En impuestos y regalías el aporte del sector de minas y energía sumo 8.2 billones de pesos en 2013. Por ello, la implementación de los Estándares Internacionales de Transparencia –IETI, como propósito en el Plan Nacional de Desarrollo que se discute en el Congreso de la República, es una buena noticia. Buena noticia, que podrá ser una realidad transformadora sólo si es complementada con una informada y vigorosa participación ciudadana en el plano local, en las zonas de producción.
Este anuncio, sumado a las previsiones hechas por el Gobierno en relación con la caída del precio del petróleo, y desarrollos en materia de sistemas de información y transparencia, auguran que Colombia está diseñando una arquitectura cada vez más fuerte desde el punto de vista institucional, para romper un elemento que en las relaciones de la industria extractiva con la comunidades y el Gobierno ha sido dominante: la desinformación.
La desinformación trae como consecuencia la polarización frente a temas grandes y pequeños en las regiones, con ceses de actividades, marchas de protesta, insultos, amotinamientos, muertes y otras situaciones contrarias a una visión de desarrollo industrial armónico. Tal vez, el desarrollo de la industria con estándares de información apropiados para el conjunto de la sociedad, sea un elemento que construya el diálogo fluido y cercano que necesitamos para conseguir que la riqueza petrolera sea un motor real de crecimiento, inclusión, beneficio y fortalecimiento para todos los actores.
Con el cambio de liderazgo en Ecopetrol, es deseable que los elementos planteados en el Plan Nacional de Desarrollo -PND, tengan en la empresa estatal y sus proyectos, el mejor escenario de implementación. No debe permitirse que ocurra aquello de que “en casa de herrero cuchillo de palo”, pues si esto se convierte en la norma de la industria estatal, se romperá toda credibilidad sobre el conjunto de la acción de gobierno. Decimos esto frente el anuncio hecho por el Dr. Juan Carlos Echeverry, sobre la posibilidad de usar el sistema de fracturamiento hidraulico de rocas conocido como “fracking”, para incrementar la producción por parte de Ecopetrol. Ello debe estar respaldado por todos los elementos técnico ambientales y de consulta que atiendan de manera adecuada los interrogantes que esta técnica ha levantado, no sólo en Colombia, sino a nivel global.
Reflexión: tres es el número de atentados cometidos contra la producción petrolera en lo corrido del 2015. Dos en el departamento de Nariño y el reciente contra el oleoducto Caño Limón Coveñas en zona de Cubará, Boyacá. El año anterior, los efectos de estos ataques a la infraestructura impidieron el cumplimiento de algunas metas de la estatal petrolera y del país como tal. Este portal ha decidido abrir una ventana de opinión para recibir ideas sobre cómo debemos enfrentar el tema de las voladuras desde nuestra condición de ciudadanos.
Crudo Transparente
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