interesada pueda consultar los datos abiertamente.
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Mantener la apertura con los distintos organismos públicos y ciudadanos de control y/o veeduría que ayude a transparentar los procesos operativos de la exploración y extracción en el campo, para aumentar la confianza en el municipio.
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Wines, Michael, (2016, marzo 28), “Drilling Is Making Oklahoma as Quake Prone as California”, [en línea], disponible en: https://www.nytimes.com/2016/03/29/us/earthquake-risk-in-oklahoma-and-kansas-comparable-to-california.html?ref=nyt-es&mcid=nyt-es&subid=article).&_r=0
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Ibíd.
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Op. Cit.
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Good, Kate, (2015, febrero 11), “These 4 Countries Have Been Banned FRacking… Why Cant´s the U.S. Get On Board?”, [en línea], disponible en: http://www.onegreenplanet.org/environment/countries-except-united-states-that-have-banned-fracking/
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The Guardian, (2016, junio 24), “German government agress to ban fracking after years of dispute”, [en línea], disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2016/jun/24/germany-bans-fracking-after-years-of-dispute
- Olsson, Juan Pablo, (2016, diciembre 17), “La amenaza del consenso del fracking”, [en línea], disponible en: http://www.infobae.com/opinion/2016/12/17/donald-trump-y-la-amenaza-del-consenso-del-fracking/
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350 organización, [2016, agosto 29], “Más de 70 ciudades brasileñas prohíben el fracking en sus territorios”, [en línea], disponible en: https://350.org/es/press-release/mas-de-70-ciudades-brasilenas-prohiben-el-fracking-en-sus-territorios/
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Alcaldía San Martín, Cesar, S.F., “economía”, [en línea], disponible en: http://www.sanmartin-cesar.gov.co/informacion_general.shtml#economia
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