Expectativas frente a los ajustes proyectados en Ecopetrol y las negociaciones accionarias sobre Pacific Rubiales
Esta semana, Pacific Rubiales entró en una negociación bajo la cual su mayor accionista, el grupo mexicano Alfa, en asocio con la firma Harbour Energy Ltd. le apuntan a quedarse con las acciones emitidas y en circulación de la compañía. Ambas empresas acordaron la compra del segundo productor de crudo del país, por unos 4.974 millones de dólares, incluyendo la deuda de la compañía (estimada en 4.500 millones de dólares) y acordaron pagar alrededor de seis dólares canadienses por cada acción de Pacific Rubiales.
Mientras tanto, Ecopetrol proyectó que en el mediano plazo los rendimientos se tendrán que ajustar a petróleo que ronda los 60 dólares, y que dependerán principalmente de un incremento en el precio internacional del crudo y de un reajuste interno de la empresa, con mejores perspectivas de producción. Este ajuste buscará mejorar la tasa de éxito exploratorio de la compañía en un 26 por ciento, que es la media entre las compañías petroleras del mundo.
Las acciones de Ecopetrol alcanzaron un pico máximo de 5.850 pesos en 2012, elevando el valor de mercado de la compañía hasta más de 130.000 millones de dólares. Luego, un repunte de los ataques de la subversión y las protestas de la comunidad, el año pasado contribuyeron a la primera caída de la producción anual de Ecopetrol. Las acciones se desplomaron 54 por ciento en el último año, la peor caída entre los productores en el BI Global Integrated Oils Valuation Peers Index. Analistas estiman que si el barril de referencia Brent sigue por debajo de los 80 dólares durante seis meses, va a ser difícil que la acción vuelva a negociarse por encima de los 3.000 o 3.500 pesos en el próximo año.
Por otra parte, las reservas de Ecopetrol crecieron 83 por ciento entre 2008 y 2014 y durarán unos 8,6 años en los niveles actuales de producción. El pozo Orca-1 frente a la costa caribeña de Colombia fue calificado como el mayor hallazgo en América Latina el año pasado por la firma consultora del sector Wood Mackenzie. El presidente de la petrolera estatal, Juan Carlos Echeverry, ha dicho que proyecta incrementar las reservas y concentrarse en los yacimientos más rentables.
El comportamiento del precio esta semana
A comienzos de esta semana, el precio WTI (West Texas Intermediate, referencia para Colombia en la Bolsa de Estados Unidos) cerró por encima de los 60 dólares por primera vez desde mediados de diciembre pasado. De acuerdo con los analistas, la proximidad de la reunión de Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) que se llevará a cabo a finales de junio, fue el principal detonante para que los precios del crudo tocaran máximos en el año. Otro de los factores que empujó el precio al alza, fue la tensión en Yemen y Libia, debido a que la Marina estadounidense escoltó navíos en el estrecho de Ormuz, luego de que barcos de patrulla iraní forzaran a una nave de Maersk, con bandera de las Islas Marshall (estado asociado a EE.UU), hacia la isla iraní de Larak después de efectuar disparos de emergencia.
No obstante, en la jornada de este jueves el WTI bajó un 3,26 por ciento y cerró en 58,94 dólares el barril. Los analistas lo atribuyen a una jornada de recogida de beneficios tras el máximo anual conseguido el miércoles, así como a un dólar todavía fuerte en el mercado de divisas. Un dólar fuerte provoca que el crudo estadounidense resulte más caro para los que compran con divisa extranjera y, consecuentemente, genera un descenso de la demanda. Por su parte, el crudo Brent cerró con un retroceso de 2,23 dólares respecto de la última negociación, cuando finalizó en 67,77 dólares, perdiendo lo que había ganado desde principios de mes, a pesar de que las reservas estadounidenses descendieron ayer por primera vez en varios meses. Lo anterior permitiría estimar un aumento de la demanda.
Con un WTI cercano a los 60 dólares y con un Brent próximo a los 70 dólares, los analistas coinciden en que la tendencia de va a seguir siendo alcista en el corto plazo.
Continúa el debate ambiental sobre la fracturación hidraúlica o fracking
Mientras que en Colombia se contempla al fracking como una posible salida a la dependencia de los yacimientos convencionales, en Estados Unidos la crítica aumenta.
El nuevo presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Mauricio De La Mora Rodríguez, anunció un vuelco en la política colombiana en materia de exploración de yacimientos de gas y petróleo. Asegura que el futuro del país se encuentra en los yacimientos no convencionales y el off shore, por lo que el fracking debería ser implementado.
Señala un desconocimiento de la técnica por parte de los ambientalistas que se oponen a ésta, y que de ser implementada, deberá aplicarse en el marco de una legislación ambiental que corresponda a las necesidades del país.
Según datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, existen siete contratos para los campos en donde se utilizará esa técnica y todos se encuentran en etapa exploratoria, por lo que la producción de crudo se empezaría a ver en unos ocho o diez años. Dichos contratos corresponden a cinco de Ecopetrol, uno de Parex Resources y otro de Exxon Mobil adjudicados en la Ronda Colombia de 2012 y 2014, respectivamente. Dicha adjudicación se hizo hace más de dos años; sin embargo, ninguno tiene licencia ambiental y solo Exxon hizo oficial la solicitud del trámite, el pasado 30 de marzo de este año.
Del otro lado, ya son varios los estudios que alertan sobre los efectos de esa práctica en el medio ambiente. El Servicio Geológico estadounidense realizó un estudio en 17 regiones donde se implementa la fracturación hidráulica; y concluyó que existe correlación entre el aumento de los movimientos telúricos en algunas zonas de ese país y esa técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales. Este informe salió a la luz pública luego de que el gobierno de Oklahoma reconociera que la oleada de terremotos que se viene registrando en esta zona del país es consecuencia de las actividades del fracking.
A este, se le suman dos estudios recientes arrojarían pruebas de que el fracking podría ser causa de contaminación en fuentes de agua potable. El primero, adelantado por expertos de la Universidad de Pennsylvania en el que se detectaron restos de 2-butoxyethanol o 2BE en el agua, químico utilizado por la industria del fracking, que según estudios previos, ha causado cáncer en ratones de laboratorios. Los científicos aclaran que si bien los niveles encontrados en el agua estaban por debajo de los límites permitidos, se confirma el peligro que representa el fracking si no se desarrolla con las debidas precauciones.
El segundo, desarrollado por científicos de las universidades de Duke y Ohio, encontró metano y otros gases en los pozos de agua de siete viviendas en Pennsylvania y una en Texas. Para los científicos, no fue esta técnica la que ocasionó la contaminación, sino fisuras en la coraza de cemento y hierro que se construyó para blindar el pozo excavado. En síntesis, fallas en la integridad de los pozos.
Por otra parte, se discute en el Senado, un proyecto de Ley que busca prohibir radicalmente la explotación y exploración minera y petrolera en Colombia en los páramos del país, con el fin de proteger los esas zonas que hacen parte de una reserva ambiental prioritaria para el país. Este proyecto cuenta con el aval del Gobierno del presidente Santos.
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María Camila Pinilla & Daniel Giraldo
investigacion@crudotransparente.com
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