Petróleo: fortuna o condena. Análisis de la industria en Norte de Santander para el periodo 2014 – 2015.
Introducción.
Norte de Santander se encuentra ubicado al nororiente de Colombia. Es un departamento que por su ubicación geográfica, es rico en recursos naturales: carbón y petróleo. Desde el año 2012 hasta la fecha, se han extraído de dicho ente territorial, un poco más de cuatro millones de barriles de crudo (Producción de hidrocarburos por departamento); posicionándolo en el puesto 12 de departamentos con mayor producción de hidrocarburos y lugar donde se concentra buena parte de la industria petrolera del país (Producción fiscalizada de petróleo por departamento).
Por su gran riqueza en materia energética y por compartir frontera con los estados venezolanos de Zulia, Táchira y Barinas, concentra dinámicas complejas para su análisis: alta tasa de desempleo, informalidad, corrupción, flujos significativos de contrabando, presencia de grupos armados al margen de la ley, narcotráfico, secuestros, extorsiones, entre otros (Una mirada a Norte de Santander).
Pero sin lugar a duda, y en comunión con todos los problemas anteriormente enumerados, uno de los males que más aquejan a la población de Norte de Santander, son los constantes ataques a la infraestructura, instalaciones y personal petrolero, perpetuados por las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), así como también, por bandas criminales que ejercen presencia en el territorio. Estos hechos afectan gravemente las fuentes hídricas, la fauna, la flora, y generan conflictos sociales difíciles de resolver que repercuten negativamente en la economía del departamento y en la calidad de vida de sus habitantes.
Ataques y atentados contra la infraestructura petrolera, principal problema de la industria en Norte de Santander durante los años 2014 y 2015
Según cifras de la Asociación Colombiana de Petróleos (ACP), en el 2014, Norte de Santander produjo en promedio 3700 barriles de crudo por día; aportando un poco más del 1 % de la producción total del país (Informe Estadístico Petrolero 2014).
La mayoría del petróleo extraído del departamento norte santandereano es transportado por el Oleoducto Caño Limón – Coveñas, cuyo trazado, en esta región, pasa por los municipios de Samoré, Toledo, El Zulia y Tibú. Por ser el oleoducto insignia de Colombia, ya que a la fecha ha transportado más de 1000 millones de barriles desde el inicio de operaciones en 1983 (La marca Caño Limón), es un blanco de atentados y ataques delictivos para todos los actores armados que buscan sacar provecho económico y político de estos hechos.
En el año 2014, se presentaron 136 ataques contra la infraestructura petrolera del país (Bajan ataques a la infraestructura petrolera del país), siendo el Oleoducto Caño Limón – Coveñas el más afectado con 40 ataques, 10 de los cuales se ejecutaron en Norte de Santander (Ataques a infraestructura petrolera año 2015 Vs 2014).
El atentado que más repercusiones negativas generó a la economía del departamento, fue el perpetuado por la guerrilla de las FARC-EP el 25 de marzo de 2014, donde explotaron un tramo importante del oleoducto, en zona rural del municipio de Toledo. Por culpa de dicho ataque, el bombeo de crudo tuvo que ser suspendido por más de un mes, dejando pérdidas de más de ocho millones de dólares por día y la suspensión de contratos para 590 contratistas (Un mes paralizado Oleoducto Caño Limón – Coveñas).
Durante el mismo año, se presentaron 7 bloqueos a operaciones petroleras en el departamento, producto de la inconformidad de los habitantes de zonas petroleras por la presencia de maquinaria para exploración y por paso de oleoductos por territorios sagrados para comunidades indígenas (Ataques a infraestructura petrolera año 2015 Vs 2014).
Otro de los hechos graves que es importante resaltar para el año 2014, tuvo que ver con el asesinato de dos contratistas de Ecopetrol que se encontraban reparando parte del Oleoducto Caño Limón – Coveñas, en el municipio de Teorama. El ataque fue cometido por francotiradores de la guerrilla del ELN (Empleados guerrilleros siguen en la mira de la guerrilla). Este hecho generó una grave violación al Derecho Internacional Humanitario (DIH), que especifica y obliga a los actores de un conflicto armado, a mantener a la población civil por fuera de las dinámicas de la guerra.
Por otra parte, el balance para el 2015, presenta una tendencia similar a la del año 2014. A corte de julio, se presentaron en el país 54 ataques a la infraestructura petrolera. 14 de los cuales, se han cometido en territorio de Norte de Santander, siendo, nuevamente, el Oleoducto Caño Limón – Coveñas el objetivo preferido para atentar (Ya van 54 atentados a la infraestructura petrolera por parte de las FARC: Ecopetrol).
En otro orden de ideas, de lo que va corrido del año, el Ejército Nacional ha podido identificar y neutralizar 62 válvulas ilegales instaladas a lo largo del Oleoducto Caño Limón – Coveñas, por medio de las cuales, grupos armados al margen de la ley y bandas criminales, extraen el crudo para incorporarlo al procesamiento de base de coca. Estos artefactos permitían la extracción de 4 mil galones, provocando pérdidas por cerca de 500 millones de pesos a la industria petrolera (En Norte de Santander, Ejército neutraliza tres válvulas ilegales).
De acuerdo a información proporcionada por Ecopetrol, para este año, con corte al 30 de septiembre, se identificaron 137 válvulas ilícitas en los municipios de Cúcuta y Tibú. Las veredas donde se instalaron los artefactos artesanales para la obtención ilegal del hidrocarburo son: Campo Seis, Campo Yuca, Ambato, la Llana, Beltrania, Caño Victoria, La Rochela, San Miguel, Galicia, Paloquemado, Villanueva, Campo Tres, Wachiman y La Soledad en Tibú y en El Empalme y Monteverde en Cúcuta.
Ecopetrol aseguró que “realiza de manera permanente gestión con la Fuerza Pública, EDA Arauca y EDA Catatumbo (CTI, Policía Ambiental, Fiscalía), con el fin de hacer seguimiento y crear estrategias para reducir estos actos ilícitos”.
Presencia guerrillera y bandas criminales en el departamento de Norte de Santander, afectan gravemente a la industria petrolera.
La región norte santandereana se ha caracterizado históricamente por la fuerte presencia de frentes guerrilleros del ELN, las FARC-EP y reductos del EPL. La gran riqueza energética del departamento, sumado a su posición geográfica de territorio de frontera, propicia un interés significativo para estos grupos al margen de la ley (el ELN y la industria petrolera), por tres razones.
La primera, se relaciona con que el departamento de Norte de Santander, al compartir gran parte de los más de 2 mil kilómetros de frontera que Colombia mantiene con Venezuela, es un lugar estratégico para el movimiento y resguardo de tropas, y para la obtención ilegal y protección de arsenal bélico.
La segunda razón, tiene que ver con las posiciones políticas y sociales de estas guerrillas. Al ser grupos armados con ideologías de izquierda y con tintes nacionalistas y antiimperialistas, la defensa de los recursos naturales es un punto clave en sus agendas políticas para la reivindicación de su lucha y la defensa de las clases más bajas. Tanto el ELN, como las FARC-EP y el EPL argumentan que es imperioso, para que en el país haya paz y un verdadero cambio de modelo económico, político y social, que las multinacionales petroleras salgan del país; ya que estas se enriquecen con la extracción de hidrocarburos y las pocas ganancias que le dejan al Estado, no compensan los daños medio ambientales y sociales que producen.
Argumento de lo anterior, es que para el año 2014 la guerrilla del ELN, incrementó su accionar armado en sus zonas de influencia: Arauca, Norte de Santander y Chocó, para conmemorar los 50 años de su formación. En esta ofensiva militar, atacaron constantemente la infraestructura petrolera, en especial dinamitaron varios tramos del Oleoducto Caño Limón – Coveñas, como una forma de demostrar su capacidad de fuerza y ratificar que cuentan con las estructuras y el poder necesario para mantener la lucha armada y que por tal razón, debe ser tenida en cuenta para un eventual proceso de paz. (El ELN, la campaña militar en sus 50 años).
Un tercer argumento, está íntimamente ligada con intereses económicos. Mantener una lucha armada genera costos exorbitantes y deben buscarse fuentes de financiamiento. La extracción ilegal de crudo de los oleoductos, así como extorsión realizada a las multinacionales para el pago de “vacunas” y secuestros a personal petrolero, son los hechos más frecuentes que se registran en el departamento de Norte de Santander por parte de los grupos armados ilegales.
En relación con lo anteriormente descrito, uno de los hechos que más trascendencia tuvo en el Departamento, fue el secuestro, realizado por el ELN, de cuatro geólogos que se encontraba realizando labores de investigación en zona rural del municipio de El Carmen, a finales del mes de febrero de 2015 (ELN reconoció secuestro de cuatro geólogos en Norte de Santander).
En materia de extorsiones y pago de “vacunas”, el panorama para la industria petrolera es serio. Según información recogida por la fuerza pública en allanamientos y combates contra los grupos guerrilleros, son varias las multinacionales que han destinado dineros al pago de extorsiones a grupos guerrilleros para que no interfieran el normal funcionamiento de los campos petroleros, el bloque de transporte de crudo y no atenten contra la integridad de los trabajadores (La petrolera que negociaba con el ELN).
Por su parte, las bandas criminales también aportan su propia cuota a las dinámicas conflictivas del departamento de Norte de Santander. Al ser organizaciones armadas, cuyo único motor es la apropiación de rentas legales e ilegales, cometen toda serie de actos delictivos para satisfacer su interés económico. Y la industria petrolera del Departamento, no se escapa de ser blanco de ataques por parte de estas estructuras delincuenciales.
Uno de los principales negocios de las bandas criminales está relacionado con el narcotráfico. Para poder producir la base de pasta de coca, principal insumo de la cocaína, es necesario mezclar la hoja de coca con otros elementos químicos entre los que se encuentra petróleo sin procesar. Este insumo lo extraen, en su mayoría, de forma ilegal por medio de la instalación de válvulas clandestinas a lo largo del trazado del Oleoducto Caño Limón – Coveñas; generando pérdidas de cerca de 2 mil 500 galones (Continúan las operaciones en norte de Santander contra el narcotráfico) .
Sindicatos y su relación con la industria
Cuando se habla de industria petrolera en Colombia, es imposible dejar por fuera del análisis su relación de tensión histórica con los sindicatos, pues evidentemente, al ser un sector con importantes ganancias económicas y con una demanda constante y significativa de mano de obra, tanto cualificada como no, ha producido un sector sindical robusto que constantemente está vigilando los abusos que se cometen e intentan ganar cada vez más espacios de participación e incidencia en la toma de decisiones de la industria. Por eso, no es de extrañarse que se promuevan paros de trabajadores producto de la defensa de los derechos ya ganados por estas organizaciones y demanda de nuevos que dignifiquen al trabajador.
Durante el primer trimestre del 2015, y producto de la baja sostenida del precio de barril de petróleo en el mercado internacional, la industria petrolera se vio en la obligación de prescindir de manera masiva, de 10 mil empleados en todo el país; aumentando significativamente los índices de desempleo en los departamentos productores, como es el caso de Norte de Santander (Trabajadores del sector energéticos se sumarán a paro nacional).
La situación antes descrita, motivó a que la Unión Sindical Obrera (USO), convocara a todos los trabajadores del sector petrolero, incluyendo los norte santandereanos, a paro nacional indefinido en señal de protesta por el despido masivo de trabajadores, pues de mantenerse la tendencia en el comportamiento del precio del crudo y la no contratación de más personal, se llegaría a cerca de 25 mil trabajadores despedidos de su cargo (El principal sindicato de la industria petrolera prepara huelga indefinida).
Conflictos sociales directamente relacionados con el petróleo
Foto referencia: http://cms.onic.org.co/
En el departamento de Norte de Santander, al igual que en todo el territorio nacional, se encuentran diversos actores sociales que en sus luchas diarias por la reclamación y reivindicación de sus derechos, muchas veces toman decisiones que repercuten directamente en la industria petrolera.
Ese es el caso de la comunidad indígena U’wa que habita en un resguardo indígena localizado entre los departamentos de Boyacá y Norte de Santander. Luego de la voladura de un tramo del Oleoducto Caño Limón – Coveñas, por parte de la guerrilla de las FARC-EP en zona rural del municipio de Toledo en marzo del 2014, los más de 8 mil indígenas de la zona, bloquearon la entrada de la cuadrilla de contratistas de Ecopetrol que planeaban reparar la tubería. El ataque contaminó las aguas del Río Orozco, fuente hídrica de importancia para el abastecimiento de los U’wa y parte integral de su cosmovisión (El gobierno no convenció a los indígenas).
Los U’wa, le reclamaron al Estado y a las multinacionales petroleras el cese a la exploración de hidrocarburos, la salida de la maquinaria y cambio en el trazado del Oleoducto por fuera de su territorio ancestral, puesto que este genera inseguridad y cambio en las dinámicas propias de su cultura (Dialogo entre ministros e indígenas por el oleoducto).
Para Vladimir Moreno, presidente de la Asociación de Cabildos U’wa, el bloqueo realizado por su comunidad se debe a que “no sólo estamos luchando por los recursos que están dentro del resguardo Indígena, porque este es solo una parte de nuestro territorio ancestral, esta es una nación reconocida desde el tiempo de la colonia y contamos con la documentación para probarlo (…) no queremos que pase como en Casanare en donde se agotaron los recursos hídricos, en nuestro territorio ancestral que es más amplio de lo que el Gobierno quiere entender hay una afectación por parte de las corporaciones petroleras (…) no cederemos hasta que se nos garanticen todos nuestros derechos para conservar nuestra madre Tierra” (Los U’wa siguen bloqueando reparación del Oleoducto Caño Limón – Coveñas).
El fin del bloqueo se produjo el 1 de mayo, cuando el gobierno nacional logró acordar con la comunidad indígena la suspensión de la exploración de gas en la zona conocida como Magallanes, en el municipio de Toledo, mientras se hacen estudios medio ambientales pertinentes que esclarezcan el daño que la extracción del hidrocarburo generará tanto para el ecosistema, como para la población. Así mismo, se pactó la conformación de un grupo de expertos que examine los límites territoriales del resguardo U’wa, para determinar su extensión de acuerdo a los fronteras trazadas en época de la colonia. (U’wa y gobierno llegan a acuerdo para reparar el Oleoducto Caño limón – Coveñas)
Los ataques cometidos a la infraestructura petrolera del departamento y los constantes enfrentamientos entre los actores armados no estatales y la fuerza pública, también generan graves problemas de desplazamiento, producto del miedo y la incertidumbre, así como el detrimento de su calidad de vida por la contaminación de sus fuentes hídricas y deterioro de las tierras cultivables.
Durante el mes de julio de 2015, cerca de 400 personas se vieron en la obligación de abandonar sus tierras ubicadas en la comunidad de Versalles y Miramontes, jurisdicciones del municipio de Tibú, debido a combates entre el Ejército Nacional y reductos de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL), que operan en la zona. El intercambio de disparos se produjo cuando hombres de las Fuerzas Militares entraron al área, custodiando maquinaria petrolera apta para la exploración. Entre los desplazados se encontraban cerca de 90 menores de edad. (Más de 300 desplazados por combates entre Ejército y guerrillas en Norte de Santander)
Otro grave conflicto social que se presenta en el departamento de Norte de Santander tiene que ver con el trabajo informal, en especial el de los denominados “pimpineros”. Esta actividad económica consiste en la venta de galones de gasolina provenientes de Venezuela, de manera ilegal. Son cientas las organizaciones dedicadas a este negocio que deja ganancias por 370 millones de dólares al año (así funciona el contrabando de gasolina venezolana en la frontera)
Según cifras de la petrolera estatal venezolana PDVSA, se estima que diariamente salen de su país, con destino para Colombia, más de 100 mil barriles de gasolina subsidiada. El líquido es transportado por más de 3600 carro tanques, que transitan cerca de 192 trochas ilegales en los departamentos de La Guajira, Cesar y Norte de Santander.
De acuerdo a censo realizado por el gobierno colombiano, cerca de 5 mil familias se dedican al “pimpeo” en el departamento norte santandereano. Aunque no obtienen grandes ganancias, logran el sustento diario. Situación que cambia drásticamente cuando se presentan problemas de orden público o cierre en la frontera (Mininterior instalará mesa de oportunidades a pimpineros de Norte de Santander).
Son innumerables las fórmulas que han creado los gobiernos locales para que estas familias logren capacitarse y dedicarse a una labor estable, legal y que no ponga en riesgo sus vidas; sin embargo, las ganancias que deja el negocio no permiten que se logren grandes resultados. El último intento realizado, se presentó en la reciente crisis diplomática entre Venezuela y Colombia.
Frente a la grave crisis que debió experimentar el país producto de las decisiones de Caracas a mediados del presente año, el Estado colombiano adelantó en las zonas de frontera campañas y concientización sobre la manera de buscar fuentes de empleo alternas que dejaran de depender del intercambio de mercancías, legales o no, con Venezuela. Entre las alternativas presentadas, Ecopetrol ofreció a los “pimpineros” de Norte de Santander capacitación en el Sena y formulación de planes de negocio (Programa de Reconversión socio-laboral inició fase de formación Integral).
Ecopetrol: relación con las comunidades y aporte a la economía del departamento.
Ecopetrol S.A. es la empresa estatal de petróleos de Colombia y cuenta con una presencia significativa en el departamento de Norte de Santander.
Conforme a lo expresado por Ecopetrol, en entrevista con Crudo Transparente, en el año 2015, se han presentado bloqueos de las comunidades en las instalaciones de la Empresa por demanda de mayor contratación de mano de obra e incumplimientos de obligaciones laborales por parte de empresas contratistas. Para responder a estas demandas, Ecopetrol afirma interactuar directamente con los peticionarios “para generar acuerdos dentro de la normatividad legal y de las condiciones pactadas en los contratos, con el fin reducir impactos y traumatismos a las operaciones de Ecopetrol”.
En el tema de los incumplimientos por parte de las empresas contratistas, Ecopetrol sostiene que “los funcionarios de Ecopetrol realizan reuniones con los administradores y representantes legales con el fin de hacer seguimiento y exigir cumplimiento de las obligaciones con sus colaboradores y los compromisos pactados contractualmente”.
Entre otras acciones, Ecopetrol realiza proyectos en las comunidades donde: divulga el plan de manejo ambiental de las operaciones que ejecuta la Empresa, publica el plan de contingencia de operaciones, propaga las políticas de responsabilidad social y ambiental, socializa contratos y planes en la zona y difunde la ejecución de las obras de inversión social.
De acuerdo a cifras proporcionadas por Ecopetrol, durante los últimos ocho años de operaciones en el departamento se han invertido más de $120.890 millones en las líneas de infraestructura básica social y proyectos productivos con un aporte de $114.785 millones; en educación y cultura con $1.399 millones; en ciudadanía y democracia una inversión de $748 millones y gestión del riesgo $ 3.558 millones.
Por otra parte, la Empresa afirma cumplir a cabalidad con el Decreto 2089 del 2014 del Ministerio de Trabajo que estipula que el 100 % de la mano de obra no calificada y el 30 % de la calificada debe ser de la zona; promoviendo el empleo formal y aportando a la disminución de la tasa de empleo que es una de las más altas de Colombia.
En materia medio ambiental, Ecopetrol afirma aportar su parte destinando en los últimos años más de 7 mil millones de pesos en la recuperación del río Pamplonita en Cúcuta y en la creación de estaciones meteorológicas con el fin de hacer alertas tempranas.
Para finalizar, Ecopetrol sostiene que el desafío del sector en el departamento, es continuar produciendo barriles eficientes a pesar de la caída de los precios del crudo y mantener las operaciones en el marco del respeto de los derechos humanos, el cuidado del medio ambiente y en armonía con las comunidades.
Catatumbo: centro de la industria petrolera de Norte de Santander
La región del Catatumbo se ubica en el departamento de Norte de Santander y la integran 11 municipios: Ábrego, Convención, el Carmen, El tarra, Hacarí, la Playa, Ocaña, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú. Esta zona es importante para el Departamento norte santanderano, ya que es allí donde se concentra la producción petrolera, generando 3’332.425 barriles de crudo desde el 2012. (Ministerio de Minas y Energía).
El Catatumbo, comparte la historia de las demás zonas petroleras del país. Lugar inhóspito, deshabitado, selvático y de difícil acceso, sitio de colonización a partir de los años 50 del siglo pasado. Es conocida por sus altos índices de precipitación, que la hacen una de los lugares más húmedos del planeta. En su territorio habitaban, desde tiempos remotos, los indígenas Motilones Barí.
La primera vez que se supo que en su territorio había hidrocarburos fue a principios del siglo XX, cuando el general Virgilio Barco, en una expedición a la zona, sustrajo una muestra de crudo. Luego de analizarla, Barco logró que el gobierno de la época le otorgara una concesión de explotación de cerca de 20 mil hectáreas, en la cual el Estado solo se quedaría con el 15 % de las ganancias y no cobraría impuestos al poseedor de las tierras. (La industria petrolera en Colombia).
Para el año 1945, la empresa Colombian Petroleum Company (COLPET) y la South American Gulf Oil Company (SAGOC), se quedaron con la concesión de las tierras de explotación del Catatumbo. Esta compañía logró iniciar un proceso a gran escala de explotación petrolera en la zona y contrató a un número significativo de norte santandereanos que empezaron a poblar las zonas aledañas del campo petrolero, dando origen a uno de los municipios de mayor importancia en la actualidad: Tibú.
Tibú, municipio de mayor producción petrolera en Norte de Santander
Tibú, se encuentra localizado en la región del Catatumbo, al noroeste del departamento de Norte de Santander. Tiene una población aproximada de 37 mil habitantes y una extensión de 2737 km2. Fue fundado el 25 de noviembre de 1977 y es uno de los municipios de mayor importancia por su historia y para la economía de la zona, pues en su suelo hay reservas de gas, carbón y petróleo.
Al estar localizado en la región del Catatumbo, sus habitantes son descendientes de los indios motilones, personas que libraron cruentas batallas con los colonos por defender su territorio y las riquezas de su tierra. Fue solo hasta que los misioneros de la iglesia católica llegaron con su discurso pacífico y cargado de significados, que aceptaron la exploración de sus territorios y tiempo después, la extracción del crudo.
Actualmente, la principal actividad económica de los tibuyanos, depende de las empresas petroleras ubicadas en la zona y en la oferta laboral que esta les ofrece, tanto de forma directa como indirecta. Desde el 2012, hasta la fecha, de dicho territorio se han extraído 3’313.807 barriles de crudo; ubicándose como el municipio de mayor producción de Norte de Santander (Ministerio de Minas y energía).
Debido a lo anterior, y de acuerdo al alcalde Gustavo León Becerra, Tibú recibe anualmente alrededor de 8 mil millones en regalías, por concepto de explotación de sus recursos naturales, la mayoría de las cuales provienen de la extracción de crudo. Situación que es de provecho para el municipio, porque por medio de estos ingresos se han desarrollado, importantes proyectos para el beneficio de las tibuyanos.
En relación a lo anterior, Ecopetrol juega un papel crucial para el municipio ya que en palabras del alcalde León Becerra la empresa estatal petrolera “ha sido un gran aliado para nosotros porque históricamente, y en especial en esta administración, Ecopetrol ha firmado para hacer varios convenios para ejecución de obras de inversión social para la comunidad. Mas específicamente obras de infraestructura necesarias para el desarrollo del municipio”.
Entre las obras en las que Ecopetrol ha ayudado a construir en Tibú se encuentran “el adelantamiento de instalación del gas domiciliario, importante para los tibuyanos porque no se contaba con el servicio” argumenta el alcalde. También se encuentra la construcción del puente de Pacheli “que es un puente vehicular que el municipio necesitaba desde la creación del mismo porque esta zona, cuando estamos en temporada de lluvias, se inundan las vías de acceso y los habitantes quedan incomunicados y esto era grave cuando se presentaban emergencias o incluso para los mismos habitantes para ir a trabajar o estudiar”, sostiene León Becerra.
Sin embargo, y pese a lo positivo anteriormente dicho, Ecopetrol sostiene que con la caída de los precios internacionales “se suspendió el proyecto de desarrollo incremental Tibú, lo que generó la finalización de contratos, una reducción de contratación de transporte y disminución en la compra de materiales de ferretería. Así mismo, otros servicios indirectos se afectan como restaurantes, lavanderías, alojamientos”; lo cual afecta gravemente a la economía del municipio, pues el 70% de la economía de Tibú gira entorno a la industria del petróleo. Según Ecopetrol, otro de los negocios de la Empresa que se vio afectado fue la contratación de obras en el oleoducto Caño Limón Coveñas.
De acuerdo a lo dicho por el alcalde de Tibú y por los representantes de Ecopetrol, es importante que el municipio continúe contando con los ingresos provenientes de la explotación de crudo, ya que esto ha permitido un mayor grado de desarrollo en temas de infraestructura, que repercute directamente en el bienestar de los habitantes de la zona.
Conclusiones.
Son innumerables los desafíos y problemas que presenta el departamento de Norte de Santander. Su localización en zona de frontera, genera unas dinámicas propias de estas regiones: población flotante, intercambio constante y masivo de mercancías, intercambio de divisas, mezcla de culturas y costumbres, entre otros. A este panorama, hay que sumarle el conflicto armado colombiano, el narcotráfico y la presencia de recursos naturales que hacen que el análisis y la comprensión de las relaciones y situaciones que allí se producen, se complejicen.
La industria petrolera tiene una gran responsabilidad en el entendimiento y comprensión de la correlación de fuerzas y actores, con el fin de lograr soluciones efectivas que no solo beneficien y produzcan más ganancias al sector; sino que también vayan en favor de las comunidades y habitantes del departamento.
Por otra parte y debido a la gran dependencia de la economía norte santandereana de la industria petrolera, es imperioso que el gobierno le proporcione al departamento alternativas de diversificación económica, teniendo en cuenta que para el año 2020 se estima que la producción petrolera del país descienda drásticamente, producto del agotamiento de las reservas de hidrocarburos.
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