Diálogo minero-energético: entre lo negociable y no negociable
La palabra diálogo aparece continuamente y casi de forma desgastada pero no invalida, en lo que sería el discurso del sector minero-energético, para lograr algún acercamiento empresarial a un territorio, que espera albergar algún proyecto de orden extractivo. En el peor de los casos la palabra diálogo evidenciaba una notificación sobre el proyecto y no una concertación sobre el mismo.
Ahora cada vez más las comunidades ven el diálogo como una apuesta de orden complementario, cuando surgen herramientas políticas directas, como la Consulta Popular, la cual a través del voto ciudadano pone en duda la capacidad de lo vinculante, del diálogo social y territorial.
Las poblaciones veían en el diálogo, antes de la sentencia T-445 como una única puerta, que conducía a una sala con algún nivel de esperanza, donde podrían negociar sus aspiraciones tanto por las compensaciones ambientales y sociales, como para influir en el ordenamiento territorial.
Tras un nuevo orden político que concede la Consulta en los municipios, es insoslayable el deseo del ciudadano sobre la configuración municipal que se puede dar a través del voto. El orden político en este caso prevalece al orden del lenguaje (el de la mediación) y pone en riesgo la capacidad argumentativa y los debates informados sobre los desafíos del país. Si esto sucede se pierde, por naturaleza, la construcción social y el vínculo para el desarrollo entre lo municipal y lo nacional. Si gana el veto extractivo, a través de la Consulta, se profundiza el poder de la democracia, pero la concertación para el desarrollo queda a un lado.
Si bien los discursos que usamos representan el mundo, la política que usamos lo configura. La llamada “Consultitis” que estalla en 2017, es decir, 8 consultas minero-energéticas en las cuales todas las votaciones municipales, ha superado el umbral del 95% por ciento a favor del “No” deja un contexto donde la pregunta es ¿Para qué hablar cuando podemos vetar?
Gas vehicular: estrategia para la transición de combustibles
Germán Arce, actual ministro de Minas y Energía, recalcó que una de las posibles alternativas para que el país pueda alcanzar las metas ambientales propuestas en los Acuerdos de París, es que el gas se convierta en una de las fuentes de energía principales, para el parque automotor en Colombia.
En la actualidad, el sector de transporte es el que más utiliza fuentes de energía, pues consume el 41% del total del país. Arce menciona que el gas ya es una fuente importante para los ciudadanos colombianos y explica que: “Cerca de 8 millones y medio de hogares con acceso al gas natural y más de 550.000 vehículos convertidos a gas, dan cuenta de la importancia de este combustible en el día a día de los colombianos”.
Por lo tanto, en los próximos años el país podría impulsar el uso del gas como fuente de energía principal para más vehículos, dice Arce que: “Se espera que para 2030 el uso de Gas Natural Vehicular en los buses evite la emisión de 612.000 toneladas de CO2”. Esta transición ayudaría a que Colombia reduzca considerablemente sus emisiones de CO2, según los acuerdos internacionales.
Ecopetrol y los beneficios tributarios offshore
Después de la revelación de los Paradise Papers en Colombia, los cuales muestran que Ecopetrol tiene propiedades offshore en países conocidos o parecidos a los llamados “paraísos fiscales”, con jurisdicciones especiales tributarias como Bermudas, Felipe Bayón presidente de la Estatal afirmó, “Sí, pero no es un paraíso fiscal”.
Los Paradise Papers en Colombia mostraron que más del 50% de estructura empresarial de Ecopetrol se encuentra en países con beneficios tributarios como Bermudas, Suiza y Delaware (EE.UU.). A pesar que tener propiedades offshore es legal, como en el caso de Ecopetrol, tener inversiones financieras en estas locaciones puede que lleve a empresas y personas a la evasión tributaria y a la fuga de capitales.
Vía: ColombiaCheckñ. “Ecopetrol en Bermudas”. 01/12/17
Diálogos ELN: Juan Camilo Restrepo desiste de su cargo
Durante una entrevista con ‘Caracol Radio’, el jefe negociador del Gobierno en los diálogos con el ELN, Juan Camilo Restrepo, anunció que le ha comunicado al presidente Santos su intención de dejar el cargo en los primeros días de 2018.
Según Restrepo, su etapa en la mesa de negociación ha caducado y las razones de su renuncia están relacionadas con el rol de presidente que desempeña en Tribunal de Arbitramento.
Dice Restrepo que: “Ese tribunal va a tener una intensificación en sus trabajos importante en el primer trimestre del próximo año, igualmente otra serie de compromisos y responsabilidades de carácter personal y profesional me exigirán que esté presente con mucha más permanencia en Bogotá, a partir del primer trimestre del próximo año”.
Aún no se ha anunciado quién reemplazará a Restrepo en la Mesa, pero el presidente Santos y Restrepo han estado en constante comunicación acerca de qué persona sería la adecuada para tomar el puesto. Consecuentemente, Santos ha declarado que el proceso de paz con el ELN no se detendrá a pesar de esta renuncia.
Revisa las declaraciones de Restrepo en: “No vamos a negociar por negociar” en: https://crudotransparente.com/2017/11/22/restrepo-jefe-negociador-de-los-dialogos-del-gobierno-con-el-eln-no-vamos-negociar-por-negociar/
Vía: El TIempo. “Juan Camilo Restrepo renuncia a ser jefe negociador con el ELN”. 04/12/17
Tendencia de conflictividad ambiental en Colombia y el mundo
En el último año han surgido múltiples casos de conflictividad en ciertas regiones de Colombia, centradas en la resistencia de comunidades contra la explotación de petróleo y minería.
Esta conflictividad se ve reflejada en movimientos sociales como huelgas y consultas populares, las cuales buscan proteger los territorios de la extracción. Una nueva investigación de universidades europeas y latinas muestra que las problemáticas entre los deseos de gobiernos, empresas extractivas y los ciudadanos, se han vuelto un denominador global.
Investigadores de la Universidad de Barcelona (España), Lund (Suecia) y Magdalena (Colombia), realizaron un mapa interactivo que se reveló en la COP23 en Bonn, el cual muestra algunos casos más representativos de los últimos años. Por ejemplo, América Latina aparece como la región con la mayor cantidad de casos de conflictividad, seguida por Europa. Alemania y Holanda son algunos de los países donde los ciudadanos se han expresado en contra de la extracción y sobre el uso de combustibles fósiles.
Andrea Cardoso, investigadora y profesora colombiana que participó en la elaboración del mapa dice que: “La resistencia Wayúu para que no desvíen el río Ranchería y el arroyo Bruno y el movimiento indígena para conservar el Parque Yasuni en Ecuador son ejemplos de gente que piensa que es mejor dejar el petróleo y el carbón en el suelo”. El mapa reúne alrededor de 70 casos importantes de la pelea contra los combustibles fósiles alrededor del mundo.
Mira el mapa aquí: https://ejatlas.org/featured/blockadia
Ya no son 5 años: ANH proyecta reservas a cerca de 4
A pesar de las buenas noticias que se alcanzaron las metas de exploración del país antes de lo esperado, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) confirmó que la cantidad de reservas con las que cuenta la Nación no durarán más de 5 años. Según Orlando Velandia, presidente de la Agencia, el número de años que se espera dure la autosuficiencia petrolera del país, bajará uno más de lo estimado.
Esta información surge en medio de reportes de esperanza para la industria petrolera en Colombia. La ANH y la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) reportaron que el 2017 fue un periodo de recuperación para los hidrocarburos. Los números de pozos perforados y exploraciones realizadas fueron más de las esperadas, ya que, de los 41 pozos perforados, un tercio ha sido exitoso. Sin embargo, la ANH confirmó que las reservas, al terminar el 2017, sólo serán de cuatro años y medio; un pronóstico crítico en materia de soberanía energética para Colombia.
Se espera que el Gobierno aplique medidas de contingencia para aumentar las inversiones e incentivos para los proyectos de exploración y explotación, así como apoyar técnicas como el fracking, con el fin de aumentar las reservas nacionales.
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