Pijao: una apuesta coherente y diferente a la extracción

Crónica julio – agosto 2017

Por: Andrés Vargas Ferro

Foto: Mural en una de las calles dentro de la cabecera municipal de Pijao, por: Crudo Transparente.

 

Pijao en el Quindío es un pueblo sin prisa desde el 2014. Es único en el mundo, ya que, por extraño que suene, “vivir sin prisa” es una opción cuando se espera recuperar una población que vivió la violencia de actores armados no estatales y que además, sobrevivió a un terremoto que devastó gran parte del eje cafetero en 1999. La Fundación CittaSlow o Ciudad Lenta, trabaja hace casi 10 años de la mano de Mónica Flórez, lea: “No todo lo que brilla es oro”, para conservar el paisaje cafetero en el municipio, que fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2011.

 

Países de la red Cittaslow: Fuente cittaslow.org

 

Cittaslow es un movimiento que nace en Italia a finales de los 90´s con miembros en más de 230 ciudades de 30 países y busca preservar los modos de vida tradicionales, que para el caso de Pijao, se concentran en una apuesta de desarrollo alternativo que en principio sea respetuosa con el ambiente, se preserve la arquitectura tradicional en este caso  (republicana o campesina), se fundamente en el comercio justo o “fair trade”, una mínima utilización de energías fósiles, destaque productos de origen -en donde en este municipio resaltan sus 10 variedades de café tipo exportación-; y en el turismo responsable de bajo impacto.

 

Foto: Ruta del Paisaje Cultural Cafetero

 

Este municipio, como otros muchos lugares de Colombia, ha vivido en carne propia la leyenda del fénix y ha tenido que transformarse de golpes como la violencia propia del conflicto armado, el narcotráfico y un terremoto en 1999 de 6,4 en la Escala de Ritchter, que dejó en ruinas gran parte de las viviendas y edificios en los departamentos de Quindío y Risaralda, que cambiaría la mentalidad y el espíritu de sus habitantes para siempre.

 

“La gente no tenía esperanza. Eso generó que muchos jóvenes se fueran a otras ciudades, y no precisamente a estudiar, muchos entraron al narcotráfico. Yo pensé que mi tarea es que hablen bien del pueblo y que los principales diarios nacionales vengan. Pero no se había entendido a nivel local que era Cittaslow, pero al final hizo que este municipio cambiara a nivel global; las casas y las fincas no valían nada y gracias al turismo y al Cittaslow, se empezaron a valorar terrenos por 200 – 300 millones que antes valían 20. Cuando nadie creía y empezó a hacerse esa visibilización y los medios empezaron a llegar, este lugar se transformó”, explica Flórez.

Foto: Mónica Flórez, líder del movimiento Cittaslow en Colombia.

 

Ahora, casi 10 años después, una visión de país por las industrias extractivas parecía ir en contravía de un modo artesanal y vanguardista de estilo de vida que había logrado valorar a Pijao y posicionarlo, ante los ojos de muchos, como una apuesta económica segura; lejos de los impactos socio-ambientales propios de la industria minera o petrolera, en donde los indicadores sugieren incrementos en las tasas de prostitución, drogadicción y un aumento de la dependencia de la economía extractiva. Lea, “Casanare: Petróleo vs. Agro el regreso a las raíces del llano”.

 

Hace 10 años algunos líderes socio-ambientales del Eje Cafetero, como Nestor Ocampo alertados por organizaciones sociales locales, llevaron a cabo una investigación en donde encontraron que más del 60% del Quindío estaba comprometido en proyectos de gran minería. “Había 98 contratos de concesión otorgados, 80 de ellos a multinacionales, para la exploración y explotación de oro, plata, platino, zinc, cobre y ferroníquel”, destaca Ocampo.

 

Dentro de estas pretensiones de explotación se encontraban los intereses de la minera aurifera AngloGold Ashanti (con sede principal en Sudáfrica), para la solicitud de tierras para proyectos extractivos en Pijao; pero realmente la polémica detonó cuando uno de esos intereses se proyectaron sobre inmediaciones del Valle del Cocora, a través de una solicitud oficial al alcalde de Salento (también municipio del Quindío) y el debate sobre la minería a gran escala en un área protegida por ser parte del Parque de los Nevados, durante el 2016, tuvo un mayor protagonismo y presiona, en últimas, para que la empresa renunciara a la intención de explorar en el Valle.

Foto: Valle del Cocora, ubicado en la Cordillera central andina de Colombia.

 

Según la ANM (Agencia Nacional de Minería) en el Quindío sólo hay 43 títulos mineros -frente a los 8.866 que hay en todo el país- y lo categoriza como un departamento libre de megaminería en el país. No obstante, a pesar que la compañía AngloGold Ashanti en un comunicado de prensa de 2017, afirmó que no tenía interés en realizar algún tipo de proyecto minero en el departamento desde el 2016, los ánimos llevaron a la sociedad civil de Pijao, a promover una consulta popular para blindar al municipio del mega-extractivismo.

 

Foto: Miembros y simpatizantes del colectivo LGBTI del municipio se manifiesta en contra de la mega-minería.

 

Así, la consulta popular, que profundiza la participación ciudadana hacia una democracia directa, pone en un nuevo escenario a la apuesta extractiva gubernamental en los municipios de interés. La llamada “consultitis”, nace de un proceso legal y de movilización civil que tiene su génesis en el Quindío.

 

La consulta popular en Pijao fue el fruto de 3 años de trabajo, porque inicialmente el Tribunal del Contencioso Administrativo declaró que la pregunta, tal como estaba formulada era tendenciosa y fue necesario recurrir a una tutela. Finalmente, eso se resolvió en otras instancias, según la sentencia T- 455 de la Corte Constitucional, ratificó el derecho que tenía el municipio a hacer la consulta popular”, señala Morales.

 

Esa sentencia T-445 de 2016 dió pie a que se realizarán las consultas populares en Cumaral, Cabrera y Cajamarca; aprovecharon el resuelve de la Corte Constitucional, para formular preguntas con resultados vinculantes sobre si sí o no llevar a cabo proyectos extractivos en los mencionados municipios, en los departamentos de Meta, Cundinamarca y Tolima, respectivamente.

 

Pijao, siendo el origen, no fue la excepción y se sometió a votación el 09 de julio de 2017, con la pregunta: “¿Está de acuerdo, sí o no, con que en el municipio de Pijao se desarrollen proyectos y actividades de minería de metales?”.

 

La gran mayoría de los habitantes del casco urbano y de veredas aledañas; gente del campo, académicos, ambientalistas, profesores, artistas y científicos trabajaron unidos a través de diferentes colectivos en pro de la defensa del agua y el territorio para lograr el “No a la extractivas”, como Corpofomento y Marcha Carnaval. Antes de la votación, en las diferentes calles, se podía ver un ambiente generalizado de rotundo rechazo a la minería con toda clase de carteles y pancartas en las fachadas y en los cafés sólo se hablaba de votar “No”.

 

Foto: Plaza central de Pijao el dia de la consulta popular (09 de julio de 2017).

 

La victoria fue contundente para los colectivos civiles: 2.613 personas rechazaron la megaminería, mientras 26 estuvieron de acuerdo con un posible proyecto extractivo.

 

Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.

 

El pueblo está escuchando a nuevas personas que les permite entender su entorno de una manera diferente. Se generó un trabajo pedagógico y de socialización para rescatar el valor ambiental, productivo, cultural y arquitectónico de Pijao”, comenta Angélica Gómez, de Marcha Carnaval.

Hay muchos grupos de ciudadanos en el municipio que trabajaron por el No. Muchos grupos sociales, el Concejo, el gremio de cafeteros, la gobernación del Quindío y organizaciones sociales del municipio, que van puerta a puerta, están hablando con el ciudadano del común y es la misma gente la que ha sacado sus volantes”, añade Mónica Flórez.

 

Foto: Día de la consulta popular en Pijao (09 de julio 2017).

 

El día de las votaciones

 

Viajamos a Pijao en los días que rondaron el 09 de julio, en los que se llevó a cabo la consulta popular como una antesala a una tendencia que sumó, para la mayoría de sus habitantes, un triunfo contra una apuesta extractiva. La consigna: recursos minero-energéticos sí, pero no en todo lado. El debate que le queda al país: ¿entonces dónde y cómo? Por hora, conectamos con una apuesta coherente diferente al extractivismo del pueblo del buen vivir de Colombia y Latino América y descubrimos en Pijao, un esfuerzo desde la sociedad civil, para fomentar una economía solidaria, basada en la confianza vecinal, el café de origen, la cultura, el turismo de bajo impacto y la recuperación arquitectónica, factores que han resultado que Pijao esté ahora en el mapa nacional e internacional de una economía transformadora y responsable.

 

Descenso regional en el porcentaje del Índice de pobreza multidimensional en calidad de vida para la región cafetera (Dane, 2013).

 

Foto: Una de las calles principales de Pijao.

 

Caminar por sus calles y al mirar puertas adentro de sus casas y locales, se abren ciertos “mundos” que no esperarías encontrar en otro pueblo. A la salida del casco urbano se encuentra la Casa Galería 1902, que promociona artistas locales con diferentes colecciones y que promueve además iniciativas gastronómicas como Pan Rebelde. Este Colectivo elabora diferentes preparaciones con productos 100% colombianos, para recuperar e innovar sobre las recetas de los abuelos y abuelas y utilizan productos como el bore, yuca, cidra, plátano y el café.

 

Uno de los líderes del colectivo, Rubén Pardo, señala que: “Pan Rebelde se ha configurado también como un espacio de intercambio y de encuentro alternativo. estamos en un momento histórico donde las juntas de acción comunal no logran convocar y donde los sindicatos tampoco, los espacios tradicionales de encuentro están desgastados. Es muy importante que nos inventemos otros. Esto es fundamental porque nos ofrece la posibilidad de conocernos y descubrir qué es más lo que nos une, que lo que nos separa”.

 

Foto: Pan Rebelde. La comida llama al turismo regional y son decenas de personas los que asisten a este evento itinerante.

 

Pardo explica sobre las votaciones del 09 de julio, el día de la consulta popular, que: “Nada bueno trae la megaminería, por lo menos para las comunidades locales. Ese dinero se va al extranjero y no lo vemos. Nosotros quedamos con los problemas y nos tienen acostumbrados a que la democracia es un acto de ir a votar cada 4 años, y ya. Aquí la gente está votando, no por un candidato, no está recibiendo una teja de zinc o un tamal por el voto; sino que está votando a conciencia para defender el territorio”.

 

Foto: máquina tradicional para moler café.

 

Por otro lado, a parte de su riqueza creativa, gastronómica y cultural, un estudio realizado en Alianza con la Universidad del Quindío afirma que Pijao alberga 1.368 hectáreas de bosque natural. Recorrer los caminos de sus veredas es encontrar un municipio incrustado en la naturaleza salvaje, los cafetales y fuentes de agua como el Río Pijao, que lo atraviesa. Es encontrarse mientras se reclaman las alturas hacia la parte de páramos, con especies de plantas y animales como las icónicas garzas y otras aves, como el barranquero, tucanes, azulejos, gavilán pollero, copetón y espatuladas, un paraíso para los observadores principiantes y profesionales, que ven en el turismo de bajo impacto, una opción de esparcimiento.

Foto: Fauna y flora por las veredas.

 

Son muchos las pistas que deja entre ver lo importante de la movilización social para salvaguardar la idiosincrasia local y la vocación que ha acompañado durante décadas poblaciones que ven en el cuidado de la naturaleza, apuestas culturales, un mínimo impacto ambiental, consumo de alimentos locales, recuperación de la arquitectura, una forma de progreso.

 

La apuesta civil por la recuperación de Pijao, un pueblo que pasó de la violencia y el anonimato a formar parte de un corredor turístico deja un legado por mejorar, blindarse de las industrias mega-mineras ratifica su apuesta rural por el desarrollo; sin embargo, a pesar de lo colorido y llamativo de su apuesta,  el municipio tiene grandes retos por superar en temas de educación, mortalidad infantil, servicios públicos, vivienda y acceso a internet.

 

Foto: Casa de la Cultura.

 

Las últimas cifras de la caracterización territorial del Departamento de Planeación Nacional (DNP), muestran cómo Pijao tiene una tasa de analfabetizmo del 11,8%, doblando la de todo el Quindío, ubicada en un 6,9% y una tasa de mortalidad infantil (fallecidos por mil nacidos vivos) alarmante que suma un 21,7% frente a un 12,8% de la región cafetera (Dane 2013).

 

Fuente: DANE, MinEducación y MinSalud.

 

La cobertura en gas domiciliario es del 0% y la penetración de internet ronda el 2%, limitando el acceso a la información y educación de los habitantes del municipio y sobre todo de su población más joven en proceso de formación y en búsqueda de oportunidades.

 

A pesar de los esfuerzos de líderes como Mónica Flórez y del respaldo de la iniciativa Cittaslow aún se deben sumar las diferentes visiones de política pública entre el gobierno nacional y la alcaldía local para que dichas iniciativas puedan tomar fuerza y aprovechar el posicionamiento de la fundación y el municipio, para brindar mejor servicios públicos y una mayor cobertura educativa, que si van de la mano con la propuesta Cittaslow, podrán hacer de Pijao no solo un municipio único por su color, respeto del tiempo y al medio ambiente, sino también competitivo para los desafíos del siglo XXI.