En un contexto en donde las decisiones sobre el desarrollo del sector extractivo en Colombia están cada vez más polarizadas, Crudo Transparente le pregunta a Germán Espinosa, presidente de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petroleros (Campetrol) sobre los nuevos desafíos de la industria petrolera que tienen azotado, como en una cuerda de un ring, a los representantes empresariales del sector o al menos ese parece el sentimiento. La Consulta Popular ha sido la gran fortaleza de las comunidades y le da la ventaja a los territorios tras la sentencia T-445 de 2016 que garantiza el mecanismo de participación directa, para decidir si en los diferentes municipios se pueden adelantar, o no, proyectos de extracción en minería o petróleo. A la vista la única ventaja para el sector ha sido un alza en los precios que han permitido un barril sobre los 50 USD, lo que ha posibilitado una reactivación en pozos y exploraciones.
Como resultado, durante 2017 se ha detonado un boom de las consultas populares que como tendencia en los diferentes resultados como en Cumaral (Meta), el resultado de las votaciones ha sido “No”, rechazando la industria en la región. Lea nuestra investigación “Consulta Popular: sí o no a los proyectos extractivos”, pero además hay un agravante para el gremio, la fecha de vencimiento para la reservas de hidrocarburos nacionales está en cuenta regresiva, una especie de reloj de arena, y dentro de 5 años, el país no tendría una sola gota de crudo comercial y pasamos de exportadores a importadores. Lea “Un país sin petróleo” en nuestra red aliada, La Silla Llena.
Crudo Transparente: ¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento para este año para la industria petrolera en Colombia?
Desde CAMPETROL vislumbramos un panorama de recuperación para lo que resta de 2017. Las cifras en materia de planes de inversión en exploración y producción, presentan un mejor escenario de precios, mayores eficiencias en las firmas y una curva de aprendizaje desarrollada a partir de las dificultades de los años anteriores que permiten pensar que el 2017 es un año de recuperación para la Industria.
Hemos vivido los primeros cinco meses del año con precios entre los US $45 y los $55 el barril y varios analistas coinciden en que de mantenerse este escenario se puede ir estabilizando el mercado.
Por otro lado, entre los principales desafíos que reconocemos en la Cámara para este año se encuentran la necesidad del cambio en el modelo de relacionamiento del sector con las regiones productoras y mejorar los niveles de reservas que han venido en declive constante durante los últimos años y que encienden las alarmas sobre la garantía de autosuficiencia energética del país.
En materia de producción, la Asociación Colombiana de Petróleo estima que el presupuesto de inversión en producción estará entre 3.070 y 3.370 millones de dólares el próximo año, que se verán reflejados en la realización de más de 500 pozos.
No obstante, nuestras afiliadas, las compañías de servicios mantienen la prudencia propia de la incertidumbre y volatilidad que caracterizan al precio internacional del crudo. Por otro lado, a nivel de país, este año deben ponerse al día las compañías operadoras para cumplir sus compromisos previamente adquiridos respecto a exploración y producción con los contratos de la ANH y que venían siendo aplazados por la coyuntura de bajos precios vista en 2015 y 2016.
Esta mayor actividad esperada en las compañías operadoras redundará en más oportunidades contractuales para las compañías de servicios petroleros. El aumento tanto en las inversiones de exploración y producción como en las metas de perforación de pozos exploratorios y de desarrollo avizoran un panorama más favorable durante 2017, para todas las compañías que tienen actividad en el sector hidrocarburos.
En un escenario de posible desabastecimiento y pérdida de autosuficiencia en la producción de petróleo en pocos años, ¿cuál debería ser la estrategia del Gobierno para impulsar la industria y la producción en el corto plazo?
Las posibilidades reales de revertir la situación pasan por aumentar la exploración onshore y optimizar los recursos ya descubiertos con la implementación de proyectos de mejoramiento del factor de recobro y estimulación de yacimientos en rocas generadoras.
El offshore (exploración y producción en el mar) es un proyecto exploratorio que si bien tiene perspectivas positivas, tomará tiempo para su definición y desarrollo.
Por lo anterior, el Gobierno y la industria deben trabajar para generar garantías para que las actividades del sector se puedan realizar en un entorno tranquilo en términos de seguridad, infraestructura y desde luego estabilidad jurídica para que las inversiones pueden hacerse.
Frente a esto último vemos con preocupación el auge de las consultas populares y creemos que el Gobierno y la industria deben tener un rol articulador y de liderazgo para coordinar a todo el sector de hidrocarburos en pro de acciones que cambien el sentir popular, hacia nuestra actividad.
Históricamente Colombia ha vivido en un escenario de posible desabastecimiento. Las reservas de petróleo han caído a mínimos de la última década. ¿Cuáles son las principales razones para que no se esté aumentando la producción en el país?
El desplome del precio del petróleo que comenzó a finales de 2014 y llegó a su punto más bajo a comienzo de 2016 frenó inversiones y planes de exploración. De otra parte, estamos en una paradoja en la que necesitamos petróleo para alejar la importación, pero nos negamos la posibilidad de realizar proyectos petroleros.
En nuestro estudios evidenciamos una parálisis de la exploración onshore en términos de pozos exploratorios y adquisición sísmica, la situación de reservas, producción y autosuficiencia, escenarios de actividad futura en el entorno global y los determinantes locales, que seguramente nos van a llevar a formular una situación de posible importación de crudo, si no se revierte la situación, se viabilizan las operaciones y se genera un ambiente de inversión competitivo. Lo anterior tendría graves consecuencias en nuestra economía pues la importación de crudo en el periodo de 1974-1986, fue superior a 90 millones de barriles, que le costaron al país más de cinco mil millones de dólares de esa época, situación que no se puede repetir, porque no hay cómo afrontarla en las actuales circunstancias.
Actualmente, ¿cuáles son los principales riesgos en los que se ve inmersa la industria petrolera en Colombia?
Principalmente la volatilidad en el precio del crudo y los otros factores que afectan la rentabilidad del negocio, así como la conflictividad socio ambiental.
Parece haber un ambiente de desconfianza en el Estado colombiano y en la seguridad jurídica que este provee a las empresas. ¿Por qué una empresa petrolera debería invertir en Colombia y no en otro país?
Colombia en producción onshore tiene con un alto reconocimiento por su buena experiencia y tecnología. Además cuenta con una gran cadena de abastecimiento, donde las compañías petroleras y las de bienes y servicios incluso supieron reinventarse durante la crisis para lograr importantes optimizaciones.
Lo anterior es la consecuencia de tener 100 años de experiencia en exploración petrolera y de haber demostrado que la industria colombiana en varios periodos logró salir adelante en un negocio cíclico y en momentos más difíciles que los actuales.
De otra parte, mientras no se violen los derechos fundamentales de unos y otros, la seguridad jurídica debe ser el norte de cualquier país. Y en Colombia el ordenamiento jurídico es muy exigente en cuanto a la estabilidad de los derechos adquiridos.
Según el Gobierno las condiciones para la exploración de petróleos nunca habían sido mejores debido al acuerdo de paz logrado con las FARC, si esto es así ¿Cuáles son los factores para que las reservas hayan caído a mínimos históricos de hace 9 años?
Es positivo el progreso que han tenido los acuerdos de paz: tanto el que ya culminó con la guerrilla de las FARC como el que se está llevando a cabo con ELN y que permitirían desescalar el conflicto. Estos acuerdos fundamentalmente fortalecerían la institucionalidad colombiana en las regiones que hasta hoy han sido duramente golpeadas por el conflicto y que por ello han visto restringida la inversión no sólo en materia de hidrocarburos sino también social y de su economía en general, pero estos beneficios hasta ahora empiezan a percibirse pues aún no se ha terminado de materializar la anhelada paz.
La apuesta a la paz va de la mano de un objetivo claro de desarrollo regional, como base de la sostenibilidad de los acuerdos alcanzados y por alcanzar, acá será fundamental que el sector de hidrocarburos pueda jugar un rol para con sus actividades ayudar a consolidar la paz en estas zonas.
¿Cuál es la posición de la Cámara Colombiana de Petróleos ante los procesos de consultas populares en los que se definirá, por las comunidades la explotación o no de petróleos en sus respectivas regiones?
Las consultas populares petroleras son un mecanismo válido de expresión popular garantizado por la Constitución, pero no se pueden convertir en un instrumento que vulnere derechos fundamentales de la población, que aspira a desarrollo regional sostenible y a que este les brinde un futuro mejor, dentro de un equilibrio del cuidado ambiental y la actividad petrolera, que sabemos las compañía productoras, así como las de bienes y servicios pueden desarrollar en una actividad altamente vigilada.
El diálogo informado urge para acercar posiciones negativas polarizantes, que no contribuyen a la construcción del país que queremos. No se trata de desconocer derechos de unos u otros. Por el contrario, se trata de garantizar los derechos de todos. Un decreto para armonizar la gestión del territorio es una iniciativa a la que se une CAMPETROL. Toma tiempo, requiere acuerdo político, pero es una forma de hacer las cosas bien. Sería la posible antesala de una Ley de concertación minero energética, iniciativa que varios sectores tienen en su agenda y que necesita el país.
Desde CAMPETROL promovemos la unidad de todo el sector y el Gobierno Nacional para llevar diálogo y pedagogía a las regiones pues evidenciamos que los resultados y el crecimiento de este mecanismo popular se sustenta en desinformación tendenciosa y sin fundamento técnico y de ahí la necesidad de trabajar conjuntamente y con decisión.
Si el escenario jurídico se sigue desarrollando a favor de las consultas populares. ¿Cuál será el futuro de la industria petrolera en Colombia?
El desabastecimiento petrolero y el fantasma de la pérdida de autosuficiencia están a la vuelta de la esquina, si no enfrentamos esta situación como un problema de cada eslabón de la cadena de valor del sector de hidrocarburos, incluidos Gobierno, industria y territorio, pues nos exponemos a perder la autosuficiencia lo cual tendría efectos catastróficos para el país.
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