RECAUDO DE REGALÍAS ALCANZA LOS $8.33 BILLONES EN 2021

 

 

Columna de Opinión Nacional

 

 

Un año fundamental para la inversión territorial 

 

Daniel Castillo Camacho

 

La semana anterior el Ministerio de Minas y Energía anunció que el recaudo de regalías había superado el nivel esperado, ubicándose en 8.3 billones de pesos, es decir, 17,3 % por encima de los 7.07 billones esperados. Dicho comportamiento se dio gracias a que el precio internacional del Brent logró ubicarse en un rango entre 70 y 75 dólares, mientras que las estimaciones hechas a principios de 2021 se habían calculado con un precio de 55 dólares.

 

 

Las cifras mencionadas anteriormente provienen en un 77 % de la industria de hidrocarburos y en 23 % de la explotación minera; además,  al superar el nivel de recaudo esperado el presupuesto de regalías estimado para el bienio 2021-2022 se va a cumplir sin problema, y quedará un excedente que puede ser utilizado para inversiones futuras y engrosar el presupuesto que será aprobado en el último trimestre del año para el bienio 2023-2024.

 

 

Este mayor recaudo llega en un momento fundamental para el desarrollo del Sistema General de Regalías y la inversión territorial, ya que 2022 representa el año en que la reforma aprobada en 2020 debe comenzar a mostrar sus cambios y sus posibles mejoras frente al sistema anterior, aun cuando la Ley 2056 debía ser adoptada por todos los entes territoriales a partir del 1 de julio pasado.

 

 

El desafío principal para Alcaldías y Gobernaciones es poder ejecutar recursos conforme al capítulo de SGR que debieron incluir en sus planes de gobierno y desarrollo, para esto deben mejorar sus capacidades de planeación, contratación, ejecución y vigilancia ya que ante la ausencia de los OCAD territoriales, la exigencia institucional debe ser más alta.

 

 

Otro de los desafíos que afrontan las regiones, es el de la conformación y desarrollo exitoso de las Mesas de Participación Ciudadana, instancia que busca que la población sea parte activa en los procesos de planeación y asi, ajustar de mejor manera el enfoque de las iniciativas a financiarse y que en el mediano y largo plazo tengan un impacto real.

 

 

Hasta el momento, los OCAD regionales no han tenido el protagonismo esperado en la aprobación de inversiones que les da el nuevo SGR. No obstante, las instancias que sí han aportado principalmente en temas de infraestructura vial, vivienda, mejoramiento de acueductos e implementación de redes de energía en zonas no interconectadas son los OCAD Paz y el del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

 

 

En este año, es fundamental que entren en juego de manera dinámica todas las instancias de aprobación y se prioricen inversiones de gran envergadura, con visión de largo plazo y que busquen en su mayoría seguir mejorando la calidad de vida con el acceso a servicios públicos, salud y educación. Igualmente es importante que las inversiones medioambientales, las dirigidas a enfoque diferencial y el programa de Mujer Rural y las que buscan la implementación de la paz, tengan mayor relevancia y hagan parte importante del sistema.

 

 

Finalmente, la destinación de recursos a Ciencia, Tecnología e Innovación, al mejoramiento del sector agropecuario, al fortalecimiento del sector turístico y cultural, será importante para lograr la reactivación económica después de la pandemia, pero también para comenzar a usar las regalías en la consecución del fortalecimiento de nuevas industrias más allá de la extractiva, que vayan en la dirección de la diversificación económica y la transición energética.


 

NOTICIAS

El recaudo de regalías en 2021 superó la meta propuesta

 

 

 

El recaudo de regalías superó la meta con un 18% durante el 2021. La apuesta inicial fue de $7.07 billones de pesos, no obstante, esta cifra llegó a los $8.33 billones.

 

 

Adicionalmente, el Ministerio de Minas y Energía informó que el 77% de las regalías que se recaudaron provienen del sector de hidrocarburos, siendo esta una cifra de $6.4% y el restante, $1.9 billones, fue aportado por la minería.

 

 

El presupuesto del Sistema General de Regalías (SGR) aprobado para el 2021-2022 tiene un monto de $17.3 billones de los cuales $15.4 billones son ingresos corrientes, $1.8 billones son rendimientos y finalmente, $75 000 millones provienen de excedentes financieros del SGR.

 

Uno de los factores que ha favorecido a este hecho es el precio internacional del petróleo y el carbón, siendo estos los dos principales productos de exportación en Colombia, indica el Ministerio de Minas y Energía. Asimismo, la TRM que durante el último trimestre del año tuvo un promedio de 3 979 COP.

 

 

Fuente: El Heraldo. El recaudo de regalías en Colombia fue de 8.33 billones. 12/01/2022

 

 

 

El 27% del personal de la industria petrolera son mujeres

 

 

Gracias a un estudio reciente que realizó  la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) se evidenció que la participación de las mujeres en el gremio de hidrocarburos alcanzó un 27%. 

 

 

La cifra es llamativa a comparación de otros países. En Estados Unidos el Consejo de Tecnología y Fuerza Laboral de Energía reportó que solo el 19% lo representan mujeres en este mismo sector. Asimismo, el infórme de Boston Consulting Group (BCG) índico que el sexo femenino representa tan solo el 21% a nivel mundial. 

 

 

Los resultados de la ACP resaltaron que “Del total de la fuerza laboral, la participación de las mujeres en el segmento de transporte, distribución de combustibles y refinación es superior a la registrada en las actividades de exploración y producción. Sin embargo, el promedio de la industria se ve jalonado por el upstream debido a que es el segmento que posee el 77% del total de la fuerza laboral”

 

 

Cabe resaltar que aunque esta industria ha sido liderada por hombres a lo largo del tiempo, por cada cuatro hombres que trabajan, una mujer también lo hace.

 

 

Fuente: Portafolio. Las mujeres ya representan el  27% en la industria petrolera del país. 13/01/2022

Cae el precio del petróleo tras caída de las reservas de crudo en Estados Unidos

 

 

 

 

El 13 de enero del 2022, el precio del petróleo cerró en rojo debido a que las reservas de crudo en Estados Unidos bajarán 4.6 millones de barriles según la Agencia de Información sobre Energía (EIA).

 

 

Teniendo en cuenta lo anterior, EEUU se pronunció que su reserva de crudo quedó en 413.3 millones de barriles. 

 

 

Gracias a este hecho, el barril de petróleo BRENT, el cual referencia Colombia para sus cuentas fiscales, para entrega en marzo, perdió un valor de 0.24% y alcanzó los 84.47 dólares. 

 

 

Por otro lado, en Nueva York el barril WTI, para entrega en febrero bajó en un 0.6%, cerrando en un total de 82,12 dólares. 

 

 

Fuente: Semana Precio del petróleo bajó tras caída de las reservas de crudo de Estados Unidos. 13/01/2022

 

 

 

La ANH busca que la actividad exploratoria vuelva a los índices pre pandemia

 

 

 

Durante el 2020 y 2021, Colombia redujo significativamente la actividad exploratoria de hidrocarburos debido a la pandemia del COVID-19. Sin embargo, para este año el Plan Nacional de Desarrollo no descarta la exploración de 60 nuevos pozos, una meta que busca igualar o incluso, superar las cifras pre pandemia. 

 

 

Según Juan Carlos Rodríguez, director del Departamento de Energías de la Universidad de América, las expectativas son favorables para el sector debido a que “en primera instancia en el repunte de los precios internacionales del petróleo y el gas, debido a la demanda que se está reactivando bajo el esquema de nueva normalidad por efecto de la pandemia en el mundo”.

 

 

Asimismo, el académico atribuye el comportamiento de la reactivación, lo que puede favorecer a Colombia y al sector debido con la posibilidad de que el barril de petróleo alcance a los $90 USD por barril durante este invierno. 

 

Finalmente, el cuarto ciclo del Proceso Permanente de Asignación de Áreas (Ppaa), propuso la adjudicación de 30 nuevas áreas de las 53 contempladas en la Ronda Colombia con una tasa de éxito del 53%. Por otro lado, Ecopetrol tiene previsto perforar alrededor de 1 800 yacimientos entre 2022 y 2024 para mantener la producción encima de los 7 000 barriles diarios.

 

 

Fuente: Exploración de nuevos pozos petroleros regresaría a niveles pre pandemia en 2022. 14/01/2022


 

Columna de Opinión Regional

 

 

Enfoques de la transición energética de cara a las elecciones del 2022

 

 

Invitado especial:

 

 

Iván Darío Rojas Moreno

Especialista en memoria colectiva, derechos humanos y resistencias CLACSO

Licenciado en ciencias sociales UPN

Líder de la Escuela Kimy

 

 

La transición energética se ha convertido en tema obligatorio de discusión entre los diversos candidatos que opinan sobre el modelo minero energético del país, dado que se reconoce la finitud de los combustibles de origen fósil, como también las implicaciones ambientales que conlleva continuar con la matriz energética actual. Razón por la cual es necesario problematizar esta categoría, dado que no todos los actores la comprenden de la misma manera, y porque es necesario vincular nuevas voces que den sentido a dicha transición para que esta democratice el derecho a la energía.

 

 

En primera instancia es necesario enunciar que el debate de transición energética emerge desde la década de los 70s, con las diversas convenciones sobre las problemáticas que surgen de la explotación intensiva de los combustibles de origen fósil, muy ligado también al desarrollo teórico y conceptual de las energías renovables. Estas últimas toman impulso en la década de los 80s, con el desarrollo tecnológico de la energía térmica, eólica, hidráulica, nuclear y fotovoltaica que aún mantenían un estado experimental.

 

 

Pero será en la década de los 90s que el panorama de las energías renovables se asuma de manera más práctica, por medio de la implementación a gran escala y masiva de termoeléctricas, hidroeléctricas, parques eólicos y fotovoltaicos en especial en el continente Euroasiático. Caso contrario sucedió con la energía nuclear, dados los accidentes que se presentaron, sumado a la política de seguridad que se desplegó por parte de las potencias militares frente a los países no alineados y en vías de desarrollo.

 

Aún así, las energías de origen fósil se mantuvieron a la cabeza, dado su fácil acceso, transformación, transporte, consumo y el lobby de las empresas, lo cual derivó en una dependencia imbricada entre la economía y las relaciones políticas internacionales. Esto hizo que las otras energías asumieran un papel secundario, el cual se ha visto transformado por el cambio climático, la búsqueda de soberanía energética, las transformaciones tecnológicas y el agotamiento de los hidrocarburos en el mundo.

 

 

Es por ello que a groso modo existen tres grandes posturas frente a dicha transición en el país, la primera de tipo corporativo, la segunda estatista y la tercera con un enfoque de tipo comunitario, cada una comprende relaciones, objetivos y perspectivas diversas.

 

 

El primer enfoque asume que es necesario la vinculación de empresas multinacionales sin participación directa del Estado en la generación y comercialización de la energía producida, aprovechando las condiciones biogeográficas existentes en cuanto corrientes marinas, vientos, escorrentías y radiación social por zonificaciones del país, emplazando para ello megaproyectos que capten la energía y la vinculen al sistema eléctrico interconectado, en el caso de energía eléctrica, o la comercialicen mediante franquicias para lo cual el litio y el cobre son dos minerales estratégicos para la conducción y almacenamiento del recurso producido.

 

 

Este enfoque privilegia las dinámicas propias de la economía de mercado, sin evaluar de manera crítica los impactos ambientales que acarrean los megaproyectos en los territorios y su población. Ejemplo de ello son los conflictos socio ambientales que se desarrollan en el Quimbo, Ituango y Urra frente a hidroeléctricas, o los que inician con las comunidades Wayuu de la alta Guajira con el emplazamiento de parques eólicos de manera masiva, amenazando con generar el desplazamiento de sus territorios y propagar el etnocidio de la nación Wayuu, por ello son denominados proyectos extractivistas del capitalismo verde.

 

 

Por otra parte se encuentra la perspectiva estatista, que defiende el tránsito como una manera de alcanzar la soberanía y la autonomía energética del país, también asume que este proceso permite desarrollar las fuerzas productivas y financiar políticas distributivas de la riqueza con el objetivo de alcanzar mayores niveles de igualdad social. Para lo cual es necesario apalancar el desarrollo de los proyectos energéticos con inversión en los ejes académico, científico y tecnológico, que optimice la explotación de dichos recursos naturales, generando a su vez redes asociadas de valor, comercialización y consumo.

 

 

Esta visión se ancla en las miradas desarrollistas y económicas que no reflexionan sobre el impacto ambiental de la producción a gran escala de las energías renovables, o lo asume como un mal menor, por lo cual no analiza los pasivos ambientales y sociales de su producción. Es por ello que algunos críticos lo asumen como una versión actualizada del neoextractivismo, al continuar con la ruptura de las relaciones entre la sociedad y la naturaleza, que aunque se presente como progresista no genera discontinuidad frente a la instrumentalización de los territorios.

 

 

En tercera instancia se encuentra el enfoque comunitario el cual asume que hablar de transición energética, implica ubicar como centralidad la toma de decisiones sobre sus territorios, por ello su participación debe ser decisiva; a su vez busca el mantenimiento de los ecosistemas y el fortalecimiento de sus planes de vida, en los términos de sus usos y costumbres. Es así que propende por la construcción de proyectos a escala local, que aprovechen de manera contextualizada las condiciones geográficas de los territorios, disminuyendo el impacto ambiental y social, aunado al encadenamiento de dichos emprendimientos con proyectos estatales de mayor envergadura, con miras a alcanzar la soberanía y la autonomía energética, bajo políticas distributivas de la riqueza apoyadas en el desarrollo científico, académico y técnico de sus comunidades.

 

 

En tal sentido es de resaltar que son pocas las experiencias en el país, la más reconocida es el “tornillo de Arquimides” utilizado por ex combatientes de las FARC en la generación de energía para la ETCR de Miravalle, y algunos emprendimientos muy focalizados de energía fotovoltaica asociada a proyectos de agroecología en diversas partes del país. Razón por la que aún se debe incentivar este tipo de emprendimientos comunitarios con financiación y acompañamiento tecnológico del Estado, aun así queda en debate el uso del litio sumado al cobre como minerales estratégicos para la transición.

 

 

Finalmente enunciar que estos tres modelos de transición energética no son unívocos o monolíticos, se encuentran en disputa y constante reconstrucción, por ello y de cara a las elecciones del 2022 es vital que la ciudadanía se informe sobre estas temáticas, asuma de manera crítica su posición y consulte a los candidatos sobre su enfoque en materia de transición energética, ya que la política pública que se legisle y administre afectará de manera positiva o negativa el ambiente, la economía y las relaciones sociales en diversas escalas del territorio nacional.


*Se precisa que las columnas de opinión pertenecen a sus respectivos autores/autoras y por ende, no comprometen a Crudo Transparente, ni a sus financiadores.