César Loza, presidente de la USO: denuncia sobrecostos en Reficar y entrega recomendaciones a Santos sobre la paz
Nace la USO: contexto del origen sindical
La revolución industrial, que terminó a mitad del siglo XIX, dejaba atrás un escenario económico y social puramente rural, que permitió nuevas nociones de empresa, producción y capital. También traía consigo una nueva forma de asociación por parte de los trabajadores. Estos grupos organizados, mantenían su interés sobre la lucha de poder marcado mediante el alcance de logros permeados por el bienestar laboral. Los mismos esperaban defender sus derechos frente a los empleadores y fueron conocidos como sindicatos.
Estas formas de relacionamiento entre los dueños de industrias y trabajadores fueron originalmente reprimidas y violentadas para opacar su capacidad de incidir en la toma de decisiones y muchos de ellos nacieron y crecieron bajo la clandestinidad y fuera de la ley.
En Colombia, el primer sindicato fue el de artesanos reconocido en 1847. Mientras que, el primer sindicato petrolero se da más de 70 años después, con la llegada de la Tropical Oil Company (TOC), en la zona del Cararé ubicada la región del Magdalena Medio, para explotar el crudo. Así, a partir de 1920, gracias a las prometedoras ofertas de buenos salarios por el desarrollo de la industria, la movilización de trabajadores ayudó a desarrollar la ciudad de Barrancabermeja. De caserío pasó a convertirse en un centro urbano, de notoria importancia económica y social para el país.
En contraste a las promesas, muchos trabajadores eran sometidos a extensas jornadas y a tratos duros por parte de la compañía quienes no compensaban justamente las hasta más de 12 horas laborales; los salarios pagados eran bajos en comparación a otros del sector. Según este contexto de vacíos sociales, en 1924 se reúne la primera junta directiva de los trabajadores, para liderar las negociaciones y protestas. Para final de ese año la USO (Unión Sindical Obrera) contaría con más de 2 mil afiliados.
El crecimiento de la USO impidió la prórroga de explotación del crudo en la década de los cincuenta a la Tropical Oil Company, por lo que se crea la estatal Ecopetrol. Así la USO ha liderado importantes procesos ambientales, de nacionalización y de la izquierda nacional convirtiéndose actualmente en uno de los sindicatos más importantes del país, con presencia en la mayoría del territorio nacional y con más de 10.000 miembros actuales.
Para más detalles, puede consultar nuestro informe sobre la historia del sindicalismo.
Debido a la significación histórica y social de este sindicato, Crudo Transparente habla con su presidente en la actualidad, César Loza, en una entrevista sobre importantes temas de la coyuntura nacional: Reficar y el proceso de paz con las Farc.
Crudo Transparente: ¿Cuál es su opinión sobre los sobrecostos en la contratación de la refinería de Cartagena? Que ya se están empezando a hacer públicos… ¿cuál es su postura como nuevo presidente de la USO?
César Loza: Las cifras que ha puesto en conocimiento el Contralor General de la República, frente a lo que significaron los sobrecostos, en el plan maestro de la Refinería de Cartagena es de 4.023 millones de USD. Es el desfalco más grande al fisco nacional.
Un exabrupto que condenamos rotundamente y que nosotros hacemos un llamado para que los responsables de este descalabro al país, respondan fiscalmente ante la Contraloría, así como se está haciendo en este proceso riguroso de investigación que generalmente dan responsabilidades; que respondan disciplinariamente ante la Procuraduría General de la Nación y que respondan penalmente ante la fiscalía.
Nosotros solicitamos que no haya impunidad, pero además de eso queremos manifestar que frente a lo ocurrido desde que comenzó este megaproyecto, el sindicato advirtió lo que venía; nosotros nos opusimos desde el comienzo a que Ecopetrol tuviese que buscar un socio porque consideramos que Ecopetrol tenía el músculo financiero, la capacidad para hacer directamente este megaproyecto. Esta fue una decisión que tomó el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en el año 2006, en compañía de Isaac Yanovich, presidente la empresa y el Ministro de Hacienda.
Cuando Glencore (empresa suiza) decide irse del compromiso que tenía, abandonar el contrato y Ecopetrol queda nuevamente siendo el propietario ciento por ciento de la Refinería (*Ecopetrol compra la participación accionaria de Glencore que representaba el 51% del total de la acciones por un valor de 549 millones USD), nosotros solicitamos públicamente, incluso con debates en el Congreso, que Ecopetrol debía continuar con la ejecución de ese contrato, sin ningún tipo de socio estratégico, sin embargo montaron una figura, que fue la famosa Sociedad Reficar, con una empresa de papel, creada por Ecopetrol, Andean Chemicals Ltd. Finalmente decidieron mantener el tipo de contratación que había pactado Glencore con CB&I (*Chicago, Bridge & Iron: multinacional dedicada a la infraestructura energética con sede principal en Holanda), además cabe aclarar que CBI ¡nunca en su vida! había hecho el montaje de una refinería.
CBI es una empresa, que fabrica estructuras como puentes y tanques, además de una figura de contratos por reembolsables, donde el contratista CBI, le facturaba a Reficar sobrecostos, excesos y finalmente Ecopetrol, o la sociedad Reficar tenía que pagarlos.
Uno puede evidenciar la magnitud de ese tipo de situaciones, cuando mira contratos como el que una empresa de andamios tenía con CBI, ese contrato estaba proyectado en un monto inicial de 22´863.600 COP y finalmente terminó valiendo en cifras exactas 8´615.559.912 con un incremento de 37582%, entonces eso le da una dimensión a uno de la corrupción que se estaba manejando.
Para referir otro contrato, una empresa de aseo urbano de la costa tenía un monto inicial en el contrato estimado de 40 millones y terminó pagando 8´407.000.000, entonces así como esos, hay muchos contratos, hay que manifestar que se superó los 2.460 contratos y por supuesto lo que han hecho es un detrimento patrimonial muy grande al país.
CT: ¿Ustedes han tenido acercamientos o diálogos con miembros de la junta directiva de Ecopetrol que en ese momento estaban liderando el proceso de Reficar?
César Loza: Hay que manifestar claramente que desde el comienzo Ecopetrol, la Sociedad Reficar y CBI, impidieron el ingreso de los dirigentes sindicales de la USO, a los sitios de trabajo, nosotros por supuesto, el propósito no era parar obras, sino todo lo contrario, evidenciar todo lo que estaba ocurriendo en el campo, porque empezamos a detectar irregularidades en la ejecución de las obras, desde que se empezaron los trabajos de obra civil, empezamos a detectar irregularidades con los trabajadores, es decir, si estaban incumpliendo los compromisos con los trabajadores y entonces lo que hizo la sociedad de Ecopetrol y CBI fue impedir el ingreso de los líderes sindicales. No obstante, nosotros pusimos en conocimiento incluso de la misma Contraloría y de la comisión quinta del Congreso, de Ecopetrol porque varias reuniones se hicieron precisamente abordando esta problemática, pero realmente nunca hubo soluciones de fondo, hoy el factor tiempo y la intervención de la Contraloría General de la Nación, nos han dado la razón que eso ha estado funcionando mal.
CT: ¿Cuáles son las expectativas que tienen frente a los debates públicos sobre los sobrecostos? Ustedes estaban hablando de llevarlo a juicio, a una estancia penal…
CL: Lo que está planteando este sindicato es que no puede haber impunidad, que hay unos responsables y ante la justicia deben acudir y ojalá la justicia funcione con celeridad y de la forma debida.
Ese es un planteamiento que nosotros hacemos, por supuesto que se debe estimar, se debe precisar más bien exactamente cuánto fue ese desfalco y nosotros estamos diciendo, solicitando, exigiendo al Gobierno Nacional y Ecopetrol, que Reficar, esa refinería, ese complejo nuevo, esa mega obra que se hizo, debe pasar a ser directamente de Ecopetrol, porque nos están manejando a Ecopetrol a punta de filiales. Están rompiendo la unidad de empresa y finalmente eso conduce a dejar a Ecopetrol como una empresa administradora de contratos, entonces ahí cabe mencionar lo que está ocurriendo con una filial muy valiosa que tiene Ecopetrol.
La estatal era dueña directa de todo los activos del transporte, de la red de oleoductos, gaseoductos, propanoductos y entonces tomaron la decisión de crear una filial y le sacan a Ecopetrol todos los activos de transporte, bueno esa filial llamada Cenit, para hoy, hay capital financiero.
Inversionistas interesados en comprar Cenit, la semana antepasada, en una entrevista que le hace la revista Dinero al presidente de Ecopetrol Juan Carlos Echeverri, en el recuadro debajo de su foto aparece un comentario en la vía de que hay inversionistas interesados en dar hasta 10 mil millones de dólares por Cenit.
Eso significa que a Ecopetrol se le quitaría una de las empresas más valiosas que tiene y que le representó el año pasado el 45% de los ingresos. La semana pasada el presidente de Ecopetrol le anunció al país la venta de Propilco, una empresa muy rentable que tiene Ecopetrol, es una de las filiales y fue comprada en el 2008 por 690 millones de USD y ahora plantean venderla en 1.2 billones (pesos) que si uno lo lleva a dólares son 400 millones USD, es decir la van a vender casi por 300 millones de dólares menos, ahora la empresa está generando un alto margen de rentabilidad, el año pasado a septiembre produjo 95 mil millones de pesos, entonces la pregunta es: si la materia prima para esa empresa Propilco la va a proveer Reficar, que está próxima en entrar en operación por qué hay que vender una empresa que es rentable, qué interés hay detrás de eso, esa es la gran pregunta que nos hacemos.
Ese tipo de decisiones, el caso de la posible venta de Cenit y la venta de Propilco están afectando duramente la integridad de Ecopetrol y por supuesto que nos prende las alarmas rojas; que nuestra empresa puede correr la misma suerte que Isagen.
CT: Por otro lado y en un escenario de posconflicto ¿cuál es la opinión de la USO frente a las negociaciones que se están llevando en La Habana?
CL: La USO, históricamente ha respaldado la paz. En 1996 hicimos la Primera Asamblea Nacional por la Paz, el año pasado producto de un acuerdo convenido con Ecopetrol, en una negociación colectiva, logramos desarrollar la Segunda Asamblea Nacional por la Paz. Leer: Segunda Asamblea Nacional por la Paz: representantes y líderes de las regiones se reúnen para hablar del conflicto, post acuerdos y recursos energéticos
Esa asamblea fue convocada por la Unión Sindical Obrera, por el Ministerio de Trabajo y por la Universidad Nacional, definimos una temática sobre tres ejes fundamentales; primero, política minero energética; segundo, desarrollo regional y construcción de paz y tercero, cultura de paz y post acuerdos.
Lo que se buscó y se logró es que desde los territorios apartados de Colombia, las diferentes formas de la sociedad civil manifestasen cómo la riqueza minero-energética sirve para construir paz. Porqué si nosotros miramos el común denominador de los territorios que tienen riqueza minero energética, petrolera, que tienen carbón, que tiene agua, recursos energéticos… lo que encontramos es que hay conflictividad social, armada, despojo, abandono, contaminación del medio ambiente y desalojo.
Así, hemos dicho hay que cambiar el chip. Esa riqueza minero energética preservando el medio ambiente, respetando las voces de sus comunidades. Sus requerimientos deben servir para construir paz.
Hicimos ese proceso el año pasado con 11 asambleas regionales precedidas con 5 o 6 asambleas subregionales. Ese proceso estimamos alcanzó la vinculación de unas 10.750 personas en las diferentes partes del territorio nacional incluida la asamblea de cierre que fue en Bogotá el 18,19, 20 de noviembre (2015).
Consideramos que la asamblea es un ejercicio productivo porque las comunidades dieron a conocer su propuesta de cómo debe ser la paz territorial. Aquí se ha posicionado en el imaginario colectivo que hacer la paz: es la firma de un acuerdo entre las Farc y el Gobierno; el ELN y el Gobierno. Lo que se detecta en las comunidades es que eso es muy importante y por supuesto que está muy bien que después 60 años de conflicto se haga una paz, se silencien los fusiles, lo que se llama la violencia directa que cese, pero, es importante que el Estado intervenga en los territorios para realmente construir paz.
CT: ¿Esta asamblea logró tener algún eco en las conversaciones?
CL: Nosotros dentro de los objetivos de la Asamblea fijamos que las conclusiones se debían trasladar a la mesa de negociación de La Habana, se deben trasladar a la mesa de negociación que se instalen con el ELN que ojalá sea pronto y por supuesto hay que trasladar esas discusiones a los escenarios donde se construye política pública porque creemos que la paz debe ser integral y debe contar con la participación de los diferentes actores y por supuesto nosotros. Ya estamos esperando las relatorías, las conclusiones finales del evento para hacerlos llegar a La Habana y a los diferentes territorios; también a la mesa que eventualmente se llegará a formalizar con el ELN.
La semana pasada se le entregaron las conclusiones al presidente Santos directamente. Esa reunión que se hizo con Santos (fue el día viernes de la semana anterior), asistimos los tres convocantes: el ministro de Trabajo, Lucho Garzón; asistió por parte de la Universidad Nacional el director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Dialogo, Alejo Vargas; por parte de la USO fue el compañero secretario de derechos humanos, Rodolfo Vecino y acudí en mi condición de presidente.
Le manifestamos al presidente de la República la importancia de la Asamblea y al final le expresamos que en la búsqueda de la paz, en la construcción de la paz, una vez firmado los acuerdos es necesario tener un patrimonio público sólido.
En esa vía Ecopetrol debe ser una empresa que hay que robustecer, que hay que fortalecer, y que hay que hacer un plan de modernización de la Refinería de Barrancabermeja, que nuestra empresa no puede ser liquidada; se necesita para construir paz.
CT: ¿cómo esperan ustedes que los trabajadores sean reparados, por los ataques, atentados y la violencia, cuando se implemente un plan de paz?
La USO está en sintonía con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y aquí se ha planteado que antes de hablar de un proceso de reparación, de reconocimiento, primero que haya verdad, creemos que ese proceso de reparación empieza reconociendo quienes han sido los determinadores, además de los ejecutores de las agresiones, de los asesinatos y de los desplazamientos contra dirigentes sindicales, porque en ocasiones tienden a generar confusión cuando se pretende desde el establecimiento del Gobierno Nacional que los trabajadores o las víctimas, una vez se sepa quien fue el ejecutor que perpetró el atentado o el desplazamiento o la afectación al trabajador, entonces ya debemos dar por sentado que sabemos la verdad y la verdad debe ir acompañada de quiénes fueron los determinadores, quiénes ordenaron afectar o atentar a esos luchadores del Sindicato, esos trabajadores o dirigentes sociales.
Nosotros consideramos que lo primero que tiene que hacer antes de una reparación es el reconocimiento a la verdad.
Lo segundo es que parte de la reparación tiene que estar fundamentada en la garantía del movimiento sindical para poder ejercer la actividad sindical, en cada uno de los rincones de la geografía nacional.
La reparación no se puede limitar al sólo pago de una suma económica. Eso es una cosa material que no tiene soluciones de fondo y para referir algo, por ejemplo, al movimiento sindical; a la USO no le permitieron nunca las empresas multinacionales como Pacific Rubiales, ingresar a hacer la actividad sindical a los campos petroleros que están operando.
Entonces, uno dice, si hay reparación para el movimiento sindical tiene que pasar por garantizar el libre ejercicio de la actividad sindical, hay que dar garantías políticas. El Estado debe exigirle a las empresas nacionales y multinacionales que operan en el país que respeten y den garantías para el libre ejercicio de la libertad sindical.
Periodista: @avferro
CRUDO TRANSPARENTE
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