Colombia padece un conflicto armado interno que durante más de cincuenta años, ha sido uno de los factores que incide negativamente en el bienestar de las comunidades y el desarrollo del país.
El Gobierno Colombiano y las FARC-EP iniciaron conversaciones de paz desde noviembre del año 2012, en La Habana. Ya se conocen avances de acuerdos sobre los temas de la agenda relacionados con los puntos: i. Política de Desarrollo Agrario Integral; ii.Participación Política iii. Solución al problema de las drogas Ilícitas. Adicionalmente se han dado pasos significativos en la dirección de desescalar la confrontación bélica como el acuerdo sobre desminado y la declaratoria de un cese al fuego unilateral en vigencia desde el pasado mes de diciembre de 2014. Este último punto suspendido por las FARC-EP a raíz de los últimos acontecimientos en el departamento del Cauca. Tanto el gobierno como esa organización insurgente, han manifestado su voluntad de llegar a un acuerdo final que implique la dejación de armas y la firma de un cese al fuego definitivo.
Igualmente con el ELN se han iniciado conversaciones desde el año pasado y se avanza en la concertación de la agenda, ubicando puntos centrales como la participación política, construcción de democracia, participación de la sociedad y particularmente de las víctimas, fin del conflicto armado y el como van a implementar los acuerdos. También se habla de la disponibilidad del EPL de entrar en conversaciones aunque no se conoce un pronunciamiento del gobierno nacional en la misma dirección.
Estos diálogos tienen como propósito el “fin del conflicto y una paz estable y duradera”. Colombia se ha llenado de esperanza con este proceso, que sin duda beneficiará a todo el pueblo colombiano y en particular a los trabajadores y las comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas asentadas en las zonas rurales y en las regiones con recursos minero energéticos (minería, petróleo, gas) que han sido el epicentro de la intensa confrontación bélica y, en consecuencia, las que más han padecido los rigores de la afectación y vulneración de sus derechos fundamentales y constitucionales.
ECOPETROL y la U.S.O. apoyan los esfuerzos que vienen realizando el gobierno nacional y las guerrillas, en procura de esa paz que tanto anhelan los colombianos y colombianas. Por este motivo en el marco de la nueva Convención Colectiva de Trabajo acordamos realizar la II ASAMBLEA NACIONAL POR LA PAZ (II-ANPP).
Como antecedente importante de las iniciativas de la sociedad civil para solucionar el conflicto armado interno queremos mencionar la realización de la I Asamblea Nacional por la Paz en agosto de 1996 convocada por Ecopetrol, el Gobierno Nacional y la USO. En aquella ocasión se exploraron caminos con las empresas del sector petrolero y con las organizaciones guerrilleras para que “la infraestructura petrolera, sus trabajadores y las comunidades no fueran involucradas en el conflicto armado”.
Luego de tres (3) años de conversaciones, la opinión mayoritaria de la sociedad Colombiana es que se debe avanzar por la vía de la solución política al conflicto armado interno que culmine con los acuerdos para la construcción de una paz estable y duradera.
En el mismo sentido se han pronunciado diversos organismos internacionales multilaterales como UNASUR, la Cumbre de las Américas, la 5 Asamblea de la CELAC, los gobiernos de EE.UU, Reino Unido y Alemania, la Comunidad Económica Europea; y los gobiernos de Noruega y Chile en calidad de garantes de las conversaciones que se desarrollan en la Habana, Cuba.
Texto por: Segunda Asamblea Nacional por la Paz (más información)
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