Por: Jaime Andrés Arias
Introducción
La refinación tiene un papel relevante en la economía nacional, no solo por los empleos que generan estos complejos industriales, sino porque además produce una gran variedad de productos básicos para el desarrollo de la economía y la industria.
Esta actividad tan compleja se ha desarrollado en el país desde inicios del siglo XX, cuando se hacía de manera artesanal con un alambique para sacar uno o dos productos que eran distribuidos en la región, hasta llegar a los actuales sistemas de refinación que cuentan con una tecnología que les permite una capacidad de carga por encima de los 200 mil barriles por día de crudo (KBPD) y pueden llegar a producir más de dos mil productos derivados.
En Colombia hay cinco refinerías ubicadas a lo largo del territorio nacional y una de ellas, propiedad de Ecopetrol se encuentra en Apiay cerca al municipio de Villavicencio. Esta planta no cuenta con gran capacidad de carga y produce principalmente asfalto que es distribuido en todo el país.
Con este panorama el ex gobernador del Meta, Alan Jara, tuvo la idea de un proyecto que inició con la creación de la empresa de petróleos del Llano (Llanopetrol), la cual tenía como objetivo la construcción de la refinería del Meta.
Sin embargo, tras 20 años de iniciado el proyecto, este no ha tenido feliz termino y solo ha dejado un sin número de cuestionamientos e investigaciones por parte de la procuraduría, fiscalía y contraloría, este último con un fallo recientemente conocido donde exonero de responsabilidad fiscal al ex mandatario y a 4 funcionarios de su administración.
Así pues, en esta investigación se expondrá un contexto histórico de las refinerías en Colombia, mostrando los factores más importantes de cada una de ellas, que ayudarán a entender las dinámicas de la transformación del petróleo, sus derivados y los beneficios económicos que generarían para una región. Para luego analizar los hechos en torno a la creación de la empresa Llanopetrol, que llevaron a la no construcción de la refinería del Meta y que hoy son responsabilidad del actual gobierno departamental.
Contextualización histórica y productiva de las refinerías en Colombia
La refinación en Colombia inició a principios del siglo XX con Higinio Bunch, quien refinaba el petróleo crudo que sacaba de un manadero natural en su hacienda de Guaicaramo (Meta) para vender sus productos en Bogotá [1]. Luego en 1908, tres familias Cartageneras (Martínez Camargo, Del Castillo, Vélez y Pombo) fundaron la empresa Cartagena Refining Co, que refinaban 400 barriles diarios de petróleo (BDP) importado de Estados Unidos y su producto principal el kerosene era distribuido en todo el país. La compañía duró en operación 13 años.[2]
En 1922, entró en actividad la refinería El Centro ubicada en Barrancabermeja con la refinación de 1 500 BDP. Luego en 1941, empezaron a refinar 17 000 BDP y manufacturaron aceites lubricantes, asfaltos, gasolina para aviación y automotores, entre otros. [3]
Posteriormente, en 1948 con la Ley 165 se creó Ecopetrol y en 1951 se reversó la Concesión de Mares con lo cual todos los bienes pasaron a ser propiedad de la Nación. [4] A partir de allí, la petrolera se hizo cargo de todas las operaciones de la concesión y asumió las actividades propias del desarrollo del negocio del petróleo y los combustibles líquidos. [5]
Para el año 1973, en Colombia había siete refinerías que estaban ubicadas en Barrancabermeja (Santander), Cartagena (Bolívar), Tibú (Norte de Santander), La Dorada (Caldas), El Guamo (Tolima), El Plato (Magdalena) y Orito (Putumayo). Sin embargo, algunas de estas refinerías por la baja eficiencia operacional fueron cerradas y así le dieron paso a los actuales sistemas de refinación, ubicados en Cartagena (Bolívar), Barrancabermeja (Santander), Yopal (Casanare), Villavicencio (Meta) y Orito (Putumayo).[6]
Infografía: Creación propia con información de la UPME
Al revisar la capacidad de carga que tienen las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja se puede evidenciar el por qué son las principales refinerías del país, ya que las dos representan el 96,07 % de refinación frente al 3,93 % correspondiente a las tres refinerías restantes. Ante lo expuesto, es imperioso resaltar que la refinería de Apiay ubicada en el Meta solo representa el 0,64 % de carga de barriles de petróleo crudo en Colombia.
Adicionalmente Ecopetrol ha invertido en los últimos seis años US$721 millones y planea inversiones por US$777 millones al 2023, en desarrollo de su plan de actualización y reposición tecnológica para continuar asegurando la sostenibilidad operacional y ambiental de la refinería de Barrancabermeja.[7] En cuanto a la refinería de Cartagena (Reficar), esta tiene un plan de inversión a 2022 por US$140 millones, inyectando ya en 2020 US$60 millones, con el propósito de lograr una carga de 200 mil barriles por día de crudo (KBPD).[8]
Proyecto refinería del Meta
Con este panorama, Alan Jara Ursola fue elegido Gobernador del Meta por segunda vez para el periodo 1998-2001 y desde el inicio de su gestión tuvo la idea de construir la Refinería del Meta; un proyecto cuya planta estaría ubicada en el corregimiento de Pompeya, jurisdicción de Villavicencio, cerca de los campos de Apiay que son operados por Ecopetrol. Esta planta tendría la capacidad de refinar 10 000 BDP y producir gasolinas corriente y extra, kerosene, fuel oil y ACPM, además generaría 2 000 empleos directos e indirectos en la región. [9]
El mandatario decidió iniciar este ambicioso proyecto, que en un principio no se tenía claro si se iba a comprar una refinería nueva o una que ya estuviera en funcionamiento, esto a través de dos posibles mecanismos de financiación como lo es un crédito externo o un arrendamiento financiero (leasing).[10]
Este objetivo se vio truncado con el secuestro de Jara el 15 de julio de 2001, por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (extintas FARC-EP), quienes lo mantuvieron en cautiverio durante siete años, hasta el 3 de febrero de 2009.[11] Una vez queda en libertad, incursiona nuevamente en la política y es elegido como Gobernador del Meta para el periodo 2012-2015.[12]
En este periodo, Jara decide retomar el proyecto que había dejado en el 2001, el cual sería financiado por el Sistema General de Regalías (SGR). Para cumplir con su propósito en febrero de 2012 la Asamblea Departamental del Meta expidió la ordenanza No. 772 de 2012, por medio de la cual facultó al Gobernador para determinar la nueva estructura administrativa del Meta[13] y en mayo de ese mismo año crea la Empresa de Petróleos del Llano (Llanopetrol), que tiene por objeto gestar, promover e impulsar todas las actividades comerciales, industriales, de servicio y consultoría directa o indirectamente relacionadas con la construcción, implementación y puesta en operación de la refinería de petróleos del Meta, para lo cual desarrollará planes, programas y proyectos relacionados con este objeto social.[14]
Aunque el proyecto a primera vista pudiera resultar beneficioso para el Meta por la cercanía geográfica con la capital del país, además de ser uno de los departamentos con mayor producción de crudo (producción acumulada de petróleo 2010 a 2020 de 1 675 226 670 Bbl),[15] esta iniciativa no contaba con un estudio de prefactibilidad completo que permitiera evidenciar las presuntas ventajas que traería a la región.
Primero por que el proyecto radicado en mayo de 2012 por el gerente de Llanopetrol en el Banco de Programas y Proyectos de Inversión Departamental (BPPID), cuyo problema a atender era “Bajo Crecimiento Industrial del Departamento del Meta” partía de una premisa poco justificada, ya que se enfoca en que la construcción de una refinería en el Meta solucionaría el problema planteado. Sin embargo, al no existir “estudios importantes” según lo dijo la contraloría en un informe de actuación especial realizado en el año 2016, claramente el problema no sería resuelto.[16]
Principalmente por que las posibles causas del problema planteado tienen un enfoque diferente que no se soluciona con la construcción de una refinería, sino que van mas guiados a la baja realización de proyectos agroindustriales de alto impacto, la baja infraestructura física para el desarrollo, el bajo nivel de confianza inversionista, las bajas condiciones de seguridad en la region; estas causas tienen unas alternativas diferentes a la planteada y estarían enfocadas a proyectos para el apoyo a procesos agroindustriales, construcción de carreteras, mejoramiento en la navegabilidad de ríos, alianzas publico-privadas, acceso a creditos etc. [17]
Segundo, en el sentido que no se puede desconocer que desde la creación de Ecopetrol, el Estado ha mantenido el monopolio de la refinación a través de sus refinerías de Barrancabermeja y Cartagena, no solo por ser las pioneras en el país en la transformación de crudo, sino además por su capacidad de procesamiento que permite abastecer el mercado interno y externo, como ocurre actualmente con países del Caribe.[18] Además, porque participa en todos los eslabones de la cadena de hidrocarburos: exploración, producción, transporte, refinación y comercialización. [19]
A la par que se realizaban todas las acciones tendientes a cumplir con este objetivo, se adelantaba la ampliación y modernización de Reficar, con la que se duplicaría la capacidad de refinación de 80 000 a 165 000 barriles diarios, sumado esto a los más de 230 000 barriles diarios de crudo que se refinaban en Barrancabermeja. [20] Con esta capacidad no sería necesaria una nueva refinería, ya que, con estas dos, más las dos pequeñas planta de Orito (Putumayo) y la reciente de Hidrocasanare ubicada en Yopal (Casanare) abastecería suficientemente el mercado interno y alcanzaría para exportar.
Sin embargo, en mayo de 2014 mediante resolución 0426, en su artículo segundo la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) otorgó la viabilización para realizar “actividades, en las fases de construcción, montaje, puesta en marcha y operación de la Refinería del Meta.”[21]
En ese sentido, el ex presidente Juan Manuel Santos declaró que la refinería del Meta era un “proyecto de interés nacional”.[22] A pesar del respaldo del ex mandatario, no dejaron de surgir dudas que hasta ese momento eran únicamente técnicas, sobre si se beneficiaba al Meta con la construcción de una nueva refinería. A estos se sumaron supuestas irregularidades que salieron a la luz pública con una investigación realizada por el periódico “Portafolio” donde evidenció que a dieciséis meses de haber sido adquirido uno de los predios para la construcción de la refinería tenía una valorización de hasta el 1 188 %. [23]
El predio de 55 hectáreas para la construcción de la refinería quedaba en la vía que conduce de Villavicencio a Puerto López, de las cuales solo son disponibles 25 hectáreas para el complejo, ya que existe una zona boscosa de 20 hectáreas y 10 hectáreas del frente del lote que no pueden ser utilizadas para obras civiles, teniendo en cuenta que por ahí pasa un Oleoducto de Ecopetrol.[24]
Por tal razón, la Gobernación tuvo que adquirir un predio vecino llamado Bosques de Cajuy de 25,8 hectáreas; lo que despertó no solo las sospechas de la gente, sino además de la Contraloría Departamental del Meta quien anunció investigaciones sobre las posibles irregularidades, teniendo en cuenta que el predio fue adquirido por 4 200 millones de pesos, pese a que en el 2012 este había sido comprado por la sociedad Hurtado Acosta y Compañía perteneciente al exconcejal de Villavicencio Wilson Hurtado por la suma de 326 millones de pesos.[24]
La investigación de Portafolio también arrojó dudas sobre los socios, ya que por el costo del proyecto, se buscaba tanto en Colombia como en el exterior, quienes pudieran invertir para la construcción de la refinería. Siguiendo esa estrategia se creó en el país, la sociedad de economía mixta denominada Llaso SAS con un capital de 50 millones de pesos, entre Llanopetrol (estatal y creada exclusivamente para administrarlo) y Solver Structural (privada y encargada de financiarlo, cuyo capital era de 500 millones de pesos). Para enero de 2012, los accionistas decidieron cambiar a Solver Structural SAS por BRB Solution Petroleum SAS, sin alterar el nombre de Llaso SAS.[25]
Ahora bien, de acuerdo a la investigación realizada por esta editorial, las tres compañías poseen la misma direccion comercial, no cuentan con página de internet ni correos corporativos. Adicionalmente la Editorial informó en su portal que había consultado a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) por la experiencia de las personas que figuran como representantes arrojando que ni las personas ni las empresas figuran en la base de datos de la entidad.[26]
A pesar de todo, el mandatario continuó con el proceso y en el 2015 declaró el cierre financiero para la construcción de la Refinería del Meta; es decir, presuntamente ya tenía aprobados la totalidad de los recursos que solicitó para la etapa de inversión, así como la fuente de recursos que asegurarían la operación. Ahora, según Jara, ese socio financiero sería la empresa Rusa Rosneftegazstroy RNGS, con la que se acordó recibir por parte de esta la suma de 19 mil millones de dólares, por los derechos de participación en el proyecto.[27]
En ese sentido, Jara dijo además que, en 2016 tras el desembolso de dichos recursos se daría vida a REFIMETA, una empresa de economía mixta integrada por Llanopetrol con una participación del 20 % y RNGS con una participación del 80 %. El inicio de las obras estaba estimado para mediados de marzo de 2016, con una duración en construcción de 2 años y medio y una inversión aproximada de 2 100 millones de dólares.[28]
Sin embargo, en el 2016 la Contraloría General de la República dio a conocer los resultados de una investigación sobre un presunto detrimento patrimonial estimado en 18 265 millones de pesos de los cuales $9 220 millones corresponden a regalías y $9 045 millones son propios de este departamento y que fueron girados a la Empresa de Petróleos del Llano (Llanopetrol) quien era responsable del proyecto de la construcción de la refinería del Meta.[29]
Según el ente de control “Este proyecto no evidencia físicamente ningún proceso constructivo y muestra una gestión fiscal antieconómica, ineficaz, ineficiente y, en particular, una ostensible falta de planeación que genera incertidumbre y riesgos en la administración y ejecución de los recursos”[30]
En igual sentido la Contraloría informó que se evidenciaba falta de planeación y experiencia en el sector petrolero, ya que al verificar el proyecto, este no contó con un estudio de mercado y análisis del sector económico “Inicialmente, el proyecto de la Refinería del Meta fue presentado en mayo de 2012, por 5 257 millones de pesos. En junio de 2013, ese valor se incrementó a 40 832 millones de pesos, el 28 de junio de ese mismo año se hizo un segundo ajuste por 18 757 millones de pesos y el 28 de julio de 2014 se estableció la cifra de 72 596 millones de pesos, lo que corresponde a 13 veces el presupuesto inicial”.[31]
Adicional a lo anterior, la Contraloría registró los siguientes hallazgos [32]:
- Se realizaron desembolsos para gastos de funcionamiento de Llanopetrol por 2 772 millones de pesos.
- No se presentaron los estudios de mercado, legal, demanda, oferta, déficit, técnico, insumos, requerimientos técnicos, y tecnológicos, localización, tamaño.
- La Gobernación pagó 10 705 millones para saldar una deuda bancaria de Llanopetrol, “sin que mediara previamente soporte alguno que le vinculara u obligará contractualmente para efectuar dicho desembolso”.
- No existió cadena de valor que permitiera evaluar la refinería.
- No se establecieron indicadores para conocer cuál era la mejor alternativa para el proyecto.
- No se hizo etapa previa del ciclo de proyectos, no se contemplaron las fases y etapas previas que requieren una correcta identificación, preparación y evaluación de proyectos.
- Igualmente reveló la contraloría, que en realidad no se había realizado el cierre financiero con la sociedad rusa Rosneftegazstroy RNGS y todo lo hablado habían sido solo espectativas.
- Inexactitud en la declaración de retenciones en la fuente.
A esto se suma que tres meses después, la Contraloría presentó un informe de auditoría donde informó que los recursos invertidos no fueron 18 265 millones de pesos, sino que ascendieron a 29 429 millones de pesos y que esos 11 mil millones de pesos adicionales se destinaron para la construcción de un ferrocarril de 260 km de vías férreas para transportar crudo desde campo Rubiales hasta donde funcionaría la refinería del Meta. Sin embargo, no tuvieron en cuenta que Ecopetrol ya transportaba el crudo a través de un oleoducto. Además de otros proyectos como Centro de Acopio, Paneles Solares Fotovoltaicos, Plasma Gasificación y Plan de Fertilizantes que no tienen relación alguna con el proyecto de la refinería [33]
Igualmente, determinó que frente a la inversión en Llanopetrol y el futuro de la refinería del Meta existe una alta incertidumbre sobre la viabilidad financiera del proyecto en relación con el costo-beneficio, ya que no se siguió el procedimiento de ciclo de proyectos ni completó las fases y etapas previas que requieren una correcta identificación, preparación y evaluación. Además, no existe una cadena de valor que permita evaluar la refinería, ni se establecieron indicadores que determinen si la Refinería era la mejor alternativa posible.[34]
Ante estos graves hallazgos y cuestionamientos, Jara dijo que la Refinería del Meta no era un elefante blanco y que su construcción saldría adelante; sin embargo, a las investigaciones realizadas por la Contraloría se sumaron las efectuadas por la Fiscalía General de la Nación y en mayo del 2017 capturaron a cuatro exfuncionarios señalados como presuntos responsables de las anomalías evidenciadas en el proceso; Ricardo Rodríguez Henao, exgerente de Llanopetrol, Luz Estella Casasfranco, ex secretaria Jurídica de la Gobernación del Meta, Hernando Martínez Aguilera, ex secretario de planeación de la Gobernación del Meta y Jairo Iván Frias ex secretario de hacienda. La fiscalía les imputó los cargos de peculado por apropiación a favor de terceros e interés indebido en la celebración de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales.[35]
El proceso penal sigue activo, los cuatro imputados pasaron de estar en detención intramural, a domiciliaria y finalmente en libertad por vencimiento de términos. El Juez Tercero Penal del Circuito de Villavicencio aplazó la audiencias de juicio penal que estaban programadas para el 29 de septiembre de 2020 y las programó para los meses de junio y julio del año 2021, teniendo en cuenta que por tratarse de un proceso documental y testimonial no se pueden hacer de manera virtual.[36]
En febrero de 2018, la Procuraduría General de la Nación sancionó disciplinariamente por falta gravísima a Alan Jara por el caso del pago de un crédito de Llanopetrol por más de 10 mil millones de pesos ya que bajo su mandato, asumió obligaciones financieras de esta empresa como si fueran deudas del departamento. Dicho dinero fue destinado al pago de contratos que tenían como finalidad el licenciamiento técnico de la refinería del Meta. Aduciendo un crédito de tesorería sin que se hubiese celebrado convenio o contrato alguno. Jara fue suspendido en mayo de 2019 por 4 meses y luego disminuyó la sanción a 2 meses para ejercer cargos públicos y fue sancionado con una multa de 40 millones de pesos.[37]
Finalmente, la Contraloría General de la República eximió de responsabilidad al exgobernador del Meta, así como también a Luz Stella Casasfranco Vanegas, Hernando Martínez Aguilera, Jairo Iván Frías y Ricardo Rodríguez, ya que según el ente de control los investigados sí habían invertido el dinero en la consecución de la licencia ambiental y la compra de los terrenos para la construcción de la Refinería.[38]
En ese mismo fallo, el ente de control ordenó abrir investigación a Marcela Maya, con el fin de determinar por qué no le dio continuidad al proyecto de la Refinería del Meta en el tiempo que fungió como Gobernadora, además dijo que sería responsabilidad del actual Gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, terminar la construcción de la Refinería, con el fin de que los recursos invertidos no se vean comprometidos.[39]
Al respecto, el Secretario Privado de la Gobernación manifestó en entrevista con RCN Radio, que Llanopetrol y el proyecto de la refinería del Meta se encuentra vigente en el banco de proyectos de la Gobernación, a la espera que un proponente con capital privado que quiera construir o invertir los más de 1 500 millones de dólares que cuesta su ejecución materialice el proyecto. [40]
En el mismo sentido manifestó que el equipo jurídico de la Gobernación está revisando el fallo de la Contraloría General de la República, a fin de establecer cuál es la realidad de la responsabilidad jurídica, técnica y económica en la que estaría obligada la gobernación para sacar adelante la refinería, principalmente por el hecho que Llanopetrol, según Saraza “significa altos gastos para el departamento”. [41]
Conforme a lo expuesto el gobierno departamental presentó ante la secretaría de la Asamblea, el Proyecto de Ordenanza No. 20 de noviembre de 2020 “por el cual se suprime la empresa de petróleos del llano “Llanopetrol” se ordena su liquidación y se dictan otras disposiciones”. Sin embargo la solicitud de ordenanza no fue acompañada por ningún documento que sirviera como prueba de la exposición de motivos para la liquidación de Llanopetrol. Por esta razón y de acuerdo al análisis realizado por el diputado ponente, el señor Javier Aranda la asamblea se abstuvo de votar hasta tanto la gobernación del Meta no allegue la documentación necesaria que respalde su solicitud.
Conclusiones
En primer lugar se puede decir que las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena son las pioneras en el país, por lo tanto Ecopetrol sigue manteniendo el monopolio que ejerce en esta industria. Esto se debe a los procesos de inversión y ubicación estratégica que les da una capacidad operacional superior a las demás refinerías y además les ha permitido mejorar la calidad de sus combustibles, por esta razón cualquier agente (público o privado) que quiera ingresar en la actividad de la refinación en el país deberá requerir importantes inversiones, y en ese sentido poder adecuarse a los desafíos de la industria, además de la posibilidad ya sea de competir o ser un aliado estratégico de Ecopetrol.
Aunque el objeto de la Empresa de Petróleos del Llano (Llanopetrol), es gestar, promover e impulsar todas las actividades comerciales, industriales, de servicio y consultoría directa o indirectamente relacionadas con la construcción, implementación y puesta en operación de la refinería de petróleos del Meta, para lo cual desarrollará planes, programas y proyectos relacionados con este objeto social, no es claro por que se terminaron desarrollando con dineros de éste, estudios de proyectos para la construcción de un centro de acopio, paneles solares fotovoltaicos, plasma de gasificación, plan de fertilizantes que no tienen relación alguna con el proyecto de la refinería.
Para el 2001, bajo el gobierno de Alan Jara Urzola se gestó la planeación de construir la Refinería del Meta ubicada en el corregimiento de Pompeya, jurisdicción de Villavicencio, que por su ubicación geográfica cercana a la capital del país a primera vista resultaba beneficiosa, no obstante dicha iniciativa carecía de un estudio de prefactibilidad completo que permitiera evidenciar las presuntas ventajas que traería a la región.
Para el 2014, época en que el Ex Gobernador Jara ejercía su tercer periodo de gobierno en el Meta, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales-ANLA- mediante resolución 0426 otorgó la viabilización para realizar “actividades, en las fases de construcción, montaje, puesta en marcha y operación de la Refinería del Meta. Para lo cual el ex presidente Juan Manuel Santos la declaró como “Proyecto de Interés Nacional.
Ante la continuidad del proyecto y la llegada de aliados estratégicos para hacer realidad la ejecución de la refinería, la Contraloría General de la República inició investigación de responsabilidad fiscal evidenciando hallazgos de carácter técnico, administrativo, legal y financiero. Aún así después de cuatro años de proceso el ente de control resolvió en fallo conocido en febrero del presente año, que no hubo detrimento patrimonial, ya que en la administración de Jara si se invirtieron los dineros para adquirir la licencia ambiental y el terreno para la obra, por ende exime de responsabilidad fiscal al exgobernador y los funcionarios de su administración.
Mientras tanto, independientemente de lo fallado por la Contraloría General de la República y a la espera de lo resultante en la investigación que adelanta la Fiscalía General de la Nación; la realidad es que el millonario proyecto se encuentra a la espera de un inversionista que cuente con el músculo financiero y quiera construir la refinería.
Así las cosas, aunque el gobierno departamental ya decidió poner en consideración de la Asamblea la liquidación de Llanopetrol. Lo cierto es que el proyecto de la construcción de la refinería del Meta aún está vivo y depende de esa corporación si acepta los argumentos del gobierno y la suprime, o si por el contrario trabajan de la mano y la rescatan.
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- Audio Entrevista RCN Radio 12:03 min
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