Columna de Opinión Nacional
Una crisis sin solución cercana
Daniel Castillo Camacho
Ya son seis semanas desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el Covid-19 como una pandemia, y a partir de ahí los cambios que ha sufrido el mundo entero en su cotidianidad han permitido presenciar escenarios económicos, políticos, sociales y ambientales, que hasta hace solo dos meses eran insospechados.
El aislamiento al que se ha tenido que someter la población mundial para combatir la propagación del virus, ha distorsionado cualquier proyección de las variables económicas fundamentales como productividad, consumo, inflación o tasa de cambio; además, este fenómeno ha impactado directamente en sectores como el manufacturero, automotriz, retail, financiero, agrícola, pero sobre todo en el petrolero.
Desde marzo, cuando Arabia Saudita y Rusia se vieron involucrados en una guerra de precios, por no acordar los recortes necesarios para combatir la sobre oferta de petróleo consecuencia de la disminución en la demanda mundial, la valoración del barril de crudo ha sufrido bajas importantes y en algunos casos sin antecedentes como la ocurrida el pasado martes 21 de abril.
El barril de WTI, referencia del crudo estadounidense, cayó hasta -37,6 dólares en los futuros negociados para el mes de mayo, algo nunca antes visto, la razones fueron tres fundamentalmente: la ausencia de demanda mundial, las predicciones de una crisis sostenida y la dificultad que tiene Estados Unidos a partir de ahora para almacenar petróleo.
A pesar del acuerdo logrado entre la OPEP y sus países aliados en el que se comprometen a recortar producción en 9 millones de barriles diarios, la demanda ha caído en 20 millones de barriles diarios, por lo que la sobreoferta seguirá aumentando, la capacidad de almacenamiento mundial llegará a su tope y los precios continuarán en niveles muy bajos.
Por otro lado, en el caso colombiano la referencia de su petróleo es el Brent, que se negocia en los mercados europeos y que, aunque no ha llegado a escenarios con precios negativos, su caída ha sido evidente promediando los 20 dólares por barril; 40 dólares por debajo de las proyecciones hechas por el gobierno, y 10 dólares por debajo del precio de equilibrio que tiene la industria en el país, por lo que las compañías que operan en nuestro territorio, incluida Ecopetrol, están generando pérdidas.
Los efectos en la industria según la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) se traducen en 2 % de los trabajadores despedidos, 46 % de empleos indirectos afectados, una disminución del 60 % en las inversiones y de 75 % en la cantidad de pozos perforados, además, puede existir en el corto plazo cese de operaciones,, fuga de capitales, disminución en más de la mitad de las reservas, aplazamiento de proyectos offshore, ausencia de subastas de nuevas áreas y disminución de 65 % en las regalías para inversión social a partir de 2021. Todo esto ante una devaluación constante de nuestra moneda y crecimiento negativo al cierre del año por primera vez desde hace 21 años.
El principal problema es que más allá de reestructurar planes y proyecciones por parte del gobierno y la industria para mitigar los efectos de la crisis, la solución no depende de ningún agente económico. La vuelta a la normalidad se ve lejana y llegará cuando la pandemia que desencadenó este escenario de cambio y volatilidad constante tenga cura, la vacuna contra el Covid-19 será la única capaz de frenar la crisis no sólo en la salud de la población, sino también en la economía mundial.
¿Cuál es el papel de Estados Unidos como productor de Shale Oil & Gas?
Desde 2010 a 2015, la producción de petróleo de Estados Unidos creció en un 60%, gracias a la implementación del fracking. Esta técnica, desarrollada durante decenios dentro del marco de la búsqueda de independencia energética del país norteamericano después de la crisis de principios de los 70, terminó por convertir a los Estados Unidos en el primer productor de petróleo en el 2019, por encima de Arabia Saudita y Rusia y generó la fuerte caída del precio del crudo en los mercados internacionales en 2015.
Donald Trump declaró a finales del 2019 que: “La edad de oro de la energía norteamericana está en marcha”, con esta afirmación selló el papel del país como un actor fundamental en la dinámica global del commodity; situación que ha puesto en cuestionamiento la predominancia de la OPEP para fijar el precio del petróleo.
Afectaciones a Latinoamérica por la caída de precios
Los recortes de producción acordados por la OPEP para combatir la crisis en los precios del petróleo, que se vive actualmente como consecuencia de la disminución drástica en la demanda mundial, no han generado los efectos deseados sino que por el contrario, han mantenido la sobreoferta llevando a menos de 20 dólares la cotización del barril Brent y a -37 dólares el precio del WTI.
Los efectos negativos de esta coyuntura no han sido ajenos para los países latinoamericanos, que tiene en la industria extractiva una de sus principales actividades económicas. En este caso el análisis se centra en Venezuela, Ecuador, México, Brasil y Colombia.
En el caso venezolano, la referencia de su crudo no está ligada ni al WTI ni al Brent que son los negociados en el mercado internacional. Sin embargo, su petróleo ha perdido valor, ubicándose a 9,9 dólares por barril; 10 dólares por debajo de lo que cuesta producirlo, situación que puede profundizar la crisis económica, social y política del país y que lo llevaría hasta una situación de default. Brasil por su parte, que en 2019 extrajo mil millones de barriles, ya había hecho un recorte de producción de cerca de 200 mil barriles diarios al inicio de año y su estatal Petrobras ha elaborado un plan de contingencia para sobrellevar la crisis, que se considera la más grande en 100 años.
Para Ecuador la crisis ha sido especialmente fuerte, ya que su petróleo está ligado a la referencia WTI; dejando el precio de venta por debajo del de producción. Los impactos fiscales serán grandes; sin embargo, el Gobierno no ha disminuido la producción, argumentando que deben cargar las refinerías para no descuidar a sus principales socios comerciales: China y Tailandia. El caso mexicano es parecido, aunque la actividad petrolera ha perdido fortaleza al punto de representar 4 % de la producción nacional, además, el gobierno contrató una cobertura petrolera donde se fijó el precio del barril a 49 dólares, lo que lo cubre de fluctuaciones del mercado.
Por otra parte, En Colombia la cotización del Brent por debajo de 30 dólares, algo impensado al inicio de 2020, ha llevado a que las compañías generen pérdidas. La situación ha desencadenado una crisis en la industria y por ende en las finanzas públicas del país; en este momento ya se han evidenciado despidos equivalentes a alrededor del 2 % de los trabajadores y una afectación en el 46 % de los empleos indirectos que genera el sector.
Por otro lado, según la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) las inversiones proyectadas en la industria caerán en un 70 %, la perforación de pozos disminuirá, y las consecuencias económicas para el país pueden significar una caída del 65 % en las regalías, 70 % en los derechos económicos, menores dividendos provenientes de Ecopetrol y un déficit fiscal y comercial mayor al esperado.
Perspectivas a futuro para el mundo
- Las secuelas de la pandemia en sectores como el Turismo, el teletrabajo y cadenas de valor han hecho que grandes petroleras como Exxon Mobil, Shell, BP y Equinor entre otras decidieran diversificarse hacia las energías renovables y se presume que medianas empresas hagan lo mismo.
- La incertidumbre que generaron los sectores de Transporte e industrial, sumado a la extrema volatilidad del mercado, reducirá las inversiones en nuevos proyectos de empresas petroleras a nivel mundial.
- La constante de precios bajos del petróleo ha resultado en la quiebra de empresas norteamericanas dedicadas al fracking, en 2020 se proyecta que varias de estas empresas desaparezcan.
- Quienes sufren con los costes de extracción son Venezuela e Irán impactados en gran parte por las sanciones estadounidenses que en cierta medida acrecientan la conflictividad social.
- Países como Noruega, Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita o Kuwait que acumularon ingresos petroleros como fondos soberanos están menos vulnerables que el resto de países, y aún así se recomienda que diversifiquen sus economías.
- Según proyecciones del Fondo Monetario Internacional, la economía mundial puede sufrir una contracción de -3% este año. La crisis comprende un “shock sanitario, perturbaciones económicas internas, derrumbe de la demanda externa, cambios de sentido de los flujos de capital y colapso de las materias primas”.
- Para Colombia el Centro de Investigaciones Económicas de Fedesarrollo, estimó una contracción superior al 2,7% para este año causada por la baja en el consumo doméstico y el desplome del precio de crudo a nivel mundial.
Memes de la caída del precio del petróleo
NOTICIAS
El pueblo indígena Siona protege su territorio en Puerto Asís, Putumayo
Los Indígenas de la comunidad Siona, ubicados en la frontera de Colombia con Ecuador, a más de dos horas, río abajo de Puerto Asís, Putumayo; defienden sus tierras frente a la tala de árboles y la explotación de petróleo, manifestando que, en la zona, empresas ya están adelantado pruebas sísmicas en busca de crudo. Dos mujeres lideresas del pueblo indígena, Milena Payoguaje y Martha Liliana Piaguaje, abogan por estos hechos, ellas denuncian que han recibido amenazas de muerte y no han logrado realizar monitoreos a la afectación de su territorio.
Los Siona son considerados uno de los pueblos más amenazados del país, ubicándose en el número 34. En este resguardo viven alrededor de 40 familias, aproximadamente de 200 personas, 8 de estas familias han abandonado la comunidad debido a la falta de oportunidades, calidad de vida, amenazas y violencia por grupos armados no estatales. Los indígenas que no han abandonado su territorio se consideran “Resistentes” y defensores del medio ambiente.
La guardia indígena, a su vez, es la encargada de patrullar su territorio, utilizando insignias que los caracterizan como indígenas, pero sin el uso de armas, cumpliendo la función de que ningún actor armado, involucrado en el conflicto, entre a sus tierras.
Precios del petróleo inician otra semana con caídas
Este lunes 27 de abril, los precios del barril de petróleo, tanto en Londres como en Estados Unidos presentaron caídas como consecuencia de la incertidumbre sobre la demanda y la falta de capacidad de almacenamiento en medio de la pandemia. Mientras que el barril Brent perdió un 7,54% quedando a $22,94 dólares; el barril WTI retrocedió 25,74% ubicándose a $12,57 dólares.
Cabe recordar que el pasado lunes 20 de abril, el petróleo WTI, la referencia estadounidense, cayó a números negativos debido a la preocupación de los inversores y comerciantes frente a la caída de la demanda mundial. Entretanto, el martes 21 de abril, el precio del petróleo Brent de referencia europea y colombiana, descendió en un 24,4% quedando a $19,33 dólares. Sin embargo, para final de la semana pasada, los precios mostraron una recuperación.
Con el fin de mejorar la situación en el mercado de la industria petrolera, los principales productores, la OPEP+ acordaron reducir la producción en 10 millones de barriles por día a partir de mayo, marcando el final de la guerra de precios ocasionada entre Arabia Saudita y Rusia.
Vía El Tiempo: El petróleo inicia otra semana con fuertes caídas en Londres y EE. UU. 27/04/2020
Vía Portafolio: Precio del petróleo estadounidense sufre nuevo derrumbe 27/04/2020
Ecopetrol emite bonos por USD 2,000 millones anticipando detrimento del mercado
La estatal petrolera emitió Bonos de Deuda Pública Externa el pasado viernes 24 de abril con vencimiento en abril del 2030 y con un rendimiento del 7%, alcanzando así un valor de USD 5,000 millones, en una demanda en la que participaron más de 250 inversionistas de Estados Unidos, Asia, Europa y América Latina.
Según un comunicado expedido por Ecopetrol: “Esta transacción busca anticipar eventuales necesidades de caja asociadas a un deterioro en las condiciones de mercado y brindar flexibilidad en el desarrollo de la estrategia empresarial”.
Adicionalmente, la petrolera estima que basada en las proyecciones financieras vigentes, no se prevén necesidades adicionales de endeudamiento para el 2020. Aún así, la empresa con esta medida busca anticipar posibles necesidades de caja asociadas a la desmejora en las condiciones mercantiles mundiales.
Vía Infobae: Colombiana Ecopetrol coloca bonos por 2000 mln dlr con amplia demanda 27/04/2020
Vía Portafolio: Emisión de bonos de Ecopetrol superó las expectativas. 27/04/2020
Columna de Opinión Regional
En la región Caribe la industria petrolera también padece el Covid-19
Danna Rodriguez Lechuga
La emergencia sanitaria causada por el COVID-19 y la guerra de los precios del crudo han convulsionado la industria petrolera, de modo que esta ha tenido que asumir ajustes y cambios en sus procesos de producción y exploración. Colombia no es la excepción, y en el caso particular de la región Caribe se evidencian varias afectaciones.
Por un lado, el despido masivo de trabajadores y la suspensión de contratos laborales, que constituyen una problemática bastante polémica debido a la falta de garantías denunciadas por algunos sindicatos como la Unión Sindical Obrera (USO) y la Unión de Trabajadores de la Industria Petrolera y Energética de Colombia (UTIPEC). Precisamente, Crudo Transparente realizó un mapeo sobre dichos cuestionamientos, el cuál arrojó en la región Caribe un registro de aproximadamente 500 contratos suspendidos, 300 empleados en vacaciones colectivas anticipadas y 72 despidos. Si bien estas cifras no alcanzan la magnitud de otras regiones del país, implican una perturbación en los ingresos de los hogares, además de un impacto en las economías locales por cuenta de la suspensión en la contratación de bienes y servicios.
Del mismo modo, compañías que operan en el territorio se han visto obligadas a suspender sus procesos de exploración. Tal es el caso de Hocol, filial de Ecopetrol, que cesó sus actividades exploratorias en el pozo Obiwan, ubicado en el municipio de Tolú, Sucre. Es importante señalar que, en un principio, la empresa estaba dispuesta a continuar con los trabajos, amparada en las excepciones del numeral 25 del Decreto 457 del 2020 y el apoyo del Ministerio de Minas y Energía; no obstante, tomó la decisión de detener las operaciones para prevenir posibles enfrentamientos con la comunidad, que manifestó sentirse amenazada por una posible propagación del virus por la llegada de trabajadores foráneos a la zona.
En todo caso, el mayor impacto se encuentra en los proyectos offshore trazados para este año, pues se estaba experimentado una reactivación progresiva en el sector gracias a los procesos de subastas y la firma de contratos costa afuera en 2019; se esperaba un crecimiento de las inversiones por encima de los USD 250 millones en el desarrollo de planes exploratorios en aguas profundas del Mar Caribe. Sin embargo, el escenario que presenta la actualidad obliga a aplazar la ejecución hasta el próximo año.
Ciertamente, este panorama es preocupante en la medida en que, de acuerdo con la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), se estima una caída de 75 % en el presupuesto para exploración costa afuera, pues las empresas están sumando esfuerzos para minimizar costos en medio de la doble crisis. El punto neurálgico de esta coyuntura consiste en que, sin las actividades de exploración, no es posible aumentar las reservas para la autosuficiencia energética, que sitúan en 6,2 años y 9,8 años para el petróleo y el gas, respectivamente, teniendo en cuenta que gran parte de la expectativa sobre este cálculo se sustenta en la continuidad de los proyectos offshore.
En este sentido, la región Caribe no es inmune a la doble crisis mundial, además el horizonte próximo no parece alentador, pues por la incertidumbre generada por la pandemia se esperan decisiones drásticas. La ACP prevé posibles caídas de la producción y cierre de campos (tanto de crudo como de gas), lo cual se agrava con el sostenimiento de la demanda de ambos productos.
Lo anterior, repercute directamente en los ingresos de los entes territoriales por cuenta de la reducción de los pagos de regalías y otros ingresos. Esto disminuye la capacidad de los gobiernos locales, para materializar proyectos estratégicos que se presupuestaron con estos recursos. Lo más grave es el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran ahora miles de hogares que dependen de este sector.
Así las cosas, el reto consiste en mantener los servicios y operaciones bajo las medidas estrictas de bioseguridad, garantizar la empleabilidad en el sector y fortalecer las medidas económicas para mantener la producción; todo en medio de un escenario de altos costos y baja rentabilidad.
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