Opinión: Vacíos institucionales en la territorialidad petrolera

En el universo del petróleo colombiano, a veces pareciera que no hay cabeza porque la desarticulación entre los distintos actores del estado, civiles, comunitarios y empresariales es absoluta. Se percibe un vacío frente al liderazgo de una política petrolera de largo plazo que oriente la acción territorial de las empresas en el país. Si bien desde Crudo Transparente reconocemos que hay una preocupación consciente desde las entidades públicas por actuar en coordinación con los territorios y las empresas para generar estrategias de acción territorial, lo cierto es que la ciudadanía siente que nadie atiende de manera estructural sus necesidades, más allá de pañitos de agua tibia.

Los espacios que se están abriendo buscan el diálogo, ojalá con la idea de construir soluciones participativas. La meta esperamos sea convertir esas soluciones en principios, lineamientos y regulación para la intervención territorial de las compañías petroleras, con respeto y comprensión por la realidad de los territorios. Además del diálogo, se requiere celeridad en la toma de decisiones, veeduría, seguimiento y acompañamiento. Aplaudimos el esfuerzo que está realizando el sistema petrolero público a través de la Estrategia Territorial de Hidrocarburos, con la colaboración de Programa Naciones Unidas para el Desarrollo, sin embargo, aún falta mucho por hacer para actuar de manera articulada en el territorio. 

Es necesario que las comunidades comprendan el rol y el alcance de la responsabilidad de las empresas en el territorio y que las autoridades locales asuman su rol para coordinar y exigir el cumplimiento de los mínimos a las compañías. Seguirá siendo una tarea pendiente que las empresas construyan relaciones de colaboración y mutuo beneficio con las comunidades, contando con el acompañamiento y seguimiento de las autoridades nacionales y territoriales. Solo cuando haya lineamientos claros en este sentido, tanto empresas como Estado podrán sentarse a pensar en lo estructural y hacer viable la economía del petróleo a largo plazo, sobretodo en la construcción de la Paz que requerirá inversión,  compromiso y articulación. 

En esta época electoral, en que se hacen promesas y se generan expectativas, es imperativo que los candidatos tengan en su agenda la gestión de la economía del petróleo, incluyendo la profesionalización de la gestión de las regalías desde sus territorios, pero sin abandonar los esfuerzos para diversificar y romper la dependencia de este recurso, pues el panorama económico del sector es, por decirlo menos, retador.

Crudo Transparente